Hugo Chávez y el “torbellino
político” que se le avecina
Ahora que el presidente venezolano Hugo Chávez ha admitido públicamente que tiene cáncer -después de que su régimen había acusado a los medios independientes de ser agentes del imperialismo por especular que su prolongada estadía en Cuba se debía a una enfermedad grave-, he aquí tres escenarios posibles de lo que podría ocurrir en Venezuela. Todos ellos vaticinan un futuro turbulento.
Escenario 1: Chávez logra superar sus dificultades. El presidente venezolano, que ha estado hospitalizado en La Habana desde el 10 de junio, vuelve a Venezuela a continuar su tratamiento allí, y se recupera a tiempo para hacer campaña para las elecciones presidenciales de diciembre del 2012.
Pese a su decaída popularidad, que según una encuesta reciente de Keller y asociados ha caído al 41 por ciento, mientras el 53 por ciento de los venezolanos lo rechazan, Chávez logra ganar la simpatía de muchos debido a su enfermedad. Es difícil para los líderes de la oposición atacar a un Chávez enfermo de cáncer y culparlo por el desastre económico del país.
La economía de Venezuela -que pese a beneficiarse del mayor boom petrolero de su historia terminó teniendo uno de los índices de crecimiento económicos más bajos y un índice de inflación de los más altos de Latinoamérica el año pasado- sigue deteriorándose. El estilo de gobierno altamente personalizado de Chávez y la falta de técnicos en el gobierno resulta en un caos económico aún mayor con un presidente concentrado en superar su enfermedad.
Sin embargo, Chávez se presenta a la reelección con un barniz de humildad y con un discurso más conciliador, y -beneficiándose de una a oposición dividida- gana las elecciones presidenciales.
Escenario 2: La candidatura del hermano mayor. Chávez tiene que hacer sesiones de quimioterapia que lo dejan agotado física y emocionalmente, e incapaz de presentarse a las elecciones. Por consejo del régimen militar cubano -que es el que tendría más que perder si la oposición venezolana ganas las elecciones y elimina los masivos subsidios petroleros de Venezuela a la isla-, Chavez nomina a su hermano mayor Adán Chávez como su candidato presidencial.
Adán Chávez, un físico y ex embajador en Cuba que ha sido uno de los mentores políticos del Presidente, es considerado el principal contacto de Chávez con el régimen de la isla. Adán Chávez es actualmente gobernador del estado de Barinas, y en Venezuela se lo considera el líder del ala más radical y pro-cubana del gobierno de Chávez.
El 27 de junio, en medio de crecientes rumores en Venezuela de que el presidente Chávez tenía cáncer, Adán Chávez fue citado por los periódicos venezolanos declarando que “sería imperdonable limitarse tan solo a lo electoral y no ver los otros métodos de lucha, incluso la lucha armada para obtener el poder, que es el instrumento indispensable para aplicar y desarrollar el programa revolucionario’’.
Escenario 3: La candidatura de un representante de la “Boliburguesía’’, o burguesía bolivariana, apoyado por los militares. Bajo este escenario, una feroz lucha por el poder estalla dentro de diversas facciones chavistas, y la jerarquía militar venezolana convence al presidente de que debe designar al ex vicepresidente Diosdado Cabello -un colaborador todo terreno de Chávez y el hombre que maneja sus finanzas- como candidato presidencial del gobierno.
Los generales de más alto rango, muchos de los cuales se han hecho multimillonarios pero no apoyan un modelo comunista, temen que Adán Chávez reemplace las fuerzas armadas con milicias territoriales semi-independientes al estilo cubano. Los militares prefieren a Cabello, que según medios venezolanos también se hizo fabulosamente rico en los últimos años, porque lideraría un gobierno capitalista sin abandonar la retórica izquierdista radical de Chavez, y mantendría las cosas como están.
Mi opinión: Obviamente, Chávez preferiría el primer escenario, pero si su salud no le permite presentarse a la reelección, optará por el segundo escenario: su hermano mayor Adán.
Pero no le va a resultar nada fácil. Entre ahora y las elecciones del 2012, Venezuela sufrirá un vacío de poder parcial, que se traducirá en más corrupción en las altas esferas del gobierno, y un mayor descalabro económico. Un gobierno altamente personalizado cuyo líder máximo sólo puede trabajar a medio tiempo y está físicamente disminuido solo puede resultar en un caos económico aún mayor.
En el torbellino político que se avecina, la oposición venezolana tendrá su mejor oportunidad para demostrarles a los venezolanos y al mundo que tiene una vocación democrática, y para dejar en claro que no tiene otro objetivo que llegar al poder mediante una victoria en las elecciones del año próximo.
Esperemos que los líderes de la oposición no pierdan la cabeza, porque la agitación política de los próximos meses tentará a muchos -tanto del gobierno como de la oposición- a buscar soluciones extra-constitucionales.
Por: Andrés Oppenheimer
aoppenheimer@MiamiHerald.com
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