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Wednesday, November 20, 2024
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Murió Orlando Bosch

Bosch abandonó la práctica médica a cambio de la lucha armada contra Castro.

El Dr. Orlando Bosch, fue uno de los activistas
anticastristas más prominentes en el mundo

 

Orlando Bosch, acusado y luego absuelto en la voladura de un avión comercial cubano en 1976, murió en Miami el miércoles, segun un comunicado emitido en nombre de la familia por Pedro Corso, un activista anticastrista y amigo de la familia. Tenía 84 años. Su muerte se produjo después de “enfrentar una larga y dolorosa enfermedad” que no fue detallada. La causa de su muerte no fue anunciada de inmediato.

“Orlando falleció a las 12:05 de la tarde hoy (miércoles) que Diso lo tenge en su gloria”, dio Corso. “Yo estaba ahí con el”. Bosch fue uno de dos militantes del exilio, siendo el otro Luis Posada Carriles, que a lo largo de la segunda etapa del siglo pasado quedaron identificados con la larga lucha armada contra el régimen cubano.

Posada, de 83 años, fue juzgado recientemente en El Paso, Texas, bajo cargos de mentir a funcionarios de inmigración acerca de cómo se infiltró en el país en el 2005 y sobre su presunta participación en atentados contra lugares turísticos de Cuba en 1997. Fue absuelto de todos los cargos tras un juicio de 13 semanas.En 1976, Posada y Bosch fueron detenidos en Venezuela y acusados de planear el ataque contra el avión, un cargo negado rotundamente por ambos.

Bosch, en una autobiografía publicada en septiembre, incluyó un capítulo sobre el ataque al avión en el que afirma categóricamente que no tuvo “responsabilidad alguna en este sabotaje’’.En una entrevista telefónica en julio del 2005, dos meses después de que Posada fuera detenido en Miami, Bosch le dijo a The Miami Herald que la verdad sobre la voladura del avión sería revelada en una cinta y documentos que se harían públicos después de su muerte.

Pediatra de profesión, Bosch abandonó la práctica médica a cambio de la lucha armada contra Castro. Un guerrillero rural anticastrista en primera instancia, Bosch finalmente llegó al exilio en el sur de la Florida y se unió a las filas de los “hombres de acción’’ que en alguna época proliferaron en la lucha anticastrista.

Estos acérrimos militantes anticastristas operaban como combatientes internacionales, constantemente en la clandestinidad en otros países. De vez en cuando emergían del clandestinaje para atacar un objetivo cubano.

Terroristas para algunos, estos “hombres de acción” atacaban objetivos en la isla desde Estados Unidos o atacaban intereses cubanos o intereses de aliados de Cuba en otros países.Quizá el ataque más famoso atribuido a Bosch se produjo el 16 de septiembre de 1968 cuando él y otros exiliados presuntamente dispararon un rifle sin retroceso contra un carguero polaco fondeado en el Puerto de Miami.

Encontrado culpable por el ataque, Bosch fue condenado a 10 años en la penitenciaría de Atlanta, y después de ser puesto en libertad condicional huyó al extranjero.

Bosch no volvería a Miami sino hasta 1988, después de haber sido absuelto de la acusación vinculada a la voladura del avión y puesto en libertad en Venezuela. Bosch llamó a su estrategia de combate anticastrista “guerra por los caminos del mundo”, un método por el cual estaba dispuesto a ir a cualquier parte del planeta para atacar objetivos cubanos.

 

Una hija de Bosch de su primer matrimonio, Myriam, apodada "La Chiqui", habla con Posada Carriles.

 Etapa de escritor:

Escribió en su libro Los Años Que he Vivido que eligió la lucha armada por el deseo de liberar a Cuba de la tiranía de Castro.

“La etapa más crucial de mi vida fue cuando concluí que la violencia era el único método de lucha que nos dejaban a los cubanos”, escribió Bosch. “Tuve que renunciar a todo lo que era mi vida hasta entonces: la familia, los hijos, los amigos y principalmente, mi profesión”.

Nacido el 18 de agosto de 1926 en la localidad de Potrerillo, a unos 247 kilómetros al este de La Habana, Bosch fue uno de los hijos de Miguel Ángel Bosch Ávila Cruz y Rosa Villalonga.

El padre de Bosch fue inicialmente policía en Potrerillo y más tarde dueño de un restaurante en el mismo pueblo. Su madre era maestra.

Después de asistir a la escuela primaria y secundaria en lugares aledaños a Potrerillo y la cercana ciudad de Santa Clara, Bosch y su hermano Miguel Ángel se trasladaron a La Habana en 1946 para matricularse en la escuela de medicina de la Universidad de La Habana.

Fue allí que Bosch vio por primera vez a Fidel Castro, el hombre que eventualmente combatió casi por el resto de su vida como enemigo acérrimo. En un pasaje de su autobiografía, Bosch recuerda su primer encuentro con Castro en un episodio tenso que casi culmina en tiroteo frente a un café frecuentado por estudiantes.

Bosch, como millones de otros cubanos en ese entonces, apoyó a Castro como líder de la revolución que finalmente obligó al dictador Fulgencio Batista a huir de Cuba en la madrugada del 1ro de enero de 1959.

Bosch incluso desempeñó un papel importante en una célula revolucionaria clandestina del M-26 o Movimiento 26 de Julio que operaba en Las Villas, en apoyo de las fuerzas de Castro en la Sierra Maestra.

“Yo pertenecí a la célula clandestina de la cual Bosch era jefe en Las Villas”, recuerda Mariano Cruz, ahora cartero en Miami quien como Bosch y cientos de miles de otros cubanos huyeron de la isla luego que Castro tomó el poder.

Cruz dijo que llegó a conocer a Bosch personalmente en Miami pero que había oído de el en Las Villas cuando ambos apoyaban la revolución contra Batista.

De acuerdo con su autobiografía, Bosch se vio obligado a huir a Miami a finales de 1950 porque las fuerzas de Batista estaban a punto de arrestarlo. A su llegada aquí, Bosch escribió en su libro, tuvo que ser hospitalizado a causa de una úlcera sangrante.

Cuando Batista huyó de Cuba, Bosch regresó de inmediato a la isla para ayudar a reconstruir el país como partidario del triunfo de la revolución.

No pasó mucho tiempo para que Bosch empezara a desilusionarse de la revolución. Encuentros con Fidel Castro y el líder revolucionario cubano-argentino Ernesto “Che’’ Guevara le confirmó sospechas de que una dictadura y el comunismo estaban en el destino de Cuba.

Bosch escribe que se molestó cuando Guevara hizo caso omiso de su petición de no ejecutar a dos hombres acusados de ser informantes, a menos que se les formulara un juicio primero. Bosch dice en su libro que ayudó a organizar la primera rebelión anticastrista en las montañas del Escambray, después de que Fidel Castro ignoró sus peticiones para detener la confiscación de empresas y propiedades de pequeños empresarios.

Bosch salió de Cuba por última vez en julio de 1960 para continuar la lucha anticastrista desde el extranjero, sobre todo después de que la rebelión del Escambray y la invasión de Bahía de Cochinos apoyada por la CIA fracasaran.

En su libro, Bosch dice que se negó a unirse a la operación de Bahía de Cochinos porque los funcionarios estadounidenses se habían negado a ayudar a los combatientes del Escambray.

A mediados de la década de 1960, Bosch inició la organización de ataques contra Cuba desde la Florida, sin autorización de Washington.

De 1964 a 1968, Bosch quedó vinculado a una serie de acciones que en varias ocasiones le provocó problemas con autoridades locales y federales de los Estados Unidos.

En 1964, por ejemplo, la policía arrestó a Bosch por presuntamente remolcar un torpedo de fabricación casera por el centro de Miami durante las horas de más transito. Y en 1966, la policía encontró seis bombas de 100 libras cada una en el maletero del Cadillac convertible donde viajaba Bosch y que se había detenido en un retén.

Dos años más tarde, Bosch fue arrestado en conexión con el ataque al carguero polaco en el Puerto de Miami. Meses más tarde, Bosch fue declarado culpable y condenado a 10 años de prisión en la penitenciaría federal de Atlanta.

Detrás de las rejas, Bosch aprendió a pintar oleos tomando lecciones de otro recluso. Eventualmente, Bosch pintó infinidad de paisajes cubanos.

En su autobiografía Los Caminos del Guerrero, publicada en 1994, Posada dice que las pinturas de Bosch lo inspiraron a dedicarse a la pintura también y que aprendió técnicas de Bosch, en una de las cárceles en Venezuela donde los dos exiliados cubanos estuvieron detenidos a raíz de la voladura del avión cubano. Posada también le da crédito a otro recluso identificado como Jan.

“Bosch se anima y empieza a pintar, tiene experiencia, pinta bien y pasa largas horas enseñándome’’, Posada escribió en su libro. “Puedo decir que él me enseñó y, observando a Jan, me perfeccioné’’.

Dejado en libertad condicional en 1972, Bosch regresó a Miami, pero luego huyó a América Latina. Pasó varios años en la clandestinidad en Chile, Costa Rica, República Dominicana y Venezuela.

Fue en Caracas donde Bosch y Posada terminaron siendo arrestados en 1976 y acusados en conexión con el atentado de 1976 contra el avión cubano que dejo 73 muerto.

Cuatro años más tarde, ambos fueron absueltos en el caso por un tribunal militar de Venezuela. Pero Bosch y Posada permanecieron en prisión en espera del resultado de una apelación de la fiscalía a un tribunal civil.

Posada escapó de la prisión en Venezuela en 1985, pero Bosch se quedó en prisión y fue absuelto en última instancia por el tribunal civil en 1987.

Liberado, Bosch regresó a Miami en 1988, pero fue detenido de inmediato por violar la libertad condicional otorgada tras la condena por el ataque al carguero polaco.

Después de terminar una sentencia de tres meses, Bosch fue detenido nuevamente por las autoridades de inmigración que lo pusieron en proceso de deportación como criminal convicto. Bosch, a continuación, pidió asilo, pero las autoridades de inmigración rechazaron su solicitud.

Bosch permaneció recluido mientras las autoridades de inmigración, sin éxito, trataron de deportarlo a cualquier país que no fuera Cuba.

A final de cuentas, Bosch logró evitar la deportación. Escribió en su autobiografía que el presidente George H. Bush anuló la orden de deportación en 1990.

Al principio, las autoridades de inmigración mantuvieron a Bosch esencialmente bajo arresto domiciliario después de ser puesto en libertad en Miami, pero poco a poco las condiciones estrictas de supervisión fueron desapareciendo.

A principios y mediados de la década de los años noventa, Bosch volvió a aparecer en público recaudando dinero supuestamente para operaciones de sabotaje contra el régimen cubano.

Para evitar que la actividad entrara en conflicto con las autoridades federales, Bosch eufemísticamente se refería a la recaudación como mezcla para los albañiles, al parecer referencias indirectas a posibles explosivos para los saboteadores.

No está claro si los fondos recaudados por Bosch durante su campaña resultaron en ataques dentro de Cuba.

Una serie de atentados con bombas en lugares turísticos de Cuba en 1997 fueron atribuidos a Posada, quien fue enjuiciado en El Paso recientemente por presuntamente mentir acerca de su presunto papel en los ataques. Posada resultó absuelto.

Luego de la campaña de mezcla para los albañiles, Bosch mantuvo un perfil público bajo, incluso después de que Posada se infiltrara en el país en el 2005.

El activista anticastrista recibió honores en la Universidad de Miami.

La última vez que el nombre de Bosch apareció en los titulares fue en octubre del año pasado cuando una organización le otorgó una placa en un centro académico de la Universidad de Miami, una acción que desencadenó protestas de algunos profesores de la universidad y de otras universidades del país.

El Instituto de la Memoria Histórica Cubana contra el Totalitarismo conmemoró el 12 de octubre 50 años de lucha armada en Cuba en el lugar.

En diciembre Bosch y Posada aparecieron juntos en la presentación formal de la autobiografía de Bosch, Los Años que he Vivido.

En el último capítulo, titulado Epítome de Vida, Bosch expresa su profunda preocupación por el futuro de Cuba dado que cientos de miles de exiliados viajan con frecuencia a la isla para visitar familiares en virtud de un programa autorizado por el presidente Barack Obama.

Bosch decía que los viajes de exiliados a Cuba ayudan al régimen cubano a obtener divisas.

“A esos que regresan a la Patria como turistas habría que recordarles…que frente a los tiranos sólo la fuerza convida el diálogo, el diálogo a las concesiones justas y ennoblecidas’’, dice Bosch en su libro.

A Bosch le sobreviven su segunda esposa, Adriana, y sus hijos de sus dos matrimonios, Karen, Lourdes, Myriam, Orlando, Vivian y William, así como cinco nietos.


Por: ALFONSO CHARDY
achardy@elnuevoherald.com