El Cicpc colectó más de 40
conchas de balas en el lugar

■ Empleado de gasolinera murió al quedar atrapado en tiroteo mientras trabajaba.

■ Lo hirieron cuando dos hombres intentaron robarse una camioneta y fueron atacados por unos escoltas.

Ayer, a las 6:45 am, mataron a Simón Rojas, de 50 años de edad, quien trabajaba como surtidor de la estación de servicio Texaco, en la Quinta Transversal de Los Dos Caminos, cuando quedó atrapado en un tiroteo entre dos escoltas y un grupo de delincuentes, que presuntamente iban a robarse una camioneta Toyota Autana, mientras llenaba el tanque de combustible.

El cadáver de Rojas quedó tirado en el surtidor número 3 de la gasolinera. Los funcionarios de la División contra Homicidios del Cicpc colectaron más de 40 conchas de proyectiles que quedaron esparcidos en el área. Algunas de las balas impactaron el techo de la gasolinera, las santamarías de la cauchera y la tienda del lugar.

La versión preliminar de los hechos fue que cuatro hombres llegaron a la avenida en un vehículo Chevrolet Corsa, color azul, se estacionaron a un lado de la gasolinera y dos de los delincuentes se bajaron y se acercaron a la camioneta, pero no contaban con que el propietario del rústico estaba acompañado por dos escoltas.

En seguida se inició el intercambio de disparos y la víctima quedó en medio de quienes disparaban. El otro empleado de la bomba pudo esconderse detrás de otro de los surtidores y salió ileso del tiroteo.

La víctima tenía apenas cinco meses trabajando en la estación de servicio y desde el pasado jueves estaba en el turno de la mañana. Ayer llegó a la gasolinera a las 6:30 am y 15 minutos después lo mataron. Vivía en el barrio El Nazareno de Petare y deja dos hijos huérfanos.

Al lugar llegó Orlando Graterol, primo de la víctima, quien aseguró que en alguna oportunidad Rojas le comentó que el sector era muy peligroso y que siempre ocurrían robos de carros. “En todas partes de Caracas es muy poca la seguridad.

Estamos a merced de la delincuencia y expuestos a que nos pase algo”, comentó el familiar de la víctima.

También se presentó el encargado de la gasolinera, quien prefirió no identificarse, pero comentó que tuvo que reforzar las medidas de seguridad en la tienda y colocar cámaras de seguridad porque los han robado en varias oportunidades.

“Todos los sábados suceden cosas en esta calle. Tenemos cuatro semanas seguidas que se roban carros en este sector y la policía sólo pasa a veces.

Siempre es entre las 6:00 am y las 8:00 am. Yo apenas me pude esconder cuando comenzaron a sonar los tiros, después me levanté cuando se fueron y vi a mi compañero tirado en el piso, pero ya estaba muerto”, relató Antonio Andrade, el otro empleado de la bomba que presenció el crimen.

La policía científica maneja la hipótesis de que posiblemente uno de los delincuentes y uno de los escoltas que participaron en el intercambio de disparos podrían estar heridos, pues en el lugar hallaron una gorra manchada con sangre que no pertenecía a la víctima. Las cámaras de seguridad de una farmacia adyacente y de la gasolinera registraron todo el incidente.

Por: THABATA MOLINA
tmolina@el-nacional.com
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