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Thursday, November 21, 2024
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TESTIMONIO: “Llegó un momento en que sentí que me faltaba el aire”

Consideran que los detenidos deben permanecer separados de los funcionarios investigadores afirma Luis Godoy.

Cicpc debe investigar
y no cuidar presos

 

■ Un preso que estuvo en Aprehensión relató su experiencia. No durmió por falta de espacio.

Un preso del internado Rodeo I, que estuvo detenido en el Departamento de Aprehensión del Cicpc en enero pasado, relató su experiencia en el calabozo que compartió con 70 hombres durante ocho días. “No podíamos movernos ni diez centímetros. Teníamos que pasar por encima de los demás. No se podía dormir por falta de espacio. Cuando salí de allí tenía los pies hinchados y pus en la piel”.

Juan González, nombre ficticio que adoptó para resguardar su verdadera identidad por temor a represalias, señaló que estuvo recluido en El Fogón. “Éramos 70 personas y seguían metiendo más gente.

Una foto tomada en el interior del Cicpc-El Rosal muestra el hacinamiento de los calabozos.

No había agua ni luz:

Las paredes sudaban. Llegó un momento en que sentí que me faltaba la respiración. Había que hacer las necesidades una encima de otra. La celda estaba putrefacta”.

González, quien está preso por la investigación de un homicidio, indicó que los funcionarios de esa dependencia del Cicpc les entregaban, cuando querían, el agua y la comida que le llevaban sus familiares.

Denunció que a sus parientes les cobraron 25.000 bolívares para trasladarlo y luego quisieron pedirles 5.000 bolívares más para cambiarlo de calabozo. Comentó que no vio a su familia en ocho días y que ésta no denunció los hechos por temor a que él pudiera morir en Aprehensión.

Investigar:

Luis Godoy, ex funcionario del Cicpc, no es partidario de que el personal policial del Departamento de Aprensión custodie detenidos. La labor primordial de ese organismo, y para la que fue creado, es la investigación técnico-científica, señaló.

Consideró que el Estado y el Ministerio de Relaciones Interiores y Justicia deben construir recintos de reclusión preventiva para los presos capturados en flagrancia, con orden de detención o solicitados por un tribunal. “El detenido deber ser separado del investigador para evitar, sea verdad o mentira, que diga que fue torturado”.

Godoy estimó que esos recintos deberían ser creados en los circuitos judiciales, deben contar con las mínimas condiciones de higiene y suficiente espacio, que los presos deben estar clasificados. “Para que no se violen los derechos humanos de estas personas”.

Cuando los funcionarios del Cicpc detienen y reseñen a una persona, deben llevarla a uno de esos recintos especiales, señaló Godoy.

Indicó que el retén de La Planta, Rodeo I y II fueron creados para albergar a presos que están en proceso de investigación. Antes, el Retén de Catia, que fue demolido, cumplió con esa función. Actualmente en La Planta y Rodeo I y II hay una situación de hacinamiento. “Eso es lo que permite el surgimiento de las mafias dentro de esos recintos”, explicó.

Los motines de presos en calabozos policiales no son ajenos para Godoy. Los vivió cuando en la antigua PTJ se produjo hacinamiento de detenidos. Antes de 1999 había presos en todas las dependencias. Hubo heridos, y muchas veces tuvieron que pedir la colaboración de la Dirección de Orden Público y de la Unidad Especial de Perros Amaestrados de la Policía Metropolitana para controlar la situación.

En esa época los mismos funcionarios se encargaban de la limpieza de las celdas y buscaban ventiladores para que los presos se sofocaran.

Señaló que la mejor manera de combatir la matraca de funcionarios policiales es denunciarlos. “De lo contrario, la gente se convierte en cómplice de esas personas”.


Por: SANDRA GUERRERO
sguerrero@el-nacional.com
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