Waraos van al relleno sanitario
en busca de ropa y alimento
[audio:http://www.unionradio.net/actualidadur/sgc/MultiMedia/audio/2011/04/padrevanzeland13-04-11.mp3|titles=padre Vanzeland]
AUDIO: Padre Guillermo Van Zeland.
■ Hay otros cinco hospitalizados.
■ Afirman que en Cambalache los niños están desnutridos.
■ El pequeño de ocho meses de nacido padecía de deshidratación severa.
■ Estaba hospitalizado en Ciudad Guayana desde el domingo y presentaba deshidratación severa
■ El padre Van Zeland rechazó la situación de la comunidad de waraos “porque no tienen como defenderse, y tampoco tienen respuestas de lo que pasa”.
■ Manifestó que también han atacado a su persona, porque “he dicho que ellos son unos mentirosos, cuando yo nunca he dicho esto”.
■ “Desde aquí hemos hecho todo lo posible por la alimentación de estos niños, pero hay que tener en cuenta la otra cara de la situación (los waraos) venden los alimentos y no hay un control que se pueda garantizar”, señaló Carolo Somera, viceministro de Pueblos Indígenas.
■ “Estamos molestos porque el doctor dijo que era culpa de la comunidad la muerte de esos niños, por como vivíamos (…) somos humanos, no animales”, manifestó Pedro de la Rosa, capitán indígena en Cambalache.
Otro bebé que habita en las márgenes del vertedero de basura de Cambalache falleció ayer de neumonía en el Hospital Dr. Raúl Leoni de Guaiparo. Esta han muerto en 11 días. La situación de los indígenas se complica, pese a que las autoridades médicas reiteran su constante presencia en estas zonas, sus habitantes manifiestan que no han sido tomados en cuenta por los entes responsables de brindar ayuda.
Ayer en la mañana murió el sexto bebé warao, luego de que otros cinco pequeños de esta etnia fallecieron en una semana. Tenía ocho meses, presentaba un cuadro de deshidratación severa y estaba hospitalizado desde el domingo en la terapia intensiva del hospital Raúl Leoni de Guaiparo.
La información la confirmó el sacerdote Guillermo Van Zeland, quien apoya a los indígenas que viven en Cambalache, junto al relleno sanitario municipal de Caroní.
El padre Guillermo Van Zeland, destacó que es “muy grave” la situación que atraviesa una comunidad de indios waraos que viven cerca de un botadero de basura; “porque ya tenemos a 6 niños fallecidos”.
Tienen cuadros de diarrea, vomito y fiebres altas:
Manuel Maurera, jefe del Distrito Sanitario Nº 2, desmintió el lunes que los niños hayan muerto por desnutrición. Refirió que presentaron un cuadro de deshidratación severa y una “infección respiratoria aguda grave”.
“Necesitamos de la colaboración de los capitanes (de la comunidad warao). Tenemos tres ambulatorios: el de Cambalache y dos consultorios populares. Nos dicen que la comunidad indígena acude poco a los dispensarios. Es un asunto de coordinar y cuando un niño presente síntomas no se lo deje dentro de la comunidad, de manera que el médico pueda evaluarlo, se haga el tratamiento oportuno y evitar así las complicaciones que produjeron los fallecimientos”, dijo Maurera.
Más enfermos. Otros cinco niños están internados en los hospitales Raúl Leoni y Uyapar, la mayoría en cuidados intensivos.
El miércoles pasado la comunidad tuvo que sepultar a los dos primeros niños debajo de una mata de mango porque no tenían dinero para comprar una urna ni el espacio en el Cementerio Municipal. Voceros, como Antonio Valenzuela, manifestaron que la municipalidad no los ha ayudado.
Van Zeland opinó que la situación de los indígenas es preocupante desde hace tiempo.
La etnia intenta sobrevivir trabajando en el botadero, donde buscan metales y objetos que luego venden. Cree que la situación de insalubridad, pobreza extrema y desnutrición de los más pequeños es lo más grave que ocurre en la comunidad de 89 familias.
Niños warao mueren por cuadros virales y deshidratación:
El miércoles en la mañana Guillermo Van Zeland, un sacerdote con 11 años de servicio en Cambalache, no aguantó más. Luego de intentar alguna respuesta gubernamental sin ningún resultado llamó a la prensa: “Tenemos dos niños waraos muertos desde hace dos días y no tenemos cómo enterrarlos; ninguna autoridad ha venido”, contó indignado vía telefónica.
Ese mismo día la reportera de Correo del Caroní asistió al lugar. Tan descompuestos estaban que la comunidad tuvo que enterrar a los dos bebés debajo de una mata de mango junto al río antes de que crearan una epidemia en esa comunidad de no más de 200 indígenas.
Pero la historia no terminó allí:
Otro de los 20 infantes con síntomas de desnutrición pereció el sábado después de presentar un cuadro de fiebre, vómitos y diarrea.
El domingo otros dos niños fallecieron, según informó Van Zeland. Algunos han sido atendidos en el hospital Uyapar de Puerto Ordaz, pero el transporte de los infantes se hace difícil y hasta este domingo ninguna autoridad había prestado colaboración ni atención médica.
Gripe y desnutrición:
Manuel Maurera, jefe del Distrito Sanitario II, acudió ayer hasta el lugar. Informó que dos de los infantes murieron por un cuadro viral, otros dos por deshidratación severa debido a los vómitos y diarrea, y uno porque su madre lo sacó antes de tiempo del hospital Uyapar.
Aseguró que el Distrito Sanitario les ha prestado ayuda y que le corresponde a la Alcaldía de Caroní evitar que los niños estén en el relleno sanitario de Cambalache, donde acuden en busca de alimentos y objetos que pueden vender luego.
Señaló que en la comunidad hay dos consultorios Barrio Adentro que también prestan atención a los indígenas. Los waraos se mostraron molestos.
Uno de ellos, el ex capitán Antonio Valenzuela, dijo que en esos centros sólo les entregan récipes y ellos no tienen dinero para adquirir las medicinas. Se conoció que uno de los bebés está en cuidados intensivos del hospital Uyapar y otros seis requieren de cuidados.
El Distrito Sanitario llevó vacunas contra la gripe AH1N1 que fue colocada a los niños de la comunidad. Otros residentes de Cambalache asistieron para colocarse la antiviral y evitar de estar infectados una propagación de la gripe.
La población deberá esperar que la Alcaldía de Caroní junto con los indígenas saque los cuerpos de los niños de uno y dos años de edad que fueron enterrados debajo de la mata de mango. Temen que pueda darse una propagación de alguna nueva infección porque las aguas del Caroní pueden llegar hasta donde están los dos cadáveres.
Los indígenas de la etnia Warao se trasladan hasta Ciudad Guayana en búsqueda de mejores condiciones de vida. Cerca del relleno sanitario de Cambalache vive una comunidad itinerante de 500 indígenas.
Por: CLAVEL RANGEL
BOLÍVAR CIUDAD GUAYANA
Salud | Política
EL NACIONAL
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