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BEATRIZ DE MAJO: El espectáculo del oro



El ridículo izquierdoso
espectáculo logístico

 

Los venezolanos nos gastamos 7 millones de dólares en traer desde Europa menos de 10 toneladas de nuestras reservas en oro en custodia fuera de nuestra frontera.

El Gobierno revolucionario quiere hacer aparecer esta decisión como un gesto de patriotismo, de soberanía, de fortaleza de cara al país y de cara al mundo.

Hugo Chávez quiere hacernos ver que nuestras reservan pudieran estar en peligro y que es necesario resguardarlas de manos ajenas, por demás interesadas.

Una vez más echan mano del socorrido recurso izquierdoso de advertirles a los ciudadanos que les acecha un enemigo externo que quiere apoderarse de lo propio, todo con la finalidad de despertar sentimientos nacionalistas y gregarios en torno al Gobierno que nos defiende, y, justamente, en los momentos en que las cosas internamente no van bien y que pudieran ir peor.

Fue grotesco el espectáculo ofrecido al país en el que los emisarios del Gobierno y del Partido Socialista Unido de Venezuela calificaron la llegada de unos cuantos lingotes a Maiquetía, una mínima fracción de nuestras reservas auríferas externas, de “hecho histórico”, porque se le estaba, en su opinión, devolviendo a la patria de Bolívar el oro que es suyo. Como si estuviéramos recuperando, gracias a la acción revolucionaria, un capital robado o perdido.

No es justificable el dispendio, ni el ridículo espectáculo logístico ni la demostración de fortaleza montada ante las cámaras de televisión por la recuperación de unas reservas que nunca han dejado de ser nuestras.

Unos números ilustran el asunto. De las reservas totales venezolanas nominadas en oro que alcanzan a 365 toneladas, 165 están en el país ­nunca han salido­ y 211 en el exterior. De éstas, custodiadas por instituciones de primer orden, alrededor de 170 deberían retornar a suelo patrio si la intención del Gobierno se hiciera realidad y si se tomara la decisión de continuar gastando la fortuna que hay que dedicarle al capricho de depositar la sagrada carga en la bóveda del Banco Central.

¿Pero quién le va a quitar al Gobierno el gusto de convertir este asunto de la repatriación del oro en todo un show mediático y político encaminado a distraernos de lo que es esencial? La explicación que sí debería proporcionar el presidente de nuestro ente emisor es la que tiene que ver con el debilitamiento sensible de nuestras reservas internacionales en los años revolucionarios, en que el petróleo ha gozado de los precios más astronómicos. No sería malo saber del BCV por qué las finanzas nacionales están tan deterioradas que no somos capaces de agregarle un dólar de reservas adicionales a las que ya tenemos, y no estaría de más de su parte, tampoco, una versión que ilustre sobre el deterioro de la explotación de oro en el país, otro de esos entuertos vergonzosos en los que el saqueo es rey y la vigilancia del Gobierno, ninguna.


Por: BEATRIZ DE MAJO (* )
COLOMBIA EN CÁPSULAS
bdemajo@gmail.com
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