Usuarios de las regiones rechazan
las sanciones por “alto consumo”

■ “Las clientas no llaman para pedir cita, sino para preguntar si hay luz”

■ En lo que va de año, los costos del sector alimentos han aumentado 200%

■ Ariannis Narváez es peluquera en Puerto La Cruz y, a diario, se ve afectada a causa de los apagones que le hacen perder el negocio

■ Pablo Baraybar, presidente de Cavidea, señaló que las interrupciones en el suministro eléctrico hasta abril habían originado pérdidas en 8% de la producción, y advirtió que “vamos hacia el 12%”.

La situación actual de la industria de alimentos es desfavorable. Las plantas procesadoras se debaten en un escenario de altos precios internacionales, controles internos y baja productividad.

Los cortes no programados de electricidad han afectado la operatividad de las industrias de alimentos, originando pérdidas en la producción.

Pablo Baraybar, presidente de la Cámara Venezolana de la Industria de Alimentos (Cavidea), señaló que las constantes interrupciones en el suministro eléctrico hasta abril habían originado pérdidas en 8% de la producción, y advirtió que “vamos hacia el 12%”.

Destacó en un foro realizado por Anauco que, el año pasado, el Gobierno privilegió al sector de alimentos para que los cortes del servicio no afectaran la producción, pero este año sí se están generando serios inconvenientes.

Industria mermada:

El control de precios es el factor que más afecta la productividad de la industria de alimentos. Baraybar señaló que, entre enero y mayo de este año, los costos de los alimentos cuyas materias primas son importadas han subido 200%, mientras que en los que se elaboran con insumos nacionales el alza oscila entre 65% y 68%.

Mientras los precios foráneos de las materias primas están en auge, en el país los precios controlados se mantienen, lo que hace que aumente el índice de escasez.

Se refirió particularmente al caso del aceite, que no se consigue con regularidad en el mercado actualmente. “Si un fabricante trae un litro de aceite, sin transformarlo ni envasarlo, le cuesta 20% más que el precio de venta al público. Lógicamente no lo puede traer”.

A esto se suma un incremento de 40% en el costo del material de empaques, cuya materia prima la produce el Estado.

Indicó que la crisis que se registró en el suministro de empaques a la industria, hace unos meses, derivó en la pérdida de 3% de la producción.

Agregó que la industria para su funcionamiento requiere, como mínimo, una utilidad de 6,5%, y “no se está generando”.

Destacó que las importaciones han crecido 500% desde 2003, con lo que ha logrado sostenerse la industria. En el caso del maíz y del arroz se importa 40% de los requerimientos del país; café 56% y azúcar 60%, rubros en los que Venezuela era autosuficiente. Además del aceite y el trigo que no se producen en el país.

Baraybar señaló que para lograr la sustentabilidad de la industria de alimentos es necesario crear un sistema automatizado de precios; incrementar de manera sostenida la producción primaria; flexibilizar los trámites de importación y darle cabida al sector en los planes sociales del Estado.

Contra las cuerdas:

Señaló que desde 2003, cuando se regularon los precios de 106 alimentos, cada revisión va acompañada de una nueva medida de control.

Puntualizó que en los años 2004, 2005 y 2006 se revisaron los precios de 26, 4 y 3 productos respectivamente. Pero en 2007, se ajustaron los valores de 11 rubros y, además, se elevaron la exigencias de permisos y certificados de importación.

En 2008, se ajustaron 18 rubros básicos, la producción aumentó en corto plazo, pero el Ministerio de Alimentación implementó el Sistema Integrado de Control Agroalimentario (SICA), que incide en la reposición de productos. Un año más tarde, en 2009, se revisaron precios de 9 productos, se bajaron tres, y se fijaron porcentajes obligatorios de producción.

El año pasado se ajustaron los precios de 16 rubros básicos y tres se excluyeron del control de precios. En lo que va de 2011, se han producido siete ajustes de precios y se prevé crear la superintendencia de costos y precios.

“La respuesta del Gobierno ante el faltante de productos es aumentar los controles”, dijo.

Usuarios de las regiones:

En Anzoátegui, el problema eléctrico se ha convertido en tema de conversación en todas partes. En las panaderías, supermercados, peluquerías, bancos y cualquier lugar público se escuchan quejas sobre el mal servicio de energía.

El recordatorio hecho por el ministro de Energía Eléctrica, Alí Rodríguez, sobre la posible imposición de multas a los usuarios que consuman altas cantidades de energía eléctrica en el interior del país ha generado un gran malestar en la población. La peluquera Ariannis Narváez manifestó que esta medida no tiene fundamento: “El Gobierno debería pagarme a mí más bien por todas las veces que no pude atender a mis clientes porque no había luz.

Ya sería millonaria”. Señaló además que sus compañeras de oficio también se ven afectadas con los apagones que se registran casi a diario. “Las clientas no llaman para pedir cita, sino para preguntar si hay luz”.

Juan Antonio Surga, dueño de un taller mecánico en Barcelona, manifestó que “el Gobierno no puede imponer nada sobre esa cuestión. Debería darles pena. Tienen que ocuparse de los apagones”.

Sin luz no se puede derrochar:

“El servicio es pésimo. Si todo el tiempo hay apagones, entonces es absurdo que piensen que estamos derrochando la electricidad. Es normal que digan este tipo de cosas, porque pareciera que los que gobiernan viven en otro mundo”, enfatizó Carlos Arráez, vecino del sector La Ruezga de Barquisimeto, estado Lara.

Lolita Mejías, residente en la Urbanización del Este, rechazó la decisión del despacho de Energía de multar a los consumidores que usen indiscriminadamente la electricidad. “Saben que si aumentan las facturas la gente se va a alzar. Iríamos a Corpoelec a pedirles que corran con los gastos de los electrodomésticos que se dañaron a causa de los apagones”.

Multas para disimular la ineficiencia:

El anuncio de las sanciones molestó a los suscriptores del servicio eléctrico en Mérida. Diariamente cortan la luz sin avisar, comentaron los usuarios en la región.

Las fallas se han incrementado en los últimos días. En Chiguara no hubo electricidad durante más de 24 horas y los habitantes del sector no recibieron explicaciones. En la ciudad de Mérida hay apagones todos los días, hasta por 3 horas.

“El sector comercial y empresarial está indignado por la manera cómo el Gobierno nacional quiere tapar su incapacidad con sus amenazas”, dijo Luís Rangel, vendedor de alimentos. Manifestó que se están excusando, que los merideños saben que el sistema tiene deficiencias y que Corpoelec no puede resolver oportunamente.

La costurera Mirta Zambrano, quien labora por su cuenta, comentó que jamás había tenido tantas pérdidas. Sin electricidad no puede hacer su trabajo. Ella vive en el sector este de El Arenal, donde en los últimos tres días hubo 5 cortes de electricidad.

Propuesta de ley de defensa de usuarios. El concejal de Girardot y secretario del Comité de Usuarios afectados por los apagones, Tony Real, dijo que la aplicación de sanciones a las personas que el Gobierno nacional considere consume mucha electricidad, pueden ser percibidas como una violación del estado de derecho de los usuarios.

En vez de mejorar el servicio, el Gobierno maneja el asunto con una finalidad política, e inventa que el sector industrial y los comercios generan esta crisis a causa con su consumo excesivo de energía, comentó Real. “Un plan de ahorro no es la salida de este problema”.

Los miembros del comité afirmaron que presentarán, en los próximos días, ante la Asamblea Nacional, un proyecto de ley de defensa de usuarios del servicio eléctrico, amparándose en el artículo 117 de la Constitución, que establece que el Estado debe garantizar el gozo de los bienes y servicios.

Por: EQUIPO DE CORRESPONSALES
ANGIE CONTRERAS C.
ELECTRICIDAD | EL UNIVERSAL
jueves 26 de mayo de 2011