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Thursday, November 21, 2024
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SEXO SIN TABÚ: El embarazo no es obstáculo para el placer

Inadmisible por un viejo mito que pasa de generación en generación, el deseo sexual de las futuras mamás revela algunos secretos que conviene saber.

Los estímulos son más rápidos
por el alto nivel de hormonas

 

 

“¿Segura, doctora? ¿Entonces puedo mantener relaciones con mi marido sin hacerle daño al bebé?”. En sus veinte años de labor profesional, Genny Acosta Rubio ha debido contestar a la misma interrogante, surgida de pacientes que, independiente de su condición económica o cultural, sean veintiañeras o pasadas de 30 años de edad, son prisioneras de uno de los mitos obstinados de la sexualidad: tener relaciones durante el embarazo.

“Podría jurar que es la segunda pregunta que más nos hacen, sobre todo las primerizas, esas mujeres para quienes el embarazo es una bendición divina pero también un episodio de alto riesgo, como pararse en un precipicio”, explica esta ginecóloga y obstetra que atiende en una clínica en Caracas, y para quien resulta natural que haya tales temores. La primera pregunta ­aclara para satisfacer la curiosidad­ es “¿cómo sé que mi niño nacerá sano? Caricias nada maternales.

Toda mujer quiere sexo:

Las embarazadas también. Con la noticia del niño en camino, las parejas descubren que sus relaciones sexuales cambian de tono y que el deseo de la mujer puede fluctuar, al punto de que llega a sentirse molesta y poco cómoda, toda vez que se mira al espejo y percibe que su cuerpo no está para atraer piropos.

Pero, cómo son las cosas.

“Muchas mujeres revelan también que las relaciones sexuales durante el embarazo terminan siendo más placenteras que antes de salir preñadas”, explica la doctora Acosta Rubio, y dice por qué: Los estímulos sexuales son más rápidos por el alto nivel de hormonas, y por ello se alcanza una excitación total en menos tiempo que cuando no estaba en estado.

“Durante el embarazo, la zona pélvica se congestiona de sangre, tal y como ocurre en la excitación sexual. La congestión de sangre en la cadera durante la excitación es uno de los estímulos para la lubricación vaginal. Asimismo, partes del cuerpo como senos, pezones y genitales son más sensibles debido al desarrollo considerable de los órganos reproductores que se vuelven más susceptibles a la excitación. Otra ventaja psicológica del embarazo en favor del placer es que no hay que preocuparse por el uso de anticonceptivos”.

De igual parecer es la sexóloga Aminta Parra, para quien no existe incompatibilidad entre embarazo y ejercicio de la función sexual, ya que ésta se puede realizar desde el momento de la concepción hasta el mismo día del parto, siempre y cuando esté presente el deseo y no existan riesgos.

En cuanto a los “daños” que pueda ocasionar la práctica sexual en la embarazada, la doctora Parra recuerda que, aunque se sabe que el orgasmo ocasiona contracciones uterinas, hasta la fecha no hay demostración estadística significativa de que sean capaces de iniciar el trabajo de parto.

Refiere que las parejas en las que el embarazo terminó en aborto espontáneo “deben entender que es muy poco probable que la actividad sexual haya sido la causa directa de la pérdida”.

Las falsas ideas perviven y vuelan de una generación a otra, señala Parra, y recuerda que no hay problemas con la práctica del sexo durante el embarazo; sin embargo, enumera una serie de contraindicaciones que deben ser conocidas: ruptura prematura de membranas, sangrado genital, infección genital de uno o ambos cónyuges, el soplado vigoroso de aire en la vagina, porque produciría una embolia que puede conducir a la muerte de la madre y del feto, y la falta de deseo de la mujer, que debe ser respetada, porque relaciones forzadas en esta época pueden tener consecuencias psicológicas importantes en el futuro.

Manual del Mama-Sutra:

Visto que las embarazadas tienen derecho al placer, bastará con escoger las posiciones adecuadas, tomando en cuenta que el acto sexual en estas condiciones requiere en principio de un lugar cómodo y facilidad de movimientos. Se recomienda el uso de almohadas para mantener algunas zonas del cuerpo apoyados y evitar molestias. Entre las posiciones más frecuentes destacan: El hombre encima (misionero). En esta posición el hombre no debe cargar su peso sobre el abdomen de la mujer.

La mujer encima. Es una de las posiciones más cómodas, ya que la mujer controla su peso, el grado de penetración y la intensidad del acto sexual.

De lado (cucharita). Esta posición también es cómoda debido a que se logra una distribución pareja del peso y la penetración no es muy profunda.

Por detrás. En este caso el hombre controla el ritmo y el grado de la penetración.


Por: ELIZABETH ARAUJO
Salud | Sexo
EL NACIONAL