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Fondo Chino: ¿Dónde están los reales?

El Presidente Chávez quiere más dinero y el Gobierno chino siempre está dispuesto a hacer buen negocio a cambio de petróleo. Este año se firman nuevos créditos.

Más de u$ 22 mil millones
habrían entrado al Bandes

 

Son miles los millones producto del llamado Fondo Chino.

Y no está claro en qué se ha invertido ese dinero que maneja directamente el Ejecutivo.

Todavía se espera que Elías Jaua y Rafael Ramírez pasen por la Asamblea Nacional a explicar cómo es que opera la plataforma de créditos con China y en qué se han invertido sus abundantes recursos.

En noviembre, luego de las sonoras denuncias al respecto, el Presidente Chávez -tras insultar a los denunciantes- ordenó al vicepresidente y al ministro de Energía y presidente de Pdvsa, despejar las dudas sobre los negocios con los camaradas asiáticos. Pero no han ido ni hay fecha en el calendario. Lo que sí parece un hecho, por el contrario, es el inminente viaje de funcionarios venezolanos a concretar nuevos aportes para el ya célebre fondo chino.

Chávez lo dijo el 8 de enero: que van en pos de “un nuevo crédito de 4 mil millones de dólares y 2 mil que ponemos nosotros”. Y habló de otros 4 mil millones que concederá el Gobierno ruso para comprar armas, claro, a compañías rusas. Antes, el 27 de diciembre, en una de sus apariciones telefónicas en el canal del Estado explicó que al arrancar 2012 se firmaría “un nuevo tramo” del Fondo Pesado China-Venezuela y un préstamo del Banco Industrial y Comercial de China que sumarán 8 mil millones de dólares.

El diputado Miguel Angel Rodríguez ha estado al frente de las advertencias más concretas acerca de estos manejos. Y tras el aluvión de descalificaciones que le valieron y a propósito de la situación de la productividad de este país importador, de las condiciones de la infraestructura nacional, de la generación de energía eléctrica y del servicio de agua, de la crisis de vivienda, en fin, lo que está a la vista, rescata del pasado una vieja pregunta dirigida ahora a éste Gobierno: “¿Dónde están los reales?”.

Que esas inversiones no se ven en el país es lo que señala con énfasis. Y lo que es aún más preocupante: que esos acuerdos están acabando con la operatividad de Petróleos de Venezuela: “Está tan depauperada que en noviembre, cuando se renovó el Fondo Pesado I, pidió un préstamo de 6 mil millones de dólares más para financiar sus operaciones de este año”.

Rodríguez asegura que en esta próxima visita a China la misión contempla llevar un claro mensaje de Hugo Chávez: la necesidad de agilizar nuevos desembolsos. Al respecto cita un documento confidencial en el que con florido y evocador lenguaje, el mandatario criollo haría tal planteamiento a su contraparte, el camarada Hu Jintao. “Chávez le ha pedido a los chinos acelerar la entrega de dinero”, acusa: “Estamos ante un acto de traición a la patria, se le está entregando la riqueza nacional al imperio chino”.

Como evidencia de las intenciones del Gobierno el diputado esgrime un documento. Se trata de un resumen sobre la primera ronda de negociaciones “para el financiamiento a largo plazo” realizada en Beijing entre el 2 y 4 de febrero de 2010. En la tercera página de ese texto se explica que Asdrúbal Chávez, enviado como vicepresidente de Pdvsa, “presentó la propuesta original del señor Presidente Chávez de iniciar un financiamiento de gran volumen y a largo plazo por US$ 116 mil millones en 10 años, con una gradualidad (sic) en el desembolso del 35% para el primer año; 25% para el segundo año; 20% para el tercer año y 20% para el cuarto año”.

De acuerdo a ese plan, lo primero que le pidieron a los chinos en 2010 fueron 40 mil millones de dólares a cambio de 250 mil barriles diarios de petróleo, calculados a 70 dólares. Pero faltaba un detalle: los venezolanos no presentaron los proyectos de desarrollo que serían financiados con ese dinero, sino “una lista preliminar” en la que, sin incluir planes en los sectores agrícola, minero y energía eléctrica, se estimaba una inversión de 38 mil millones de dólares.

Se ve, no se ve:

Los chinos redimensionaron el asunto. “Lo acordado en 2010 fueron 4 mil millones de dólares por el Fondo I y otros 4 mil millones por el Fondo II”, explica Rodríguez: “Y por el fondo llamado de Gran Volumen, 20 mil millones, de los cuales, 10 mil serían en dólares estadounidenses y los otros 10 mil en yuanes que se gastan comprando productos a compañías chinas. Por eso es que Chávez se convirtió en un gigantesco vendedor de línea blanca marca Haier”.

Tomando las declaraciones oficiales al respecto, el diputado hace algunas cuentas. Desde 2008 China debe haber recibido unos 270 millones 400 mil barriles por este singular intercambio. “Si tal como dijo el ministro Jorge Giordani, las operaciones se hicieron a precio de mercado, eso implica ingresos por más de 28 mil millones de dólares. Giordani también dijo que Venezuela ya pagó 6 mil millones de dólares a los chinos. Eso quiere decir que existió un excedente de más de 22 mil millones de dólares que debieron entrar en el Bandes. Han dicho que eso está invertido en el desarrollo nacional y en infraestructura, ¿dónde? Si me dijeras que las autopistas están excelentes, que estamos produciendo arroz, azúcar, café y estamos exportando todo eso… en fin, pero no. Nada. ¿Dónde están los 22 mil millones de dólares?”.

Dale que Pdvsa paga:

El mecanismo básico de funcionamiento del fondo lo explica el ministro Rafael Ramírez en el punto de cuenta 062-11, del 15 de abril de 2011, hecho público por el diputado Rodríguez. Pdvsa envía el petróleo a China National Oil Corporation (a esa fecha el compromiso era de 430 mil barriles diarios), que a su vez paga a través de una “cuenta colectora” del Bandes en el Banco de Desarrollo de China. El banco se cobra “el servicio de la deuda más los intereses trimestrales” y el resto del dinero -el excedente- se queda en otras cuentas del Bandes.

Durante los dos primeros años, tras descontar la tajada del banco acreedor, Pdvsa utilizaba los “excedentes” para “el pago de regalía, impuesto de extracción y para cubrir parte de los costos de producción y refinación”. Pero en enero de 2010 la orden del Ejecutivo fue que Pdvsa asumiera “toda la carga financiera por el pago de la deuda de la República Bolivariana de Venezuela con la República Popular China”.

Lo que le pide Ramírez al Presidente es que permita que Pdvsa vuelva a cobrar lo que por lógica debe cobrar en esta operación. “El volumen actual constituye un fuerte impacto financiero para Pdvsa”, escribió. Y lo puso en números: el golpe contra Pdvsa es de 18 mil 430 millones de dólares.

Es, visto así, un negocio extraño:

Para el diputado Rodríguez es otra cosa: “Esta es una lavadora de dinero. Se envía petróleo, se recibe un dinero que va al Bandes y ahí Chávez le mete mano. Esta es una operación contra Pdvsa que sólo se entiende cuando tienes claro que se trata de una lavadora de dinero. Lo que le dice Ramírez a Chávez en el punto de cuenta es que está quebrando a Pdvsa. Y ¿quién controla lo que entra y sale del Bandes? Chávez”.

El esquema montado le permite al Presidente disponer a voluntad de esa masa de dinero. Ramírez, de hecho, lo celebra en su comunicación y lo explica de una manera que no deja dudas: “Por haberse constituido como un fondo, tiene una administración separada del Tesoro Nacional, lo cual permite la asignación de los recursos por parte del Ejecutivo Nacional para proyectos de infraestructura y de interés social”. Y más adelante: “El uso de estos fondos para proyectos sólo requiere la aprobación del Ejecutivo Nacional”. Eso tiene una lectura: “Chávez hace lo que quiere con el fondo chino”

De esta afirmación hay al menos un buen ejemplo: el punto de cuenta 119, del 24 de junio de 2010, presentado al Presidente por Ricardo Menéndez, ministro de Ciencia y Tecnología. En esos papeles Menéndez expone el estatus de un buen número de fábricas que deberían concretarse en el marco de acuerdos con Argentina e Irán. Y tan apremiante es la situación que se ve forzado a requerir fondos para dos años: más de 645 millones de bolívares y otros 14 millones 253 mil dólares para obras durante el 2010; y más de 722 millones de bolívares y 10 millones 619 mil dólares para el año siguiente. La decisión de Chávez está allí muy clara, de puño y letra: ordena entregar los montos de 2010 “todo esto del fondo chino-venezolano”. Es decir, un acuerdo financia otros tratos con socios extranjeros.

Otra evidencia de las ganas del Gobierno de que los desembolsos aumenten su ritmo y cantidad está en el texto de un memorando de la consultoría jurídica del Ministerio de Relaciones Exteriores, del 14 de noviembre de 2011. Allí la consultora comenta una comunicación del Bandes (3694, del 2 de noviembre) en la que se insta a la embajadora venezolana en china, Rocío Maneiro, a gestionar la renovación del “financiamiento” otorgado por el Banco de Desarrollo de China al Bandes por 4 mil millones de dólares, correspondientes al tramo B del fondo chino-venezolano y en la que se le encomienda incluir en el acuerdo la posibilidad de “renovar el financiamiento hasta tres veces”. Otra novedad es la incorporación del Fondo de Desarrollo Nacional, Fonden, en un papel similar al desempeñado por el Bandes.

Acerca de este nuevo actor, Rodríguez comenta: “El Fonden se creó para que el Gobierno dispusiera de cerca de 50 mil millones de dólares de las reservas internacionales. Y además se le ha inyectado una cantidad similar a esa proveniente del negocio petrolero, sin que hasta el momento haya presentado cuentas sobre su labor el pro del desarrollo del país”.

Mientras esperan a que se concrete la visita explicativa a la Asamblea Nacional, el Foro Penal Venezolano acudirá al Tribunal Supremo a solicitar un amparo contra el fondo chino y el diputado Rodríguez solicitará a la Comisión de Contraloría una investigación de las denuncias presentadas: “Quiero que revisemos dólar por dólar en qué se han usado esos 22 mil millones”.


Por: Oscar Medina
ECONOMÍA | DENUNCIA
EL UNIVERSAL
domingo 15 de enero de 2012