Se espera hoy la llegada de empresario
Walid Makled procedente de Colombia
■ El alijo hallado en la finca El Rosario era de baja pureza y sería sacado por avión, según la Fiscalía.
Una orden del comandante de la Cuarta División Blindada y jefe de la Guarnición de Maracay, general de división Clíver Alcalá Cordones, inició la investigación en la que agentes de la Dirección de Inteligencia Militar hallaron un alijo de cocaína en la finca El Rosario de Tocuyito, propiedad del empresario Walid Makled.
Cuando se hizo el hallazgo de la droga, el 13 de noviembre de 2008, Alcalá comandaba la 41 Brigada Blindada y Guarnición de Valencia. En esta ciudad también vivía Makled, jefe de un grupo económico que creció a la sombra del poder regional a partir del paro petrolero de 2003.
Para entonces Makled ya era, según el Gobierno estadounidense, uno de los tres traficantes de drogas más importantes del mundo. Entre 2002 y 2006 creció en el mundo criminal hasta que fue capaz de transportar 10 toneladas mensuales de cocaína valiéndose del dominio que ejercía en puertos y aeropuertos.
Actuaba con total impunidad en Carabobo:
La operación, indican documentos del expediente judicial, fue ordenada por una denuncia hecha en 2008 por el general Alcalá, que señalaba también la participación de agentes de la policía regional en el tráfico de drogas.
El oficial y los Makled tenían una larga disputa en Carabobo.
El empresario le había atribuido al militar una campaña de desprestigio que abarcaba desde la proliferación de pintas en la calle con el texto: “Makled narco” hasta la filtración de informes a periodistas independientes con sus antecedentes en el mundo criminal.
Mientras esto sucedía en Carabobo, las autoridades estadounidenses daban los últimos toques a una acusación que vinculaba directamente a Makled con el hallazgo de 5,5 toneladas de cocaína en un jet que aterrizó de emergencia en Ciudad del Carmen, México, en abril de 2006. La droga fue cargada en el aeropuerto de Maiquetía gracias a la complicidad de policías y funcionarios de la Guardia Nacional.
El expediente venezolano contra Makled y sus hermanos, Alex, Basel y Abdalá, se originó con un extraño procedimiento, pues comenzó en la jurisdicción militar y terminó en la fiscalía civil acumulado con otras averiguaciones que tenían meses congeladas.
Una comisión de la DIM, encabezada por el inspector Richard Martínez, salió de Maracay el jueves 13 de noviembre de 2008. Tenía una orden de allanamiento para la finca de Tocuyito emitida por la titular del juzgado V de control militar, con sede en la capital aragüeña, teniente del Ejército Rosmery León Tineo.
Aviones nunca vistos:
La mayoría de los agentes de la DIM que actuaron el 13 de noviembre de 2008 tenían las caras tapadas con pasamontañas.
Tomaron no sólo la finca El Rosario sino además el hato San Francisco, propiedad del veterinario Francisco Larrazábal, y desde allí dirigieron el allanamiento. También las calles circundantes con refuerzos de la GN y del Ejército.
En la casa principal de El Rosario hallaron un revólver calibre 38 y dos cajas con cartuchos para escopeta calibre 12, usados por el vigilante de la finca. Luego se trasladaron hasta la vaquera cerca de los linderos con el hato San Francisco.
Santos Acosta, jardinero de la finca, recordó que los agentes sometieron a los cuatro empleados que dormían en ese sitio y los llevaron hasta la casa principal. Los reunieron con su hijo Néstor Santos Acosta y su nuera Norbelys Carmona Mendoza, quienes apenas tenían diez días de labores en El Rosario. Todos siguen detenidos por este caso.
Para el momento del allanamiento, el jardinero no estaba en la finca pues convalecía de una operación de vesícula. De lo contrario, cree que también lo hubiesen recluido en Tocuyito con los demás imputados.
Pero, Acosta supo de primera mano que luego de sacar a los empleados de la vaquera los funcionarios militares hallaron en una de las habitaciones 18 cajas plásticas tipo archimóvil donde estaban 392 kilos de cocaína. Según el testimonio suministrado ante la Fiscalía por uno de los imputados, Luis José González, esas cajas fueron dejadas allí la noche anterior por un policía.
En la solicitud de extradición, la fiscal general Luisa Ortega Díaz afirmó que este alijo iba a ser trasladado al exterior en un vuelo nocturno que despegaría de una pista anexa a la finca. Sin embargo, los vecinos de El Rosario entrevistados para este trabajo nunca escucharon aeronaves luego de la caída del sol.
“Ahí no se oía que pasaran avionetas de noche. Las de (Francisco) Larrazábal uno las conocía, y siempre iban de día, así como los ultralivianos”, afirmó Carmen Villalobos, quien reside en el lugar desde hace 28 años y es miembro del consejo comunal Colinas de El Rosario.
Un recorrido por la pista de asfalto de 950 m de longitud permitió constatar la inexistencia de balizaje o de algún dispositivo de fabricación artesanal, como mechurrios, para facilitar ubicación desde el aire durante las noches.
En el lugar hay cinco pequeños hangares hacia el lado perteneciente a los Larrazábal, pero en ninguno de ellos hay o hubo aparatos pertenecientes a algún miembro de la familia Makled, según empleados del hato San Francisco.
Además, la utilización nocturna del trazado se dificultaría por el frecuente paso de caballos. Una empleada recordó que esto lo saben los militares, pues todos los años lo manejaban como base para los helicópteros que participaban en los desfiles por el Campo de Carabobo.
Larrazábal, quien debió declinar como testigo en el caso, fue asesinado en enero de 2009. Este es uno de los crímenes atribuidos a Walid Makled, por la Fiscalía.
Droga clase C:
En la finca El Rosario fueron apresadas siete personas, todos ellas empleadas y de origen humilde.
Por ejemplo, el hijo de Santos y su esposa preferían dormir allí pues de lo contrario les tocaba permanecer en una casa de bahareque y techo de zinc.
También estaba un vigilante y cuatro peones.
En las 48 horas posteriores al allanamiento los militares hicieron detenciones en Valencia y Maracay, entre ellas las de los hermanos Basel, Alex y Abdalá. En total suman 11 los presos hasta ahora por el caso. Los miembros de la familia Makled están recluidos en la sede del Sebin-Caracas.
Luego del decomiso en la finca El Rosario, la instrucción del expediente penal quedó en manos de una fiscal civil. Había tal premura que las órdenes de allanamiento eran emitidas por teléfono.
A raíz de este caso, Abdalá Makled no pudo continuar con su campaña por la alcaldía de Valencia, con un partido independiente que formó luego de separarse de PSUV.
La droga incautada fue analizada por la Guardia Nacional. Luego de la prueba toxicológica se determinó que tenía 27% de pureza. Según el director de la Cátedra Libre Antidrogas, Hernán Matute, al alcaloide pudieron hacerle hasta tres cortes. Lo calificó como Clase C, por lo que cree poco probable que fuese para exportación.
En Caracas en pocas horas:
Walid Makled llegará hoy a Caracas, afirmaron funcionarios del Gobierno de Colombia que pidieron el anonimato.
El ministro de Interior y Justicia, Tareck el Aissami, aseguraba horas antes que el empresario sirio-venezolano llegaría desde Bogotá “en pocas horas”.
“La extradición será una gran victoria de nuestra justicia”, agregó.
Según fuentes de seguridad de Colombia, Makled será recogido por una comisión de seis personas, una de ellas, el subdirector de la Oficina Nacional Antidrogas, coronel Edylberto Molina.
“El Gobierno de Venezuela entregó el fin de semana una petición para que un avión sobrevuele el espacio aéreo colombiano y aterrice en la base militar de Catam, cerca del aeropuerto El Dorado, de Bogotá, donde se trasladará al detenido”, expresaron.
Miguel Ángel Ramírez, abogado de makled, dijo a RCN La Radio que las autoridades de la Penitenciaria de La Picota Bogotá-, donde está el detenido, realizaron varios trámites administrativos para facilitar la extradición.
“Le tomaron las fotos de rigor y solicitaron la autorización para que cualquier persona pueda retirar sus elementos del almacén general del Inpec y del centro de reclusión”, dijo.
Explicó que cuando llegue a Venezuela, las autoridades tendrán 48 horas para presentarlo ante un juez, a quien la defensa pedirá la transmisión del juicio por televisión y el traslado a un centro de reclusión especial para garantizar su protección.
Por: JAVIER IGNACIO MAYORCA
jmayorca@el-nacional.com
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