Propietarios e inquilinos se pelean por
una vivienda en la Gran Caracas
■ En el país se generó el “homicidio” de la institución del arrendamiento.
Igual están los Barrios, en Guatire, quienes invirtieron en una casa en Trapichito sin saber que en la Planta Baja vivía una mujer que les ha impedido el paso por tres años; o como los Kleinbergs, en Bello Monte, que pernoctan en un carro debido a que su inquilina no les permite ingresar a la parte alta, y centenares de casos más.
Las balas que entraban por el techo de zinc del anexo que arrendó Silvana Arcaya y su esposo Derci Barrios en el barrio Zulia, sector los Naranjos de Guarenas, caían cerca de sus tres hijos. A la familia le tocó vivir en el barrio porque luego de vender su apartamento en la urbanización Buena Vista de Guatire compraron una casa en Trapichito (Guarenas) y quien quiso ser la propietaria se niega a entregársela.
Los barrios:
La familia Barrios vivió siete años en Buena Vista y en 2008 vendieron su casa para invertir los recursos en la vivienda de la vereda 28, sector 4, de la urbanización Manuel Martínez Manuel (Trapichito). A partir de esa fecha sus vidas cambiaron por completo. La situación de los Barrios se suma a otros tres casos en Caracas donde inquilinos y una constructora se niegan a devolverles o culminarles sus inmuebles tras ser intervenidos o tomados por arrendatarios, en perjuicio del derecho a la propiedad privada.
Arcaya contó que el Banco del Tesoro les aprobó en 2008 Bs 80 mil para comprar la casa de Trapichito. “Nunca supe que en la planta baja vivía la ex esposa del dueño, Yamileth Denis, quien aspiró a ser propietaria. Elizabeth Patiño (vendedora) y la inmobiliaria de Juan Matheus se lavaron las manos”.
Denis impedía el acceso a los nuevos propietarios. Al mismo tiempo, a la familia Barrios le pedían desocupación en Buena Vista. “Me tocó vivir obligada en el barrio Zulia. Creí que era por dos meses, pero pasé casi tres años de angustia. Mis hijos escuchaban cada noche los tiroteos y veían las balas que les caían cerca. Decidí salirme de allí e instalarme el 17 de agosto pasado en la parte alta de la casa que compramos. Compré mi casa y no me la entregan. La Planta Baja aún la ocupa Denis”, resaltó Arcaya.
Mientras, Betty Pabón lleva cuatro años viviendo en pensiones del centro porque el inquilino, Víctor Freites, no le devuelve su apartamento en el piso 6 (6-A) de Residencias del Este, esquina San Luis de la avenida Fuerzas Armadas Norte.
Pabón relató que en las pensiones le roban sus pertenencias. En 1987 decidió viajar a Canadá para casarse y estudiar Finanzas y le confió su casa a su vecina por cuatro meses. “Al día siguiente hizo un contrato de arrendamiento a Freites. No podía regresar al país porque no me quería dar mi casa. Seis años después retorné y Freites no quiso recibirme, él aún vive en mi vivienda”, resaltó.
Desde 1993 Pabón intenta en inquilinato que Freites le entregue su casa. “Le di plazo y siempre dice que no consigue vivienda. La situación me tiene muy enferma. Paga cuando quiere. Le regulan el alquiler y tampoco cumple. En 2004 me dio cáncer de seno y recibí radioterapia en el hospital Luis Razetti. Hoy tengo un tumor en un brazo y problemas intestinales. No pensé que en mi país pasaban esas cosas. Limpié pisos para tener mi casa y me la quitaron”.
Los Kleinbergs:
En la calle Caurimare de Colinas de Bello Monte, Janis Kleinbergs y su esposa Ottavia residen en un auto prestado desde hace dos semanas porque su inquilina, Marcela Navea, se niega a darles acceso a la parte alta de su casa. “En la última reunión en Inquilinato acordamos que se hará una inspección mañana para verificar que Navea ocupa toda la casa. Solo le alquiló la planta baja”, dijo Janis. Ellos también se defenderán mañana de un amparo interpuesto por la inquilina.
La familia Barrios por su parte ganó un amparo que interpuso Yamileth Denis en el tribunal del municipio Plaza, donde exponía que los dueños entraron a la fuerza en la casa de Guarenas.
En los casos de las familias Barrios, Kleinbergs, y de Pabón, los inquilinos no pudieron ser contactados.
Entretanto, la intervención de la Promotora Casarapa impide que le entreguen el apartamento que compró Manuel González en el urbanismo Auyantepui de Macaracuay. En un mes debe entregar la casa que vendió y “nadie me alquila”.
MUERE EL ARRENDAMIENTO:
Rafael Ángel Viso, abogado, experto en materia de inquilinato, condominios y comunidades inmobiliarias, informó que en el país se generó el “homicidio” de la institución del arrendamiento.
“Se eliminó la confianza que daba la certeza de contar con un ordenamiento jurídico. No se cuestionaba el artículo 115 de la Constitución, que garantiza el derecho a la propiedad privada”, resaltó.
Viso destacó que el alquiler de inmuebles fue afectado a raíz del decreto de congelación de cánones de arrendamiento hace más de cinco años. “Los propietarios pagan los gastos de mantenimiento del inmueble. La renta no está de acuerdo a la inflación. No hay arreglos en el edificio y se deteriora”.
El decreto del Tribunal Supremo de Justicia, donde se evitan los desalojos forzosos, victimiza a los propietarios, según Viso.
“El proyecto de Ley de Arrendamiento que hoy se discute cercena los derechos del propietario al no poder usarlo después de comprarlo. Tienes tres marcos jurídicos desfavorables”, dijo.
Las leyes también violan el Código Civil venezolano. “Se establecen los contratos nominados, donde la no inversión del título significa que aunque arriendes y seas el arrendatario por 100 años, jamas serás propietario. No es traslativo de la propiedad…”, afirmó Viso.
Por: JORGE HERNÁNDEZ
domingo 28 de agosto de 2011
Viviendas | Caracas
EL UNIVERSAL