El Cicpc y el Ministerio Público
negociaron la liberación
■ En Catia aplaudieron a plagiarios pese a sus amenazas recurrentes.
■ Desde las 11:30 am hasta las 7:23 pm dos delincuentes mantuvieron como rehenes a tres mujeres.
■ El barrio se llenó de policías por completo. Se distribuyeron en distintos puntos de la zona para tratar de liberar a las mujeres, sin que hubiera un desenlace fatal.
■ Los habitantes de la tercera terraza en el sector La Cubana del barrio Gramovén, en Catia, conocían a los dos secuestradores que ingresaron a la vivienda de Dora Jiménez, de 38 años, a las 11 de la mañana de ayer. Los dos eran sus vecinos.
Siete minutos antes de que se cumplieran ocho horas de estar retenidas, fueron liberadas las últimas dos rehenes tomadas por Orlanays Garcia Lemus, de 26 años de edad, y Juan Carlos Sosa Calderón, quienes se metieron a la vivienda de estas personas, en el sector La Cubana de Gramoven, cuando eran perseguidos por la policía.
Desde que se inició la toma de rehenes, a las 11:30 am, los habitantes de la zona buscaron la mejor ubicación en las ventanas o platabandas de sus casas para tener de primera mano los pormenores.
Las víctimas fueron identificadas como Josefa De Jesús Parra Sánchez, de 61 años de edad; Dora Jiménez, de 38 años, y Nelly Rojas, de 18 años, quien tiene siete meses de embarazo.
Lo que desencadenó la situación fue un allanamiento hecho por una comisión de la División contra Homicidios del Cicpc, que se trasladó hasta Gramoven a buscar a García y a Sosa, con una orden emitida por el Tribunal 28° de Control de Caracas, por ser presuntamente señalados como responsables de varios homicidios.
Los funcionarios del Cicpc fueron recibidos a tiros por los delincuentes, que intentaron huir por encima de los techos de las viviendas y se metieron por la ventana de la casa de la familia Rojas.
“Cuando escuché los tiros, le dije a Kelly que cerrara la puerta y le pusiera candado.
En cuestión de minutos teníamos a esos dos muchachos metidos en la sala. Nos encerraron en el cuarto de Kelly y nos dijeron que nos quedáramos tranquilos, pero comenzaron a tomarse una botella de whisky que teníamos ahí y estaban muy alterados”, relató Josefa Parra, la primera rehén liberada, a las 2:20 pm.
Peticiones:
La primera solicitud hecha por los delincuentes al Cicpc fue la presencia de un fiscal del Ministerio Público, por lo que se trasladó hasta la zona el fiscal 49° nacional, Espartaco Martínez, que se encargó del proceso de negociación. Al lugar también llegó el director de la policía científica, comisario Wilmer Flores Trosel, que intentó mediar con los delincuentes para que depusieran la actitud.
A lo largo de la tarde hubo varios momentos de tensión, pues los dos hombres amenazaban con quitarse la vida.
Además, lanzaron tiros al aire y dispararon contra una bombona de gas vacía que estaba sobre el techo de una de las viviendas aledañas.
Juan Carlos Sosa fue quien negoció con el fiscal y el Cicpc y pidió que les pasaran los códigos de cinco tarjetas telefónicas. También exigió la presencia de los medios de comunicación, pues quería que su salida de la vivienda fuera transmitida en vivo y directo por algún canal de televisión.
En varias oportunidades se le vio por una de las ventanas de la vivienda, exhibiendo el arma de fuego que portaba con la cual disparó por lo menos 12 veces, un par de botellas de whisky y un CD que utilizó como espejo para ver la ubicación de los policias que custodiaban la zona.
Sin embargo, después de varias horas de diálogo, el fiscal logró que se tranquilizaran y que accedieran a entregarse, con la promesa de que no les harían nada. A las 7:23 pm, Juan Carlos Sosa Calderón abrió la puerta de la vivienda.
Primero salió él, luego las dos rehenes y de último Orlanys García Lemus. Ambos fueron escoltados por el fiscal, el director del Cicpc y un grupo de funcionarios del BAE hasta la entrada del barrio, donde los subieron a una camioneta Hummer para trasladarlo a la sede del Cicpc, en la avenida Urdaneta.
Antecedentes:
Buscados por homicidio. Juan Carlos Sosa Calderón, alias “Alyube”, y Orlanys García Lemus, conocido como “el Chingo”, estaban solicitados por su presunta responsabilidad en la muerte del agente del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas Alex José Muñoz Guerrero, de 31 años de edad, que fue asesinado el sábado 21 de abril en la madrugada, cuando pasaba por la calle Los Lagos de Los Magallanes de Catia.
A este funcionario le robaron el arma de reglamento y le dieron múltiples disparos dentro de la camioneta Toyota 4Runner, color plateado, que le había prestado un compadre.
Además, se les señaló de ser los presuntos autores del homicidio de dos adolescentes de 15 y 16 años de edad, en la calle Libertad de Catia, hace varios meses. Asimismo, eran buscados por su presunta vinculación con la muerte de Ángel Gómez, quien se desempeñaba como escolta del diputado Richard Blanco cuando éste era el prefecto de Caracas y estaba adscrito a la Alcaldía Metropolitana.
Gómez fue asesinado en el barrio Isaías Medina en mayo de 2010, cuando regresaba de trabajar a su casa.
Por: THABATA MOLINA
tmolina@el-nacional.com
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