Benjamín Rausseo, El Conde del Guácharo
– En serio, ¿qué dice su bola criolla de cristal?
– Hay que trabajar duro y creer en el país.
– Er Conde Jones suena como gringo…
– (Carcajadas) Lo que pasa es que yo me críe en Venezuela, pero nací en el imperio, en apendis-city.
— ¿Le debe algo al imperio?
– Él me debe a mí: dos de mis hijos son norteamericanos.
— Su película superó en taquilla a las estadounidenses. ¿Se siente más nacionalista?
– (Risas) El récord inesperado de mi condeaventura demuestra que se puede invertir en el cine de comedia venezolano.
– ¿Perdió su silla en la Villa del Cine?
– Mejor montaré la villa del conde (risas).
– ¿Qué significa ser el hijo de Albertina?
– El hijo de la lavandera, la que nunca aprendió a leer ni a escribir, pero que me enseñó muchos valores.
– ¿Fue pobre?
– Bastante. No me di cuenta de que lo era hasta que tuve algo. Nadie extraña lo que no conoce.
— ¿Sintió resentimiento?
– ¡No, nunca! Éramos los más pobres del barrio más pobre de Puerto La Cruz, pero mamá me decía que no sintiera envidia, ni rencor, sino que trabajara y estudiara para progresar y tener lo que no teníamos.
— ¿Es curable el resentimiento?
– Si no se evita en la infancia es incurable en la adultez.
— ¿Es remedio un gobierno dadivoso?
– Todo debe costar. Lo que no se trabaja no se valora, se bota, esperando que te lo vuelvan a dar.
— En aquella peladera, ¿cómo levantaba una mujer?
– ¡Imagínate: mamando, flaco y feo! (Risas) Menos mal que ninguna me paró, porque hay que ver cómo se pusieron 40 años después. Dios sabe lo que hace.
— Y ahora, ¿qué pela?
– La chequera para comer.
— ¿Qué lee?
– Filosofía, sobre todo la de Sartre y su mujer.
— ¿Nudista?
– ¡Sí!, hago nudos carupaneros, margariteños…
— ¿Feminista?
– Gracias a la mujer venezolana, que es padre y madre.
— ¿Cómo anda Musipán?
– Ha bajado un poquito con el problema de los ferrys, pero nuestros 300 empleados la llevan adelante. El día que se acabe el petróleo tomaremos el turismo en serio.
— ¿Posee oro?
– (Carcajadas) Papelón y corocoro.
— ¿A quién lo confiaría?
– Si ha estado bien durante muchos años, ¿para qué cambiarlo de donde está?, más aún si es de todos los venezolanos. ¡Pero bueno!, si se llevan las cabillas y el cemento, más rápido se llevarán el oro.
— ¿Invadido?
– Han tratado de meterse en mi finca varias veces, pero los hemos sacado.
— ¿A punta de chistes?
– ¡A punta de carajazos! (Risas)… me costó mucho comprar mi terrenito.
— ¿Qué exclama al mirarse en el espejo?
– ¡Es un milagro de la naturaleza que con esta cara esté vivo!
— ¿Su referencia internacional?
– Mel Brooks, Lucho Navarro.
– ¿Nacional?
– Claudio Nazoa, Bólido, Job Pim.
— ¿Sacará su cédula cubana?
– Menos mal que la mía se vence dentro de nueve años.
– ¿Lo han hackeado?
– ¡Bastante!, pero como no sé qué es eso no le paro.
– ¿Llorón?
– Cuando me decepciono de las amistades. Generalmente te odia el que más quieres.
— ¿Bebe para olvidar?
– No. Olvido para beber.
— ¿Qué pasó por su mente cuando estuvo al borde de la muerte?
– Ni el famoso túnel ni recuerdos. Sólo dije: me jodí.
– ¿Cuál pregunta no contestó en el Censo?
– ¿Cuántas mujeres tiene? (Carcajadas).
— ¿Cuál le hubiera adicionado?
– Esa planilla no aguanta una más.
— ¿Lo más venezolano de usted?
– Las alpargatas biónicas con lentejuelas y microchips incorporados.
— ¿El candidato más cómico?
– Todos son muy serios; ninguno se ríe mucho.
— ¿Y viceversa?
– Los comediantes le tienen mucho miedo a la política porque temen ser devorados por los gobernantes. Yo pasé por esa prueba de la blancura y terminé haciendo chistes y hasta una película con mis propios recursos. Se pueden hacer muchas cosas sin pedirle al Gobierno.
— ¿Ríe con el proceso? - Cuando se hacen los locos ante la realidad, muy propio de estos regímenes.
— ¿Existe un humor oficial?
– Sí, pero mal humor. Mi profesor Claudio Nazoa dice que los programas cómicos del proceso no dan risa, pero los serios sí.
— ¿Le ha perdonado la revolución un momento de locura?
– ¿Quién a quién? Estamos a mano.
— ¿Satirizaría a Gadafi?
– ¡No!, prefiero a Corpoelec.
— ¿Un presidente para la pantalla grande?
– Rómulo Gallegos, por artista.
Los artistas tienen una sensibilidad humana que no tienen los políticos.
— ¿Su próxima sorpresa?
– Viajar al espacio, pero cuando bajen los pasajes.
— ¿Y otra candidatura presidencial?
– Siempre queda. Por ahora estoy en consignación. Por cierto, también yo pague toda mi campaña en 2006 (Risas).
— ¿Será otra comedia diciembre de 2012?
– No sé si comedia; será esperanzador.
— ¿Qué pasaría en Venezuela si el Estado-Gobierno expropia para sí toda la comicidad nacional?
– Ahí sí es verdad que cae. Si al menos uno supiera que mejorarán el humor, pero nos amargarían más. Quítale todo al venezolano, menos la jodedera.
Por: JOLGUER RODRÍGUEZ COSTA
jolguerr@gmail.com
Ping Pong
Política | Opinión
EL NACIONAL