Cementeros instalaron mesa simbólica
frente a planta de Pertigalete
■ Paro de trabajadores afecta 40% de labores en planta cementera.
■ Nueva Esparta: Cada vez que llega cemento se vende como pan caliente.
■ A 18 días de estallar el conflicto con los 1.200 trabajadores de la fábrica de Cementos de Venezuela, en Guanta, siguen las acciones de calle.
■ 4 mil toneladas de cemento a granel y 70 mil sacos del insumo pulverizado dejaron de ser despachados ayer desde el complejo ubicado en Guanta.
Guanta.- Este lunes, los 1.200 trabajadores de la planta de Cementos de Venezuela situada en Pertigalete (Guanta), que se declararon en huelga de brazos activos desde el pasado 1° de abril sorprendieron a los temporadistas que se dirigían a las playas de la franja costera y al estado vecino.
A un lado de la carretera nacional que comunica a Anzoátegui con Sucre y bajo un sol inclemente, la masa laboral que ha venido solicitando a la Junta de Transición de la extinta Cemex que se siente a dialogar, decidió brindar simbólicamente las condiciones para que estas conversaciones ocurran, sin más demoras.
Con una mesa de madera y sillas plásticas prestadas, y sin más decoración que sus pancartas y la Bandera Nacional, los huelguistas tomaron un sector del patio de gandolas de la cementera para mostrar su disposición a discutir con la directiva de la empresa nacionalizada en 2008, mejores condiciones de seguridad, salarios, beneficios y participación.
“La mesa está puesta. Aquí esperaremos a que la Junta de Transición venga y se siente con nosotros”, indicó José Sabino, secretario de organización del Sindicato de Trabajadores del Cemento del estado Anzoátegui (Sintracea), mientras señalaba las sillas vacías reservadas para la representación patronal.
Más de 150 trabajadores participaron en esta acción simbólica que proseguirá hasta que reciban respuesta, dijo Luis Chaparro, también de la directiva de Sintracea.
Iván Caigua, secretario de finanzas del sindicato, exhortó al Ministerio de Ciencia y Tecnología a tomar cartas, ya que este conflicto es de impacto nacional, pues en las demás plantas cementeras (Catia La Mar, Lara, Mara y Guayana) “sufren la misma indefensión, inseguridad y explotación”.
Apoyo comunista:
El secretario político del Partido Comunista de Venezuela en Anzoátegui, José Castro, apoyó la medida y se ofreció como intermediario. “Hago un llamado a la Gobernación, al Consejo Legislativo, a la Alcaldía de Guanta, a la directiva del Partido Socialista Unido de Venezuela, a todos, para que abran los canales de comunicación y que cesen las descalificaciones contra los cementeros. Ellos no son guarimberos, son obreros y hay que escuchar sus reclamos”.
Castro agregó que el caso será abordado entre el 26 de abril y el 5 de mayo en el encuentro latinoamericano sindical en La Habana, Cuba.
Vía telefónica, Leonardo Marcano, directivo de Vanguardia Obrera Socialista, comunicó que el tema de la protesta en la extinta Cemex será incluido la semana que viene en las discusiones que los petroleros “rojos, rojitos” sostienen con Petróleos de Venezuela. Cree que es necesario llegar a acuerdos para no poner en riesgo la producción ni los proyectos de la Misión Vivienda.
Sin faltas:
“No hemos detenido la producción”, dijo José Sabino. Indicó que el sábado se reunieron con directivos del Psuv (Julio Millán y Rafael Vegas) y de la Federación de Trabajadores Bolivarianos (Franklin Rondón). “Se comprometieron a hablar con la presidenta de Cementos de Venezuela, Natasha Castillo.
Nueva Esparta:
Conseguir este rubro en la isla de Margarita se ha convertido en una misión imposible. Según ferreteros y representantes de la Cámara de la Construcción, la preferencia la tienen los consejos comunales y cooperativas.
Cuando se trata de consolidar cualquier tipo de estructura arquitectónica, es indispensable contar con diversos materiales para la construcción. Aunque cada rubro contribuye al engranaje para lo que será el resultado final de la obra, el cemento es uno de los productos más demandados y de gran importancia al momento de erigir paredes, fundar columnas y establecer bases.
Pese a que en los actuales momentos en el estado Nueva Esparta, según datos de la Cámara de la Construcción, no se desarrollan grandes proyectos de edificación -salvo algunos casos puntuales- la escasez de este insumo se siente en la calle.
Diversos trabajos de menor impacto son ejecutados directamente por el ciudadano común, quien día a día lleva sobre sus hombros la fabricación de viviendas, ampliaciones, remodelaciones y un sinfín de pequeños planes.
Los conflictos laborales que se presentan desde principios de abril en la planta de Cementos de Venezuela (antiguo Cemex), ubicada en Pertigalete, estado Anzoátegui, generan preocupación en la población insular. Aunque la distribución del producto desde la nacionalización de la referida empresa se efectúa de manera centralizada, el punto más cercano de comercialización a la Isla continúa siendo el de la entidad vecina.
Para Enrique Mudarra, habitante de Valle Verde, en el municipio García, esta situación le parece bastante engorrosa. Hace una semana necesitaba dos sacos de cemento y tuvo que buscar el producto tal cual “palito mantequillero”. Finalmente, luego de dar varias vueltas, logró comprarlos en una ferretería de Cocheima, municipio Arismendi. El costo de Bs. 40 por saco no era muy agradable, pero la necesidad lo obligó a pagarlos.
Wilfredo Lárez se dedica al comercio ferretero. Oferta cemento en su establecimiento casi improvisado en un garaje de casa en La Asunción. La mercancía se vende como pan caliente. Pese a que esto no le genera mayor ganancia, pues la unidad le cuesta Bs. 30 y él la expende entre Bs. 33 y 35, mantiene el producto en su estand para no dejar desarmados a los clientes, a diferencia de múltiples negocios dedicados a la venta de materiales de construcción que han retirado al rubro de su lista de ventas.
Jonathan Ramírez es encargado de Ferrenino en la avenida 31 de Julio, sector Crucero de Guacuco. Para él hay cemento en abundancia, pues le llegan cada semana hasta 48 paletas, cada una contentiva de 48 sacos. El comerciante explicó que debe hacer su pedido con dos semanas de antelación al Centro de Servicios de Cementos de Venezuela en Caracas para que éste le llegue a tiempo a la Isla. En su negocio cada saco está valorado en 30 bolívares.
Ni un solo saco salió este viernes desde la planta Cementos de Venezuela, antigua Cemex, ubicada en el sector Pertigalete del municipio Guanta.
Los trabajadores, unos 1.200 según aseguró el Sindicato de Trabajadores del Cemento del estado Anzoátegui (Sintracea), se apostaron desde las 7:00 am en los portones de la planta para exigir a la Junta de Transición que discuta la contratación colectiva y mejore las condiciones salariales, de seguridad y beneficios como el ajuste del ticket de alimentación y la póliza de Hospitalización, Cirugía y Maternidad.
José Sabino, secretario de organización de Sintracea, señaló que la paralización es a medias, ya que aunque no se detuvo la actividad dentro de la planta (como el triturado de las piedras, molinos, empaquetado, etc.) se dejó de distribuir los productos y prestar mantenimiento a las maquinarias e instalaciones. Esto afecta 40% de la operatividad de la planta cementera, especificó Sabino.
Luis Chaparro, secretario general de Sintracea, indicó al final de la tarde, que por la protesta, dejaron de ser despachados, sólo ayer, 4 mil toneladas de cemento a granel y 70 mil sacos de cemento.
“Mantendremos esta medida de presión hasta que seamos atendidos por la Junta de Transición. No es nuestra intención generar escasez de cemento, ni pensarlo. Sólo queremos que se cumpla con la contratación colectiva y cesen las amenazas y retaliaciones de la junta contra los trabajadores”.
Por “forfait”
La gota que rebasó el vaso y que conllevó a los trabajadores a declararse ayer en asamblea permanente fue la aparente actitud de la Junta de Transición de la cementera de no sentarse a discutir con la masa laboral cada jueves, tal como habían acordado.
“Para los trabajadores ha sido una patada para la mesa de acuerdos el hecho de que la junta transitoria ha faltado los dos últimos jueves a las discusiones. Exigimos respeto y demandamos a la presidenta de Cementos de Venezuela, Natasha Castillo, que deje de bypasearnos”, indicó Sabino.
Chaparro añadió que a partir de ahora implementarán estrategias de presión “pacíficas” hasta tanto sean escuchados sus reclamos.
Con pancartas en alto que instaban a Castillo a atender sus exigencias, el grupo coreó incansablemente la consigna “Somos cementeros. No somos guarimberos”. Durante todo el día esperaron respuesta de la directiva, pero sólo se apersonó Julio Millán, miembro de la junta, quien se comprometió a elevar las peticiones y a servir de enlace para retomar las negociaciones.
“Aquí el problema es que deben pronunciarse los órganos competentes, que son el poder electoral y el poder ejecutivo, para que se defina la confusión que existe con la representación sindical”, dijo Millán.
“Aquí sólo hay un sindicato y no sabemos de dónde sacan ahora que hay otro grupo sindical”, replicó Sabino.
Víctimas de la inflación
Gregori Vallenilla (operador de mantenimiento III), junto a otros compañeros presentes en la protesta, se quejaron de los salarios que perciben: entre 45 y 66 bolívares diarios.
Todos se quejaron de que en la planta “la revolución funciona de los portones para afuera porque de las puertas para adentro el capitalismo gobierna”, destacaron Johan Cariamana y Melvin Rivas. Desde ahora, harán paros de una a dos horas, desde las 7:00 am, hasta que sean escuchados.
8 puntos:
Entre las demandas que hacen los trabajadores están el aumento de la cestaticket a Bs.F 1.000 mensual (actualmente es de 250), ajuste de 40% del salario, cumplimiento de la contratación colectiva, mejora de las condiciones de trabajo, cese de atropellos, respeto a procedimientos administrativos y al sindicato, y alza de la cobertura del HCM a 100 mil.
Por: Gabriela Díaz
ANTONIO VIZCAYA LORETO
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