26.7 C
Caracas
Thursday, November 21, 2024
HomeMILAGROS SOCORROEntrevistaFAUSTO MASÓ: El chavismo sin Chávez de la oposición

FAUSTO MASÓ: El chavismo sin Chávez de la oposición

El Método del Discurso

 

Hasta ahora en Venezuela nunca se ganaron elecciones defendiendo el capitalismo, aquí han sido de izquierda hasta los miembros del Ku Klux Klan.

Los presidentes venezolanos han sido antiimperialistas.

Nuestros políticos se han definido como de centro izquierda, nunca de derecha, ni siquiera de centro. Ahora, en voz baja, más de uno defiende el capitalismo pero en público no se atreve a tamaña herejía. Nuestros presidentes han preferido que los coloquen a la izquierda, han sido chavistas antes de que apareciera Chávez: estatistas, antiimperialistas, populistas, y cuando decidieron abrir la economía condenaron públicamente el neoliberalismo.

Chávez, nuestro superizquierdista de café con leche, desconfía de sus seguidores que quieren sobrevivir más allá de su gobierno, los partidarios secretos del chavismo sin Chávez. Nunca adivinó que enfrentaría también en la oposición un chavismo sin Chávez, cuya verdadera finalidad es dejarlo sin discurso. En política, más de una vez se ha aplicado esta treta, la triangulación.

Un asesor político de Clinton la redescubrió para dejar a los republicanos sin discurso y reelegir al ex presidente, después de haber sido derrotado en la elección de mitad del primer período.

En el caso venezolano esa triangulación le quitaría con toda la razón del mundo a Chávez el uso exclusivo del nacionalismo. El elector preferiría, adicionalmente, votar por gente seria que, además de ser nacionalista, en realidad construya vivienda, aumente el empleo, controle la inflación, rescate a los marginados sin perseguir periodistas ni pretender quedarse para siempre en Miraflores. Buena parte de la oposición aspiraría a dividir el chavismo con promesas similares a las de Chávez, una forma ingeniosa de derrotarlo. Quizá no ande tan equivocada.

Esto lo condenan los puristas, los que están desesperados por definirse como conservadores, a los que les indignan el guiño antiimperialista de un sector de la oposición; sostienen que el país preferirá el chavismo con Chávez que el chavismo sin Chávez. Mejor, por tanto hablar claro, decir abiertamente: ¡Somos capitalistas! ¡Y qué! Además, ¡con los yanquis se vive mejor! Inmediatamente afirman que el peor presidente del pasado ha sido mejor gobernante que Chávez, lo cual no es mentira.

El chavismo sin Chávez colocaría a la derecha al chavismo.

La otra actitud subrayaría las diferencias, rechazaría a rajatabla la intervención del Estado, defendería la privatización de la Corporación Venezolana de Guayana y que Sidor y la Cantv retornasen a manos privadas.

El elector votaría por otro proyecto político, por una visión distinta de país y no habría necesidad de fingirse antiimperialista y supernacionalista.

¿Cuál de las dos posturas garantiza la derrota del chavismo? Como lo demuestra la condena por parte de la oposición de la supuesta agresión de Estados Unidos contra Pdvsa, la primera prevalece en la oposición.

Chávez ganó las elecciones sin proclamarse marxista-leninista, asociándose con Jorge Olavarría, Maíz Vallenilla, el MAS, con todo aquel que tranquilizara al país. Los primeros meses ratificó sus mensajes de tranquilidad, y mantuvo en su gabinete a ministros de Rafael Caldera. Carlos Andrés II ganó las elecciones aprovechando que sus electores suponían que volverían los tiempos sabrosos de su primer gobierno.


Por: FAUSTO MASÓ
fausto.maso@gmail.com
Política | Opinión
EL NACIONAL