Llevarse a precio regulado un litro de
aceite a Bs. 7,8 era el premio mayor
■ Fueron cinco frascos del producto era el premio mayor tras soportar una jornada de empujones, gritos y calor.
■ La resignación torneaba los rostros de las personas que se incorporaban a la larga cola para comprar aceite, cuya línea bordeaba el supermercado Santo Tomé de Castillito, en Puerto Ordaz.
■ La escasez y la especulación de los precios del aceite explican la búsqueda desesperada de las familias, que como ayer asistieron a otro acto de la indignidad nacional.
Es mediodía: no es la hora del almuerzo. Es la hora de hacer cola… por aceite.
En realidad, para unos es una hora más de las varias que llevan esperando para poder comprar cinco litros. Para otros es sólo el comienzo.
Dos usuarios pidieron con impaciencia e indignación la presencia del Indepabis y de la Guardia Nacional Bolivariana. Su petición quedó ahogada al recibir otro empujón por parte de otros en la cola. Comprobaron nuevamente que el problema no es la ausencia de las autoridades, sino la necesidad de este producto de la cesta básica.
Igual sucedió con los primeros en la fila de la tercera edad en el Santo Tomé I, de Castillito. Ni siquiera gritaban: después de que varios compradores se fueran a las manos, sólo les quedó esperar de un lado de la reja, hacia fuera.
Hacia dentro estaban los efectivos policiales, que con poca insistencia y sin mucho esfuerzo de la voz reiteraba: “Hasta que no se organicen no se venderá el aceite”.
“No hay control. Todo es una desorganización. La gente no deja que trabajen tranquilos”, dice una señora a unos 20 metros del destino: un hueco entre la pared del supermercado y un local comercial.
“¿Dónde está el Indepabis?”, preguntaba otra señora. “Abusan del sentimiento del pobre”.
En el propio tumulto, donde los ánimos caldeados por un sol inclemente, horas de espera, gente coleándose y revendedores, los casi dos metros de alto que tenían los aceites puestos en cajas se veían más lejos que nunca.
A quemarropa los compradores se insultan y se recriminan por ocupar un puesto en la cola que no les correspondía: los coleados. Ni víctimas ni victimarios dejaban por ello de perder de vista el litro de aceite regulado a 7,8 bolívares.
Varias personas explican que prefieren hacer la cola porque en la calle consiguen el litro a 25 ó 30 bolívares.
Coleados o no, no hubo quienes dejaran por fuera de sus palabras, el vocablo indignidad, aquella cuyo antónimo justifica la publicación actualizada de precios en la Gaceta Oficial 39.656, del 14 de abril de 2011.
El sol sigue arreciando. La cola y la temperatura también. A unos 50 metros más personas siguen incorporándose a larga línea de usuarios pacientes e impacientes.
¿Cuánto va a esperar? Una de las compradoras que llega al final de la cola no halla respuesta: “Para mí, que voy a esperar el día entero”.
Operativo especial:
Nelson Rojas, del departamento de Mercadeo de Santo Tomé, explica que estos operativos especiales son para garantizar una circulación más efectiva de productos que están escasos como el aceite y la leche y para mostrar que no acaparan mercancía.
Argumenta que no los hacen dentro para resguardar el bienestar y la seguridad de las instalaciones del supermercado, pues en ocasiones anteriores, los mismos tumultos ocurrían dentro y ello causaba más revuelo.
Manifiesta que no han tenido problema con el Indepabis porque venden a precio regulado.
Por: Leonardo Suárez Montoya
lsuarez@correodelcaroni.com
Foto Hernán Acosta