(La comiquita del domingo)

Ese domingo Cocoliso se levantó temprano de la cama para realizar su terapia de ejercicios, desayunar y tomar sus medicamentos inspeccionados por los médicos cubanos. No había podido conciliar el sueño, pues trataba de imaginarse cómo quedaría después que el barbero cubano pasara la maquina de afeitar sobre su cabeza, para ejecutarle un rápido corte “al rape” de cabello. Entonces, decidió finalmente, que lo mejor era pasarse la hojilla “cero” sin rasura posterior, cosa que el brillo de su coco reluciente no reflejara la luz frente a las cámaras de televisión.

Luego, comenzó a preparar su alocución en cadena nacional de radio y televisión para el día lunes siguiente, cuestión de presentarse ante el país como “Cocoliso Chávez” dejando atrás los famélicos días de “tribilin”, el monaguillo, el pitcher, el cadete, el cantante, el Capitán rebelde, el perseguidor de guerrilleros cojos como Alí Rodríguez y pare de contar: Es decir, que se estaba abriendo una nueva etapa de la Historia patria con la llegada de “Cocoliso”.

Mientras compartía con el larguirucho Canciller Nicolás, pasando revista a la situación de su actual imagen política frente a su angustiante gobierno ineficiente, cargado de sujetos que manejan grandes cantidades de dinero sin mayores éxitos, con el consabido endeudamiento y el fastuoso derroche que caracteriza su gestión administrativa, se pregunta ¿Qué hacer para distraer la atención de la gente, porque los trapos rojos parece que se agotan?

La cantidad de obras inconclusas y abandonadas abundan en todas partes; los hospitales se observan paralizados, la gente protesta todos los días hasta por “quítame esta pajíta”, la inseguridad reina y no hacen nada, las empresas de cemento nacionalizadas están perdidas en la desgracia, las empresas de Guayana dan pena sumergidas en el caos y la corrupción, los fundos expropiados están altos de monte y preñados de culebras sabaneras con una política agro-alimentaria de televisión, las cooperativas socialistas no existen salvo unas cuantas que sobrevivieron al bochinche crediticio, las vaquillas Uruguayas quedaron en la parrilla y todo proyecto nacido de su delirio, quedó en gas como el puente sobre el lago; el parque de La Carlota, la potencia petrolera y cuanto cuento se le ha ocurrido como si estuviera en una competencia del “Embuste más grande del mundo”.

¿Qué hacer –se volvió a preguntar- para distraer la atención de la gente? Entonces, Cocoliso Chávez prepara un cóctel de mensajes cargado de su corte de pelo, la carta que le mandó el hermano Libio y -sobretodo, lo más importante- el ataque a la oposición, usando los medios de comunicación para generar intrigas, fomentar divisiones y crear un clima negativo contra la unidad de la mesa democrática.

Así, el canal ocho en vez de informar sobre la gestión del Estado ha pasado a convertirse en una “Chepa Candela” socialista de comiquita, divulgando conversaciones telefónicas grabadas por el Sebin –antigua DISIP- sobre las discusiones que lleva adelante la mesa democrática que amenaza con propinarle la derrota electoral en el 2012.

Como diría Popeye: ¡Que el diablo te lleve, Cocoliso!

Por: Luis ALFREDO RAPOZO
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