26.7 C
Caracas
Thursday, November 21, 2024
HomeNarraciónFAUSTO MASÓ: Para atrás, ni para coger impulso

FAUSTO MASÓ: Para atrás, ni para coger impulso

El Método del Discurso

 

A los políticos les conviene fijarse hacia dónde sopla el viento, aunque a veces por brutos marchen contra el signo de los tiempos.

Mañana el país escogerá no sólo a un candidato, sino también la que considera la forma inteligente de oponerse a Chávez: más efectiva que la plaza Altamira, el abstencionismo suicida, la intransigencia palabrera. Hay que enfrentar a Chávez sin darle la espalda al pueblo chavista, pretender acabar con la otra mitad del país requiere de una guerra civil. Como cualquiera, los políticos enloquecen y se arrojan por un barranco; les está ocurriendo a los republicanos en Estados Unidos.

Están alejándose cada vez del centro político. Los electores rechazan al candidato con más recursos, al que derrotó recientemente a un rival que gastó 30 veces menos dinero en las primarias de Nevada, Colorado y Missouri, y otro opuesto a enviar soldados al extranjero no hizo mal papel.

Los republicanos son víctimas de minorías radicalizadas.

Los que impulsaron el Tea Party, un movimiento de locos, inventaron un Frankenstein que amenaza con reelegir a Obama. A Gingrich lo salvó a última hora un multimillonario dueño de casinos en el mundo.

En algunas primarias han votado apenas 2% de los inscritos, la base republicana moderada le dio las espaldas al partido.

Algo parecido a lo que ocurrió cuando escogieron como candidato a Goldwater que llevó el partido a una gran derrota.

Los radicales consideran a Obama un socialista, un musulmán. Los latinos, los negros, los liberales, quizá terminen apoyándolo pero hay más blancos, protestantes de origen anglosajón, anglosajones inscritos en el registro electoral, sólo que éstos no comulgan con el extremismo infantil de los precandidatos republicanos. Quizá a última hora en la convención elijan a un candidato de consenso, que no se haya desgastado en la carnicería de las primarias.

Obama es derrotable si el desempleo no disminuye más.

En cada elección Chávez modera su discurso, manda mensajes a los empresarios, trata de generar una ilusión de prosperidad, aumenta el circulante. Así, ahora sus ministros se han reunido con empresarios agrícolas, prometido financiamiento a los pequeños empresarios y hasta el propio Chávez ha enviado un mensaje conciliatorio a Estados Unidos.

Los supuestos Ni-Ni son chavistas o antichavistas encubiertos. En ese electorado veleta que a veces vota por uno o por otro reside la victoria o la derrota, no en los radicales que votarán por cualquier candidato unitario. Hay un sector abstencionista imposible de convencer de que participen, miles de jóvenes que ni siquiera se han inscrito en el Registro Electoral. El triunfo electoral reside en atraer esos votos cambiantes, que se encuentran en el centro del espectro electoral, y que votarán por el empleo estable, por que se afronte de verdad la inseguridad. Hace 12 años un alcalde fue el segundo político más popular del país al prometer plomo al hampa.

Ese candidato unitario ganará por otras razones adicionales a su habilidad en devolver insultos a Chávez, lo que fatalmente hará más temprano que tarde. Hoy las encuestas favorecen ligeramente al inquilino de Miraflores, el 13 de febrero esa ventaja disminuirá.

Los electores no quieren volver a ningún pasado, no reniegan de las grandes obras de la democracia desde la electrificación, los cientos de universidades, el Teresa Carreño, etc., pero quieren caras nuevas. Tienen razón, no hay marcha atrás.


Por: Fausto Masó
politica | Opinión
EL NACIONAL
11 de Febrero, 2012