La incomodidad y el mal
olor son constantes

■ Tras 18 días sin agua, ahora esta llega a cuentagotas a los varguenses.

■ Las crisis más agudas previas a esta han sido en deslaves del 99 y vaguada de 2005

■ El consumo diario del aeropuerto es de 900 mil litros y fue necesario bajarlo a 450 mil litros.

■ Los servicios del aeropuerto no se han recuperado de la escasez de agua, por la rotura de una tubería que afectó a parte de Vargas hasta la semana pasada.

La Guaira.- El pasado jueves las reparaciones en la aducción Maya-Picure concluyeron, mas no así la espera de los varguenses por acceder al líquido. A la fecha existen comunidades que no han recibido agua por tubería desde que ocurrió la contingencia (debido a las fracturas de tuberías), así como entes como el Aeropuerto de Maiquetía, en donde los pipotes trasladados en los carritos de equipaje y los tobos siguen siendo los grandes aliados de los usuarios.

“La demanda de agua es superior a su producción y es por ello que no podemos surtir del servicio a todos los sectores al mismo tiempo. Iniciamos con Catia La Mar por ser la parroquia que tenia mas tiempo de sequía. Entre hoy (ayer) y mañana (hoy) estará llegando a Maiquetía, y al eje entre Canaima y el casco central”, explicó Grey Zambrano, gerente de la empresa hídrica en Vargas.

Explicó Zambrano que se están guiando para la distribución por un cronograma preestablecido que se aplica a Vargas para poder surtir a los urbanismos y zonas populares, teniendo como prioridad estos últimas sectores.

“Esto no es producto de un invento, ni un capricho. Estamos trabajando con un sistema que debe recuperar su caudal y ello no se logra de un momento a otro”, argumenta el representante de la empresa hídrica.

Sin embargo, para los habitantes de los sitios que permanecen en sequía y para los usuarios de Maiquetía, toda la incomodidad es producto de la falta de planificación en la entidad en lo que se refiere al abastecimiento del servicio, pues ya han pasado cinco días desde que se comenzó a restablecer y no ha habido forma de que la recuperación sea completa.

“Un pipote y un tobo. Con eso se consigue uno en un Aeropuerto Internacional que se supone de primera. Eso pasa solo en Venezuela. Salí de viaje en Semana Santa y la cosa ya estaba mala, regreso y los pipotes atraviesan el terminal rumbo al baño. Reconozco el trato amable de las señoras de mantenimiento, que se esmeran en mantener limpio el baño, pero las pobres se las ven difícil tratando de explicar a un extranjero que esperen por el tobo y el cloro”, se quejaba Rachelle Bustillos a la salida de uno de los sanitarios.

En los hogares el sinsabor por el racionamiento no es diferente. “Diecinueve días sin agua, ropa sucia, una casa a medio limpiar y dos trifulcas frente a un cisterna. Ese es mi saldo. La única agua que me ha caído es la de la lluvia, útil en las pocetas, pero imposible beberla. Pedimos comprensión. El problema es esencial y debe ser atendido como una prioridad”, argumentaba Flor Marín desde El Rincón en Maiquetía.

ESPECIAL PARA EL UNIVERSAL
martes 3 de mayo de 2011