ONG y gremio prefieren
no opinar sobre el caso
■ Navarrete informó que abandonó el país.
■ El médico que ofreció detalles sobre la salud presidencial afirma que hay presiones en su contra. Insiste en que quiere dar la cara.
Salvador Navarrete, el médico que afirmó que el presidente Chávez padece de un sarcoma que limita sus posibilidades de vida a dos años, abandonó el país. Después de la entrevista que concedió al semanario mexicano Milenio, el pasado 16 de octubre, en la que reveló información sobre la salud presidencial, se dijo que el Sebin buscaba al profesional por sus declaraciones. Ayer, los rumores cesaron. En un comunicado difundido por el diario Tal Cual, Navarrete rompió el silencio de varios días: “Las circunstancias me obligaron a abandonar el país de manera abrupta”.
En el texto, el médico afirma que sus revelaciones estaban motivadas por la importancia de informar a la ciudadanía sobre el padecimiento de Chávez. Asegura que los detalles habían sido expuestos antes por médicos como Edmundo Chirinos, por lo que el contenido de la entrevista no representaba un secreto.
“No es más que un ejercicio clínico que puede completar cualquier médico para llegar a un diagnóstico presuntivo, nunca definitivo”. Afirma que quiere dar la cara por sus palabras, pero con la seguridad de que será justamente evaluado. Al tener que abandonar el país, según afirma, en contra de sus deseos y sin planificación alguna, queda pospuesto su compromiso.
Con reservas:
El gremio no ha fijado posición sobre las declaraciones de Navarrete. Douglas León Natera, presidente de la Federación Médica Venezolana. “No podemos pronunciarnos, pues eso invalidaría nuestra acción en un tribunal disciplinario que pudiera eventualmente ser convocado para juzgar las acciones de Navarrete”, indicó.
Provea, ONG dedicada a la defensa de los derechos humanos, tampoco se ha pronunciado sobre la reacción oficial en contra del médico.
“El tema tiene un tinte político muy notorio, por lo que no lo hemos discutido hasta el momento”, afirmó Marco Antonio Ponce, investigador de la organización.
Por: LILIA MALAVÉ G.
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EL NACIONAL
