”Si algo tenemos en Venezuela son
más pilas que el conejito de la cuña..”
– Usted dice que El aplauso va por dentro representa 15 años de milagros. ¿Cree que uno de ellos acabe con esta tragicomedia?
– (Carcajadas) Si todavía a Valeria le falta entender los aplausos, la tragicomedia persistirá hasta que cumpla su objetivo. En Venezuela se va todo, menos el aburrimiento.
–¿Lo más plausible del venezolano?
– Su sentido del humor y su capacidad para hacer de todo una metáfora.
— ¿Lo más bochornoso?
– La falta de consecuencias. En este país hasta la lógica no tiene consecuencias lógicas.
— ¿Volverá la novela rosa?
– Siempre vuelve. El rosado es un color perenne.
— ¿Irrumpirá la roja?
– Está en su momento; de pronto se torna rosa.
— ¿Por qué no hace una novela política?
– ¿Por qué no? De otra manera no se vendería.
— ¿Una sobre amores entre curas y monjas?
– (Carcajadas) A los mexicanos sí se les ocurriría.
— ¿Otra sobre el discreto encanto de la boliburguesía?
– (Risas) Soy una gordita que habla mal de los hombres.
—¿Le ha jalado las orejas Venevisión?
– He tenido mucha suerte en eso, aunque una vez me pidieron minimizar la mención de un banquero corrupto.
– ¿Trabajaría para VTV?
– Claro, por trabajo. Tengo dos chamos.
— ¿Encontró el sustituto de la palabra “negro”?
– (Carcajadas) ¿Guayoyo?
— ¿Y de conserje?
– ¡Carajo! ¿También está prohibida? Afortunadamente, en mi nuevo proyecto no hay ninguna.
– ¿La novela soñada?
– Una como Guerra de mujeres. Gozamos una bola haciéndola.
— ¿La de todos los días?
– Tal como es, la vida real no tiene chance en una telenovela.
—¿El aplauso más merecido?
– Cuando somos útiles a otros.
— ¿El más inmerecido?
– Cuando logramos favores con escapulario ajeno.
— ¿Un político plausible?
– Todos. Sólo por la intención inicial.
— ¿Una adicción?
– Muchas; la risa y el cigarrillo.
—¿Una contradicción?
– Muchas; con mis textos he contribuido con bastantes divorcios y a que la gente se atreva a ser feliz.
—¿Una manía cuando escribe?
– No puedo comenzar a escribir si no gano primero un juego de solitario.
— ¿Escribe por amor al arte o al capitalismo?
– Para no volverme loca. Es lo que más me gusta hacer y mi jefe no lo sabe. Por eso me paga.
— ¿Un momento histórico digno de ovación?
– Cuando Bolívar luchó por cinco países con el fin de libertarlos y no para gobernarlos.
— ¿Lo más elogioso de la MUD?
– Seguirlo intentando.
— ¿Y del proceso?
– El haberse ocupado de los que no tenían nada.
— ¿Se aplaude usted misma?
– Muchas veces (risas).
— ¿El drama nacional?
– Que ambos bandos piensan que en el otro lado no hay nadie.
— ¿Qué haría un escritor en el socialismo del siglo XXI?
– Ser feliz con tanto material.
– ¿La novela bicentenaria?
– (Carcajadas) ¡Sería carísima!
— Cuando fue estudiante, ¿era fan de un gobierno?
– Estudié en los ochenta. Soy de la propia generación boba.
– ¿Una heroína?
– La venezolana anónima, que atiende a los hijos, se opera de todo, lucha contra el tiempo y las rivales, pero sin quitarse los tacones.
— ¿Dónde tiene más amigos: en el oficialismo o en la oposición?
– En ambos lados grandes amigos. Por eso no he podido celebrar mis cumpleaños con ellos. Se pelearían.
–¿El umbral nacional entre lo cómico y lo patético?
– Es muy delgadito.
— ¿Los aplausos más falsos?
– Los que te hacen los colegas.
– ¿Los más alegres?
– Los del domingo pasado en el Teresa Carreño cuando celebramos los 15 años de Valeria.
— ¿Y los de la protagonista?
– Mimí está tan mimitizada, que no se sabe cuál es cuál.
— Entre los que voltearon y se enamoraron de Chávez, ¿estaba usted?
– (Carcajadas) Volteé y me sorprendí. En los noventa jamás me imaginé que pasaría algo así.
— ¿Cómo la enamoraría la oposición?
– Acabando con la inseguridad en los estados que gobierna.
– ¿Y el Gobierno?
– Lo mismo anterior.
—¿Imagina una novela marxista?
– ¡Claro!, en la novela cabe de todo, siempre que haya un amor imposible.
—¿Como el del Gobierno con la oposición?
– Con esos Montesco y Capuleto se haría una buena.
— ¿Terminará la doméstica como dueña de la mansión?
– La culpa sería de Arquímedes Rivero y Delia Fiallo, que llevan 60 años intentándolo.
–Mientras, ¿en cuál capítulo va esta tragicomedia?
– Luego de 12 años, en la etapa cumbre.
– ¿Visualiza el final?
– Las tragicomedias nunca tienen final, y siguen y siguen y siguen…
— ¿Se le acabarán las pilas?
– Si algo tenemos en Venezuela son más pilas que el conejito de la cuña.
— ¿Cree que su candidato en 2012 gane la Presidencia?
- ¡Ay, carajo! No lo sé, por algo estamos en la etapa cumbre.
– Como ni ni, ¿cuál es su candidato?
– (Carcajadas) ¡Pero qué te pasa! El que ofrezca seguridad.
— ¿Ha sido víctima del hampa?
– Cinco veces, y de manera fuerte.
— ¿Quién será el más aplaudido en diciembre de 2012?
- Todos, si ejercemos el privilegio de votar.
–¿El título de una novela a partir de 2013?
– El sol sale para todos.
— ¿Qué pasaría en Venezuela si las llamadas focas dejan de aplaudir?
– (Carcajadas) ¡Ay, Dios mío! ¿Y qué pasaría si de un lado dejaran de pensar que del otro lado lo que hay son focas?
* MÓNICA MONTAÑÉS, DRAMATURGA Y LIBRETISTA DE TV
Por: JOLGUER RODRÍGUEZ COSTA
jolguerr@gmail.com
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