Las fuerzas de Gbagbo se rinden
mientras él pide protección a la ONU
■ La ONU describe una situación humanitaria “dramática” en Abiyán, escenario de los últimos combates.
■ París cree que la crisis se resolverá “en pocas horas” y exige al expresidente que firme un documento en el que reconozca la victoria de Alassane Ouattara en las elecciones de noviembre.
La crisis abierta en Costa de Marfil el pasado noviembre entre los partidarios del presidente saliente, Laurent Gbagbo y los del electo, Alassane Ouattara, está cerca de resolverse. Francia, antigua metrópoli colonial, está negociando con el exmandatario su rendición, que deberá ser firmada por escrito. Este está dispuesto a hacerlo, según fuentes oficiales de Naciones Unidas citadas por Reuters. Tras la ofensiva final lanzada en Abiyán por las fuerzas de Ouattara, con apoyo de militares franceses y de Naciones Unidas, Gbagbo se ha visto forzado a pedir un alto el fuego. Con la lucha detenida, vehículos militares franceses han atravesado ya algunos puentes controlados hasta ahora por las fuerzas de Gbagbo. Los combates en la capital económica marfileña han provocado una situación humanitaria “absolutamente dramática”, según el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
“Hay negociaciones directas basadas en la recomendación de la Unión Africana que dice que Alassane Ouattara es el presidente”, ha confirmado el portavoz gubernamental de Gbagbo, Alhoua Don Mello, a Reuters. Hasta ahora, el presidente saliente se había negado a reconocer su derrota en las elecciones del pasado noviembre, pese a la exigencia de la comunidad internacional. Las conversaciones entre ambos bandos se están produciendo con la mediación de la Unión Africana y del Gobierno francés, que espera que la crisis se resuelva “en las proximas horas”, según su ministro de Defensa, Gerard Longuet. “Estamos muy cerca de convencer a Laurent Gbagbo para que abandone el poder”, ha dicho en la Asamblea Nacional Alain Juppé, ministro de Exteriores de Francia. En unas declaraciones posteriores durante una comisión parlamentaria, Juppé ha aclarado que París y la ONU exigen que Gbagbo firme un documento de reconocimiento de Ouattara y ha revelado que este último ha recibido una llamada del presidente francés , Nicolas Sarkozy. En la misma, Sarkozy le ha emplazado a formar un Gobierno de unidad nacional y a adoptar medidas para lograr la reconciliación entre ambos bandos.
El cambio de posición de Gbagbo se produce tras una ofensiva militar que ha logrado acorralarle en Abiyán y situar el conflicto en una fase definitiva. Con explosiones y enfrentamientos por toda la ciudad, la más grande del país, helicópteros franceses y de la misión de la ONU entraron en acción para debilitar la artillería de los leales al expresidente. Mientras, los partidarios de Ouattara lanzaron el asalto final contra la residencia oficial de Gbagbo, donde se encuentra presuntamente, y contra el palacio presidencial. Tras horas de combates, el jefe de las fuerzas de Gbagbo, el general Philippe Mangou, ha pedido un alto el fuego ante la misión de Naciones Unidas en el país (ONUCI). Residentes franceses en la ciudad han relatado a la cadena France24 que han dejado de escuchar disparos. Horas después, cuatro tanques franceses, acompañados por otros vehículos blindados han cruzado algunos puentes controlados hasta ahora por las fuerzas de Gbagbo, informa Reuters. Han logrado acceder así al sector norte de la ciudad, donde se encuentra el barrio de Cocody (que acoge las Embajadas y las residencias presidenciales). Con los efectivos militares iba al menos un vehículo de la Cruz Roja con una bandera blanca en su parte superior.
Crisis humanitaria
Los enfrentamientos, que se prolongan desde las elecciones del pasado 28 de noviembre y se han recrudecido en Abiyán desde la semana pasa, dejan una situación humanitaria “absolutamente dramática” y “decenas de muertos” en la ciudad, según el Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU. “Estamos extremadamente preocupados por la situación de los civiles en una ciudad tan importante, de millones de habitantes”, ha explicado en rueda de prensa Rupert Colville, portavoz del organismo. Añade que se está usando “armamento pesado en zonas con gran densidad de población”. Según estimaciones anteriores de la ONU, al menos un millón de personas han tenido que abandonar sus hogares en Abiyán, con algo más de cuatro millones de habitantes.
En Ginebra (Suiza), la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas (OCHA, por sus siglas en inglés), describe una situación de caos: “Hay explosiones continuas por toda la ciudad; los hospitales están cerrados, no se pueden trasladar enfermos porque si las ambulancias se atreven a salir son tiroteadas; los servicios públicos no funcionan, por lo que hay decenas de cuerpos sin vida tirados en las calles y que nadie recoge”, ha asegurado a los periodistas Elisabeth Byrs, portavoz de la OCHA. Coincide más o menos con el diagnóstico que hace en el terreno la ONG Médicos Sin Fronteras (MSF).
Cerco a Gbagbo
Con la ayuda de los ataques aéreos de los helicópteros franceses -Sarkozy autorizó ayer a sus militares presentes en Costa de Marfil bajo el contingente de la ONU a disparar contra las posiciones de los leales a Gbagbo- y de la ONU, que han dejado en llamas las bases militares del presidente saliente, los partidarios de Ouattara han logrado precipitar el fin del régimen de Gbagbo, cuyo paradero es aún desconocido. Un portavoz de Ouattara aseguró la pasada madrugada sus tropas habían tomado la residencia del expresidente, pero posteriormente esa información era desmentida. Según ONUCI, el expresidente y algunas personas de su entorno estarían recluidos en un búnker de su residencia.
Esta ha sido objeto de ataques de las fuerzas anti-Gbagbo durante toda la noche, al igual que el palacio presidencial. Según la agencia Reuters, han sido los enfrentamientos más duros desde que los milicianos de Ouattara entraran en la ciudad hace cinco días. El apoyo de Francia y Naciones Unidas ha llegado tras una petición del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, a París para que actuara conforme a la resolución 1975 del Consejo de Seguridad, que insiste en la exigencia a Gbagbo para que se marche y autoriza el empleo de fuerza para proteger a los civiles. Washington ha dicho que “firmemente” la actuación de Francia y la ONU. El presidente Barck Obama ha aprovechado para pedir también a Gbagbo que abandone el poder “inmediatamente”.
El expresidente marfileño, que llegó al poder en 2000 y postergó la convocatoria de elecciones prevista en 2005 hasta el año pasado, ha desafiado a la legalidad y a la presión internacional en los últimos cuatro meses. Las ONU verificó que el vencedor el 28 de noviembre había sido Ouattara, pero Gbagbo se negó areconocerlo aduciendo que las elecciones habían sido fraudulentas. El enfrentamiento entre los fieles del presidente electo y los del saliente han causado ya la muerte de al menos 1.500 personas, recordando la terrible guerra civil que vivió el país entre 2002 y 2003.
En otro frente, el presidente electo deberá responder ante la ONU por la matanza de más de 300 civiles perpetrada por sus tropas en una ciudad el oeste del país. “La posición del Gobierno es clara y limpia: no habrá impunidad. Vamos a realizar una investigación y los responsables serán castigados. Queremos un Estado de derecho”, declaró Guillaume Soro, primer ministro de Ouattara, a una televisión francesa.