“Chávez está detrás de
toda medida represiva..”
■ El ataque económico a los medios de comunicación es el instrumento de los autócratas para acabar con la libertad de expresión.
Por lo visto los autócratas y “guapos porque apoyados” del continente han patentado un sistema original para acabar con la libertad de expresión: quebrar económicamente a los medios que los enfrentan o que no se les pliegan. Correa lo intentó en Ecuador con una demanda por 80 millones de dólares contra el diario El Universo (aparte de intentar meter preso al director). Afortunadamente un juez (que allá todavía los hay independientes y, por lo visto, valientes) echó atrás la medida. Pero aquí el sistema es más sofisticado.
El Presidente, que está detrás de toda medida represiva, no se mete directamente sino que pone a sus sigüises a hacer el trabajo sucio. Así CONATEL, en el penoso esfuerzo que desde hace años lleva adelante para sacar del aire a Globovisión, le ha impuesto ahora una multa brutal, por un “delito” –y hay que decirlo con todas sus letras– INEXISTENTE, totalmente inventado por los burócractas y cagatintas que manejan el organismo encargado de acosar y, eventualmente, censurar a la radio y la televisión. Globovisión ha sido colocada al borde la de la quiebra por el gobierno de Hugo Chávez, pero no se amilana.
La directora María Fernanda Flores le dio una verdadera lección de ética, de seriedad y de coraje a los verdugos encargados de la miserable acción que llevaron a cabo en las instalaciones del canal. Devaluado como está Hugo Chávez en el mundo, tal como lo demostró el examen de Naciones Unidas, difícilmente nadie le creerá los “argumentos” que utilizará para “justificar” esta enésima agresión contra la libertad de expresión y contra Globovisión en particular.
Serán oídos como lo que son: la paja con la cual ya tiene hartos a todos sus interlocutores, incluyendo a Fidel, quien más de una vez se habrá dicho lo que significa calarse a ese sujeto por los cien mil barriles de petróleo que prácticamente les regala. De más está decir que expresamos toda nuestra solidaridad con el canal, tal como lo hemos hecho siempre con cualquier medio de comunicación que ha sido objeto del mismo tipo de medidas.
El gobierno está en un plan suicida. La enfermedad del jefe tiene desquiciados a sus alabarderos. Primero anuncia que desacatará una decisión de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, a lo cual está obligado por los pactos suscritos por la República, con lo que seguramente tendrá una bronca con la OEA (si ésta cumple con su deber); luego, la presidenta del TSJ, la inefable Luisa Estella Morales, en una demostración de ignorancia himaláyica, interpreta su propia decisión sobre el caso de Leopoldo López, de un modo que nadie entiende, adelantando un prodigio de confusión y mala fe, como pocos funcionarios de tan “alta” investidura lo han hecho (Lo de la “alta investidura” es un decir, porque su investidura es realmente ínfima).
Con lo cual remata el tratamiento que el TSJ ha dado al caso de Leopoldo López, para colocarlo en un inédito limbo jurídico del cual vaya uno a saber cómo se va a desenredar el TSJ cuando le llegue la hora. Total, últimamente no pegan una.
Por: Teodoro Petkoff