El Gobierno hace dos años
conocía el plan de Guyana
Después de un mes de conocida la decisión de la República Cooperativa de Guyana de extender la plataforma continental de 200 a 350 millas náuticas, el Gobierno bolivariano emitió una declaración mal redactada y ambigua, por la que los expertos del MRE, conocedores de la materia, pero marginados, se sintieron frustrados y molestos.
En tan infortunada declaración, el Gobierno insistió en desprestigiar y difamar a los venezolanos que, como el Movimiento 2D / Democracia y Libertad, hemos demandado del Presidente de la República que le diga la verdad al país, e informe sobre la posición asumida frente al Gobierno de la República de Guyana.
La respuesta fue la de calificar de “maniobra de burgueses” esta solicitud nacionalista y patriótica. Es demasiado necio eso de calificar de “burgueses” a todos los ciudadanos que protestan y alzan la voz ante el mutismo oficial. Ante algo tan grave como la pérdida de derechos territoriales y de soberanía, estos exabruptos son inconcebibles. Demuestran la incompetencia oficial en asuntos fundamentales. El Gobierno considera que esto es una cuestión clasista. La pobre respuesta causó más confusión por lo que ocultaba que por lo que afirmaba. Y por lo disparatada.
Como para medir las falsedades con que ha actuado el régimen bolivariano, sucedió lo inesperado pero previsible: la filtración de una nota oficial de la Embajada de Venezuela en Georgetown, fechada en 15 de mayo de 2009, donde se le informaba que la ministra de Asuntos Exteriores de Guyana hacía del conocimiento de Venezuela el propósito de su país de extender la plataforma continental, participación que habían hecho a los otros países vecinos. La filtración de esta nota diplomática revela que los personeros del Gobierno menospreciaron tan grave asunto o no entendieron de qué se trataba, ni sus implicaciones. Esto es lo más probable. No están en capacidad de comprender lo que tienen entre manos. Pero han perseguido o marginado a los expertos que se prepararon por décadas para manejar asuntos particularmente complejos.
Después de esta filtración, y como para curarse en salud ante la presión de la opinión nacional, el Presidente de la República declaró que los asuntos con Guyana “se llevaban a alto nivel”. Pues, debe saber el presidente Chávez Frías que los asuntos referentes a la integridad territorial de la nación y a su soberanía nunca fueron ni podrán ser ajenos a la participación de los ciudadanos. No son cuestiones de “burgueses” ni de proletarios, como los jefes del PSUV. No se trata de un dilema clasista, sino de venezolanos que, en cuanto toca a los intereses permanentes de la República, olvidan sus diferencias y se comportan responsablemente por encima de ellas. Porque si un pueblo no es capaz de unirse cuando una amenaza o posibilidad de amenaza se asoma en el horizonte, es un pueblo desahuciado.
Como está registrado, todos los gobiernos venezolanos buscaron siempre la unión y el respaldo de los ciudadanos en materias territoriales. La opinión pública se enteró oportuna y debidamente y jugó un papel decisivo en varias ocasiones. A este gobierno de Hugo Chávez Frías el diablo le reservó la misión de pretender dividir al país. Lo ha logrado en muchos aspectos, sin duda, pero el serrucho se le ha trancado en esta ocasión. No podrá dividir a los civiles ni a los militares, ni a los “burgueses” ni a los proletarios, ni a las mujeres ni a los hombres, ni a los jóvenes ni a los viejos, ni a los seglares ni a los clérigos. Todo el país rechaza sus políticas territoriales.
Declaramos que tanto para Guyana como para Venezuela el logro de una solución práctica del conflicto que pronto cumplirá 200 años es fundamental. Y, lo más importante, es perfectamente posible. Guyana debe entender que Venezuela no puede renunciar a su salida soberana al Atlántico.
Desde antes de la independencia de la República Cooperativa, y durante todos los años como país independiente, los venezolanos, pueblo y gobiernos democráticos, hemos tenido una política y una actitud de comprensión, amistad y de solidaridad con su pueblo y sus gobiernos. La actual discrepancia no podrá alterar estos sentimientos.
Ya está demostrado que no fue una maniobra guyanesa, sino responsabilidad del Gobierno venezolano por su incapacidad y desorden, y por el desdén que ha exhibido en la defensa de la integridad territorial de Venezuela.
Afirmar, por ejemplo, que la reclamación formulada en los años sesenta fue “consecuencia de las presiones del imperialismo norteamericano”, y que, por consiguiente, Venezuela actuó como un títere, es una irresponsabilidad que no tiene precedentes.
El Gobierno venezolano le ha mentido a la nación, y en nombre de ella demandamos formalmente que el Presidente de la República hable con claridad, sin ofender ni calumniar, y les diga a los ciudadanos cuáles son sus objetivos en materias de tanta significación.
¡Por la unidad de todos, en la defensa de los intereses nacionales!
¡Todos contra el comunismo!
¡Por la vigencia del Estado de Derecho!
¡Por la libertad y los derechos humanos!
Caracas, domingo 02 de octubre de 2011
Movimiento 2D • democracia y libertad
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