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La Rinconada: Balacera de 20 minutos, causa un muerto y cinco heridos

Ana Fuentes, madre del damnificado asesinado en el refugio, confesó que le da miedo quedarse a vivir en el lugar, pero no tiene para donde irse.

Violencia causa un éxodo
en refugio La Rinconada

 

Un refugiado fue asesinado por reclamar ataque con un huevo.

Mataron a un hombre en tiroteo en el refugio de “La Rinconada”.

Lo que comenzó como una fiesta de cumpleaños terminó en violencia.

“Aquí todo el mundo hace lo que le da la gana y la inseguridad es hasta peor que en el barrio”, dijo Ana Fuentes, madre de Jean Carlos Fuentes, el hombre que murió al recibir un tiro en la frente, luego de ser atacado por sus vecinos del segundo piso de la Tribuna C del hipódromo.

El albañil de 23 años de edad celebraba un cumpleaños con un grupo de amigos en el primer piso. Desde el nivel superior les lanzaron huevos y les dispararon. El conflicto se inició cuando un grupo de muchachos lanzó un par de huevos a quienes estaban en una reunión

La música quedó opacada por las detonaciones. Fueron veinte minutos de tiroteo los que pusieron a temblar a más de 1.500 personas que conviven en el refugio de la Tribuna C en el hipódromo de La Rinconada.

Ya era la medianoche de ayer cuando cayó herido de bala Jean Carlos Fuentes, de 23 años, y otros cinco amigos. Solo él murió, producto de un tiro en la cabeza. El cadáver fue sacado del refugio una hora después del hecho, porque los pistoleros lo impedían. Haber reclamado que lanzaron un huevo hacia el grupo, le costó la vida a Jean Carlos.

Él y varios amigos estaban en la fiesta de cumpleaños de una pequeña, de un año, en el primer piso, justo al lado de las escaleras que comunican al segundo nivel de la tribuna.

Desde arriba lanzaron un huevo que pegó contra uno de los cubículos, ubicado al lado del grupo donde estaba la celebración.

Minutos más tarde, lanzaron otro huevo que impactó a una mujer embarazada.

Ello, generó que Jean Carlos y otros amigos subieran las escaleras a reclamar el hecho.

Al final de las mismas, se toparon con un grupo de jóvenes, que dejaron claro que no sabían quién había lanzado los huevos.

Los muchachos comienzan a bajar molestos las escaleras para continuar con la fiesta, pero en ese momento dos hombres salieron al paso y gritaron si había algún problema.

En modo de reto, los sujetos los invitaron a pelear para medir fuerzas y fue cuando uno de los que acompañaban a Jean Carlos comenzó a golpearse con uno de los hombres.

Repentinamente, otro sujeto del piso 2 se acercó y comenzó a disparar contra ellos, impactando a Jean Carlos en la frente y a sus cinco amigos.

Todos lograron correr heridos, pero Jean Carlos se desplomó en las escaleras.

“Me salvé porque salté rápido”, dijo uno de los jóvenes, que fue testigo del hecho.

Él no pudo auxiliar a su primo porque los pistoleros seguían disparando, mientras estaban parados al lado del cuerpo. La fiesta se acabó inmediatamente y aquellos que intentaban dormir, tuvieron que lanzarse al piso para evitar ser alcanzados por las balas.

“Yo no supe nada, apenas escuché los tiros me metí debajo de la cama y me puse a rezar”, dijo una señora todavía aterrada, la mañana de ayer.

Ana Fuentes, madre de Jean Carlos, y otras tres mujeres fueron las encargadas de subir hasta el segundo nivel y tratar de auxiliar al muchacho.

“Si uno de nosotros subía, corría peligro de morir. Los hombres tuvimos que escondernos y decirle a las mujeres que bajaran a Jean Carlos que todavía estaba vivo”, relató el testigo. Ya era la una y media de la madrugada cuando el cuerpo fue trasladado al hospital Periférico de Coche.

Intentaron salvarle la vida, pero era muy tarde.

Todavía en horas de la mañana, la sangre del joven asesinado permanecía en el piso de del 2do nivel.

Inicio de la huida:

El crimen de Jean Carlos fue la gota que derramó el vaso en el refugio. La mayoría de los damnificados del piso 2 se fueron para evitar represalias. No quedó ninguno de los responsables del crimen, ni mucho menos sus parientes. Los pasillos de los cubículos exhiben basura y soledad.

Quienes se quedaron también residían en sectores de La Vega, de donde son los que están en el piso 1 y donde vivía Jean Carlos con su familia antes de perder su casa.

“De esa gente ya no se sabe nada. Comenzaron a salir muy temprano (ayer). Aquí vivimos con miedo, porque no sabemos qué pueda pasar luego. Son muchos los ataques del hampa, la droga y los tiroteos”, detalló una mujer que no se identificó por temor.

Así como ella, las 340 familias, unas dos mil personas aproximadamente, que son víctimas de la convivencia (o supervivencia) tienen un año y tres meses esperando la adjudicación de una vivienda digna para salir de lo que llaman “el infierno de La Rinconada”.

Ayer en la mañana, mientras observaban a los funcionarios del Cicpc hacer las inspecciones del hecho, algunos refugiados comentaban entre pasillos que era mejor irse de allí.

“No tenemos adonde llegar, pero a veces es mejor perder toda esperanza de tener una casa que perder la vida”, decían.

La descomposición, el desgano, desespero y hasta la acumulación de basura, llegaron a escena dentro del refugio.

Mientras unos lloraban la partida forzosa de Jean Carlos, otros dejaban claro el mensaje al Ejecutivo Nacional: “Yo quiero mucho al presidente, pero tengo que admitir que lo está haciendo muy mal”.

Tan mal, que no hay seguridad en el refugio y los asaltos son constantes.

El barrio bajo techo:

En el refugio del hipódromo La Rinconada hay 340 familias damnificadas de La Silsa y La Vega, desde hace 1 año y 3 meses.

Son más de 1.500 personas que viven en cubículos de madera, divididos por sectores y conviven entre la miseria, los malos olores, filtraciones y la inseguridad. Aseguran que desde hace algunos meses las autoridades del Gobierno se olvidaron de ellos y no les brindan protección. El ministro designado padrino de ese albergue es el de Turismo, Alejandro Fleming.

“Aquí se ve de todo. No es el primer problema que ocurre entre los del piso dos y los del piso uno. Si hay droga, cómo no va a haber armas, pero para este lugar ni la policía viene”, dijo Fuentes, quien vivía en el sector H del primer piso, junto al hijo que mataron y un sobrino.

La mujer asegura que le da miedo quedarse ahora viviendo en el refugio, pero que no tiene para donde irse. Aún confía en que en tres meses le darán una casa y podrá mudarse.

La policía no entra:

Después que hirieron a Fuentes, sus amigos llamaron en reiteradas oportunidades a la Policía Nacional Bolivariana para que los auxiliara. Según uno de los habitantes del refugio, los agentes llegaron al lugar una hora después del suceso y se negaron a entrar a las instalaciones de la tribuna C, con el alegato de que no se podían enfrentar a los delincuentes que aún se encontraban en el segundo piso, pero que huyeron antes de que llegara el Cicpc, el domingo por la mañana.

“Si a los policías les da miedo meterse para acá, imagínense cómo vivimos ahora nosotros.

Yo me iré para San Cristóbal porque aquí me da miedo quedarme sólo, no vaya a ser que regresen los que mataron a Jean y la agarren con nosotros”, afirmó uno de los amigos de la víctima, quien se lastimó una mano al tratar de huir del ataque.

3 muertos en 16 horas:

En un lapso de 16 horas, 3 personas fueron asesinadas en distintas circunstancias en el hipódromo La Rinconada, sin que hasta los momentos alguna autoridad se haya manifestado al respecto.

El sábado a las 4:35 pm mataron a uno de los vendedores de caballos en la tribuna B. De manera extraoficial se supo que uno de los espectadores apostó una fuerte cantidad de dinero a la yegua Flecha, que corría en la cuarta válida. Cuando comenzó la carrera, supuestamente el jinete se lanzó del animal y por lo tanto no clasificó.

Dicen que el apostador buscó al vendedor al que le había hecho la apuesta, le dio un tiro y huyó del lugar. Sin embargo, hasta ayer no se sabía la identidad de la víctima y mucho menos la de su victimario.

El domingo en la madrugada la víctima fue Jean Carlos Fuentes, el damnificado que mataron en la tribuna C; y a las 7:00 am asesinaron a otra persona que aún no ha sido identificada, en el área de las caballerizas del hipódromo.

Personas vinculadas al mundo del hipismo en el país aseguran que la situación de inseguridad ha influido en la cantidad de espectadores que asisten a las carreras de caballos los fines de semana. Agregan que los damnificados se cuelan hasta el único sector donde puede estar el público.


Por: THABATA MOLINA

DEIVIS RAMÍREZ MIRANDA
dramirez@eluniversal.com
tmolina@el-nacional.com
INSEGURIDAD | EL UNIVERSAL
 lunes 20 de febrero de 2012