“humor en serio…”
Como el mismo premiado barruntaba adelantándose a las críticas (que su propio subconsciente, que no es bolsa, sabía que venían), este premio a “libertad de expresión” despertó críticas e indignación en todos lados. Sin embargo, nadie debería discutir esta decisión de la Universidad de La Plata, porque si alguien tiene libertad de expresión en Venezuela es el premiado: Habla y habla sin límites, sin que su discurso obedezca a freno ni lo paren falsas riendas. De hecho, al recibir el galardón el susodicho incluso se atrevió a decir: “yo no he cerrado ningún medio de comunicación en Venezuela”. Cuando uno oye cosas así el lenguaje se vuelve ruido y las palabras pierden significación: ¿Qué será “cerrar”, qué será “medio de comunicación”, qué “Venezuela” para él? Alguien que llegue a tanto verdaderamente merece un reconocimiento, si no por “libertad de expresión”, al menos por “atrevimiento expresivo”.
Para los que se han rasgado las vestiduras por este premio, se les anuncia que por ahí vienen otros, una larga lista, para que no se sorprendan les damos un adelanto: · “Premio Internacional de los derechos humanos”, otorgado por la Universidad de La Habana. Es de esperar que allí diga: “en Venezuela no hay un solo preso político… entre otras cosas porque el único político soy yo”.
· “Premio Internacional de tolerancia política”, otorgado por la Universidad de Trípoli… porque en Venezuela “vivimos un clima de respeto y tolerancia, como nunca, por todas las opiniones políticas, incluso de las de aquellos que están equivocados”.
· “Premio Internacional de seguridad ciudadana”, otorgado por la Universidad del Norte de México… “por la eficiencia de las políticas en materia de inseguridad y haber esclarecido hasta un asesinato ocurrido en 1830”.
· “Premio Internacional de fomento a la seguridad alimentaria”, otorgado por la Universidad del Congo, por “fomentar la actividad agrícola y la producción de alimentos en general, especialmente en la zona del sur del lago, Valle del Turbio y Valles de Aragua”.
La lista es larga, quién quita que hasta el premio Nobel de química pueda recibir por la transformación sustancial de nuestra economía. Vuelvo sobre la imagen de la Universidad de La Plata, cuyo premio quedará registrado en los anales de la historia. Vuelvo al premio y me pregunto: habiendo tantas cosas que premiar del susodicho (“récord de cadenas”, “habilidad para el canto”, “récord de bateo presidencial”, qué se yo…) por qué escoger casualmente el de la libertad de expresión. El refranero, que es sabio, nos da la respuesta: “por la plata baila el mono”… Así que de la Universidad de La Plata, se podrá decir cualquier cosa, menos que no es coherente consigo misma. Hablando de la Universidad de La Plata… ¿Dónde estará la plata de la universidad?
Por: Laureano Márquez