Protestaron tema del
filme en Mexico
■ A pesar de la oposición de organizaciones mexicanas a la trata de mujeres, Memorias de mis putas tristes está lista para su estreno.
La adaptación al cine de la novela de Gabriel García Márquez Memorias de mis putas tristes está lista para estrenarse, pese a que el rodaje se tuvo que desarrollar de manera casi clandestina por la polémica que suscitó en México la historia.
La cinta, dirigida por el danés Henning Carlsen, con las actuaciones del mexicano Emilio Echeverría y de la estadounidense Geraldine Chaplin, retoma la trama de García Márquez sobre un anciano que, para celebrar sus 90 años de edad, decide regalarse una noche de amor con una adolescente virgen.
En la versión cinematográfica, en lugar de usar a una actriz adolescente, se optó por una veinteañera. No obstante, organizaciones mexicanas que luchan contra la trata de mujeres se opusieron en 2009 a que se iniciara el rodaje por considerar que se hacía apología de la prostitución infantil y de la corrupción de menores.
Pese a los obstáculos, la película se terminó de rodar en diciembre en el estado de Campeche, bajo el nombre simulado de Sueños del Caribe.
En los cines, el filme llevará su título original. “No queríamos llamar la atención de nadie; de hecho, el rodaje se hizo de manera discreta. Nos costó tanto reiniciarlo que no queríamos volver a tener una mala experiencia”, dijo el productor de la cinta, Leo Villarreal.
Después de superar la pérdida de inversionistas y los cambios de elenco y de locación, se espera que la producción se estrene el año próximo, indicó.
Los productores habían planeado filmar en Puebla, que además iba a aportar recursos para la película. Sin embargo, se sumó a la polémica el hecho de que el entonces gobernador de ese estado, Mario Marín, estuvo involucrado en un escándalo por supuesta protección a un empresario acusado de pederastia. “Tocamos entonces la puerta en Campeche y el gobernador nos dijo: `Leí el libro, me encantó”, contó el productor. Aunque no se les otorgó recursos, se apoyó al equipo realizador.
Se sacaron otra vez las cuentas, se habló de nuevo con García Márquez sobre los derechos de autor y se ajustó el guión para rodar la cinta con un presupuesto de 50 millones de pesos (4,5 millones de dólares), menor al fijado inicialmente.
También se tuvo que cambiar al protagonista por un actor mexicano, porque ya no se iba a poder contratar al argentino Héctor Alterio. Además de Chaplin, actúan en el filme las españolas Angela y Olivia Molina, madre e hija, que interpretan al mismo personaje en épocas distintas.
Por: Redacción
CIUDAD DE MÉXICO REUTERS
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