Hermana del scout
reza por su salud

■ “Él me dijo que es fuerte y que saldrá caminando de ésta”.

■ Gabriel Peñalver fue herido en San Bernardino al intentar frustrar un robo y defender a un grupo de exploradores.

El martes, representantes de scouts y dirigentes de asociaciones de vecinos de San Bernardino se reunieron en la sede de la organización para expresar su asombro por el nivel que ha tomado la violencia en Caracas.

Tres días antes, el jefe de los Scouts Catatumbo, Gabriel Peñalver, fue herido en el cuello cuando intentaba defender a un grupo de 80 niños que se iniciaban en las actividades de la institución. Estos grupos de exploradores se conocen como manada y ninguno de sus integrantes tiene más de 11 años de edad.

Peñalver, un triatlonista de 35 años de edad y amante del reguetón, tenía sobre sus hombros la responsabilidad de velar por la integridad física de los niños; de ser ante ellos la encarnación de los valores que promueve la institución no gubernamental: “Dios, patria y hogar”.

Él era, en el argot del propio grupo, un scouter, abreviación de scout master o maestro de quienes aspiran a crecer en el grupo. José Navas, director de Administración de la organización, explica que una vez que el joven entra a esa familia como seguidor de un scouter difícilmente se saldrá en el futuro.

La actividad con los exploradores terminaba sin novedad.

El jefe de grupo y su hermano, Freddy Peñalver, supervisaban el final de la jornada.

A las 3:30 pm, sin embargo, ocurrió algo que cambiaría para siempre la vida de Gabriel Peñalver. La violencia llegó en la forma de un antisocial que pasó en una motocicleta cuando él y los niños salían.

El motorizado iba con una mujer de parrillera. Al parecer, vio una oportunidad de oro para robar los aparatos que tuviesen los niños y los supervisores. Con cierta candidez, preguntó si alguno de los scouts estaba armado.

Al saber que ninguna de sus potenciales víctimas tenía el mismo poder de fuego que él, exigió con su pistola en la mano que le entregaran todo lo que pudiesen.

Peñalver, aunque desarmado, tenía estamina y mucha adrenalina. En el primer descuido, el hombre ­conocido por sus amigos como “el Loro”­ le brincó encima al hampón y trató de someterlo.

Desde el suelo, el antisocial disparó tres veces al jefe del grupo Scouts Catatumbo, cuando él intentaba ponerse a cubierto. “Le dispararon cobardemente por la espalda”, dijo Frank Chávez, un miembro de la organización y ex agente de la policía judicial.

El agresor huyó lo más rápido que pudo. Tanto que dejó en el lugar el arma y una cartera. Los scouts recogieron esas evidencias y las entregaron en la carpa del Dispositivo Bicentenario de Seguridad, con la esperanza de que no quede impune este crimen.

Oramos por él:

Gabriel Peñalver se incorporó a la institución cuando apenas tenía 10 años de edad. Entonces, era tropa. Según Maya, desde entonces dedicó su vida al ejercicio y la institución filantrópica.

No fuma y casi no bebe. Para su mantenimiento económico, regenta una compañía de transporte de encomiendas.

“Lo quiero como a un padre.

Para lo que pidas, él está siempre. Esa es la doctrina scout”, explicó. En la reunión de los vecinos de San Bernardino, Rebeca Senia, miembro del Consejo Comunal Selva del Ávila, expresó su deseo por la recuperación de Peñalver.

“Todos somos una gran familia y necesitamos de una oración por Gabriel. Para que pueda salir bien de esto”, expresó.

El viernes, la víctima convalecía de la segunda intervención quirúrgica para extraerle los fragmentos de la bala, que amenazaban con afectar su capacidad motora.

Esta operación fue hecha en el Hospital Militar de Caracas.

Peñalver reposaba en una habitación, entubado y sedado.

Sus familiares, preocupados, no quisieron dar un pronóstico sobre el tiempo que tomará su recuperación. ¿Hará nuevas marchas? ¿Recorrerá de nuevo largos trechos en su bicicleta? Karina Peñalver pudo hablar con su hermano poco antes de que lo operaran por segunda vez. “Él me dijo que es fuerte y que va a salir caminando de ésta”, afirmó. Tanto ella como Freddy siguieron el ejemplo de su hermano y, desde hace años, también son scouts.

Ramón Delgado, director ejecutivo nacional de la organización, comentó que los integrantes hicieron espontáneamente una colecta para asegurar el tratamiento médico del líder de los Scouts Catatumbo, quien tiene 15 años de servicio.

“Uno nace scout y muere scout”, resumió Rebeca Senia.

Por: JAVIER IGNACIO MAYORCA
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