Tranca con plomo
Tiros al aire y piedras fue lo que hubo en el segundo día de protesta de los habitantes del sector El Vidrio. La tranca en la Circunvalación Norte a la altura del Distribuidor Veragacha, creó un clima tenso entre los protestantes ardidos y choferes que venían de distintas partes del país.
A quienes viven en El Vidrio se les agotó la paciencia, pues el gobierno no le solucionó el problema del agua después de que el jueves protestaran por 12 horas continuas en la autopista Cimarrón Andresote. Un solo acceso cerrado no generaba presión.
Fue entonces cuando trancaron la Circunvalación. El cierre generó una descomunal y kilométrica cola de carros y camiones, lo que hizo que muchos conductores se pusieran agresivos y transgredieran, a la fuerza, la barricada de piedras y corotos que la comunidad colocó.
No les importó los cauchos prendidos en llamas y pasaron. Los pobladores sedientos, respondieron ante el irrespeto a la protesta y atacaron con piedras a los cinco vehículos que pasaron a la fuerza. El conflicto fue de tal magnitud, que hasta cuatro detonaciones al aire se escucharon para aplacar un poco la furia de cada bando. No se precisó de dónde salió el plomo.
Alrededor de 30 protestantes eran los que estaban al mando del poder en ese momento. Sometieron a los cientos de individuos que se encontraban en la cola, a su antojo. El diálogo parecía no existir en ese momento. Con quejas y gritos intentaban decirle a los manifestantes que los dejaran pasar.
Algunos de los choferes corrieron con suerte y lograron salir del atolladero, pero para eso les tocó bajarse de la mula con 100 bolívares y hasta
más. Cada bando reclama Conductores que quedaron ayer atrapados en la tranca manifestaron su rechazo por el método usado para protestar, pues consideraron que viola también su derecho al libre tránsito.
Celedonio Genes venía desde Panamá. En sus 3 días de viaje de regreso, cruzó Colombia e iba rumbo a Caracas. Ayer le tocó esperar a que se abriera el paso para poder continuar la marcha. “Es injusto que tengamos que aguantar esto. Ellos tienen su reclamo, pero no pueden cerrar el paso y dejarnos aquí atrapados”, comentó lleno de impotencia.
Una multitud se cansó de esperar y bajó de los vehículos para negociar, pero la intransigencia de los protestantes dio poco espacio para el diálogo. Los afectados pedían a los protestantes que fueran hasta la gobernación e incluso que secuestraran al jefe del Ejecutivo, Henri Falcón.
Alegaban que nada tenían que ver ellos con sus penurias. Personas venidas desde muy lejos, familias enteras con niños y enfermos se vieron atrapados en un embotellamiento que duró más de cinco horas. “Estamos cansados ya. No aguantamos la falta de agua. No nos atienden ni somos importantes. Es la única alternativa”, justificó José Guzmán, uno de los líderes de la protesta.
Decían que las tuberías se dañaron por el óxido tras ocho meses sin ver el líquido.
Por: Redacción
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