Las elecciones ya empezaron
Quien crea que las elecciones se ganan o pierden el año que viene, ya perdió. El Gobierno así lo ha entendido. Las cadenas se multiplican buscando arropar con el mensaje.
La Misión Vivienda intenta transmutar frustración en esperanza. No importa si el Gobierno logra construir los 2 millones de casas en 5 o en 7 años. Lo que importa electoralmente es que la gente lo crea.
El Gobierno apuesta por que 2 millones de familias con un ticket para una futura vivienda no votarán contra quien organiza la tómbola.
La oposición decidió escoger su candidato el año próximo.
Una decisión respetable, no sé si acertada.
Lo que sí es indudable es que, dada la fecha escogida, lo que marcará la diferencia entre ganar o perder las presidenciales es lo que ese sector haga antes de las primarias. Si el esfuerzo lo dedican sólo a ganar las primarias tendrán un candidato, pero no un presidente.
El target de las primarias es muy diferente al de las presidenciales. Para ganar las primarias lo más eficiente es enfocarse en los sectores medios, concentrado en las grandes ciudades, y con un mensaje muy aguerrido en contra del “régimen”. Nueve meses de eso gana las primarias, pero asegura una derrota en las presidenciales. Esa campaña no le dice nada ni a los independientes ni al chavismo light.
La defensa del voto en las primarias tampoco se parece a defenderlo en las presidenciales. En las primarias la mayor parte de los centros de votación estarán en sectores residenciales medios, con miembros de mesa acordados, con testigos de las partes laborando en ambientes amigables. El calibre del ejército de voluntarios para las presidenciales es de otra naturaleza.
Arrancando desde este año se requieren testigos en los puntos de actualización del RE, miles de voluntarios que ayuden a notificar a los miembros de mesa (por si a Ipostel se le “pasan” algunos), presencia en los centros de capacitación, testigos en los centros de La Vega, del 23 de Enero, de La Dolorita, Sabaneta, Villa del Rosario… los votos de Chacao se cuidan solos. Si ese ejército de gente no se organiza y capacita bajo un mando único antes de las primarias, tendrán candidato, pero no presidente.
Finalmente, si los próximos nueve meses se dedican a atacarse mutuamente, o a distraerse preparando sofisticados programas de gobierno (la gente no vota por programas ¿o conocen a alguien que no votó por Chávez sino por el árbol de las tres raíces?), o a amenazar con juicios en La Haya (excelente forma de unificar al chavismo), o a pelear con el Consejo Nacional Electoral para que dé la fecha o cambie las condiciones electorales (en lugar de hablar de seguridad, electricidad o inflación), habrán desperdiciado la mejor oportunidad de ganar el poder y demostrar que pueden hacer un gobierno bueno e incluyente.
Todo indica que hay mucha conciencia y claridad sobre estas cosas.
Por: VICENTE DÍAZ
vicented@cantv.net
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