Las fuerzas de Gadafi
contraatacan el este
■ Los rebeldes se lanzan a una caótica retirada hacia el este
■ La ausencia de bombardeos aliados permite a las tropas de Gadafi recuperar terreno.
■ La coalición internacional gana terreno la iniciativa de enviar armamento a los sublevados.
■ Los rebeldes, con pocos medios, se ven obligados a replegarse cada más hacia Bengasi, su gran bastión.
■ Las fuerzas rebeldes libias han huido este miércoles de la ciudad petrolera de Ras Lanuf, que ha vuelto a ser conquistada por las tropas leales a Muamar Gadafi, que han bombardeado sus posiciones y avanzan por el este.
■ El Gobierno de Uganda ha negado haber afirmado que el líder libio, Muamar Gadafi, pueda asilarse en territorio ugandés y aseguró que los informes que indican lo contrario “son totalmente falsos”. Según dijo a Efe el responsable de Relaciones Internacionales del Ministerio de Asuntos Exteriores, Okello Oryem.
■ El régimen libio niega que el ministro de Exteriores haya huido del país. Mosa Kusa viaja en una misión diplomática, según aseguran fuentes del Gobierno libio, para acallar los rumores sobre las desafecciones dentro del Ejecutivo, informa Reuters.
■ La organización humanitaria Human Rights Watch (HRW) ha acusado a las fuerzas de Gadafi de haber utilizado minas antipersona “prohibidas desde hace años” durante su actual conflicto con las fuerzas rebeldes. Al menos dos decenas de minas antivehículo y tres decenas de minas antipersona han sido localizadas en los alrededores de Ajdabiya, que las fuerzas gubernamentales mantuvieron en su poder entre el 17 y el 27 de marzo, según informó este miércoles la ONG.
■ El primer ministro tunecino, Beji Caid Sebsi, ha anunciado la congelación de todos los bienes que pertenezcan a Gadafi en el país. El dictador libio tiene amplios intereses económicos en Túnez, como hoteles, una cadena de gasolineras o participaciones en una terminal petrolera.
La ausencia de ataques aliados en las últimas horas ha permitido a las fuerzas leales a Muamar el Gadafi recuperar la iniciativa y montar una contraofensiva que ha obligado a los milicianos rebeldes a replegarse hacia el este, ya muy cerca de Bengasi, su enclave bastión.
Sirte, el gran objetivo de los insurgentes hace solo dos días por ser la ciudad natal del dictador libio y principal feudo del régimen junto a Trípoli, queda ya demasiado lejos para los opositores. Estos han ido perdiendo gran parte del territorio ganado en las últimas jornadas y su objetivo en estos momentos es defender Ajdabiya, a solo 160 kilómetros de Bengasi. Ahora, la línea del frente se sitúa en Brega, según el portavoz de los rebeldes, el coronel Ahmad Omar Bany. Brega es la población anterior a Ajdabiya en el camino hacia Bengasi. Las últimas pérdidas de los opositores, tras fracasar su ofensiva sobre Sirte, han sido Bin Yauad y Ras Lanuf, un importante punto petrolero.
Retirada:
Según el coronel Bany, las tropas de Gadafi están apoyadas por entre 3.200 y 3.600 soldados de la Guardia Republicana chadiana, bajo el mando del vicedirector de la Seguridad Nacional de Chad, Isa Bahar, primo del presidente Idris Deby. “Es una fuerza muy preparada con armamento pesado y altamente mecanizada”, ha señalado el portavoz, quien ha explicado que los milicianos rebeldes solo disponen de armas ligeras, por lo que se ha optado por una retirada “táctica” hasta trazar una mejor estrategia para hacerles frente.
“Para hacer frente a esta fuerza, necesitamos de armas con las que se puedan destruir tanques y artillería de 155 mm”, que es lo que están empleando los gadafistas, ha precisado Bany, además de entrenamiento en el uso de armas pesadas.
El presidente de EE UU, Barack Obama, se mostró ayer dispuesto a armar a los rebeldes que luchan contra Gadafi. La dependencia de la ayuda aliada que muestran los insurgentes resulta cada vez más acusada. Por eso no extraña que mientras la coalición internacional se centra en advertir al dictador libio que no aflojará la presión para aislarle y forzar su salida, las tropas del coronel estén consiguiendo el repliegue de los rebeldes.
En el oeste, en Misrata, la tercera ciudad más grande de Libia y el único bastión que les queda a los sublevados en esta zona del país, los leales a Gadafi siguen empleándose con fuerza contra los rebeldes en los últimos días. Según un portavoz de estos, ayer murieron 18 personas por los ataques de las fuerzas del dictador. Por el contrario, los sublevados han conseguido poner fin al bloqueo naval en la ciudad, permitiendo la llegada de dos buques, que han repartido ayuda humanitaria y han evacuado a varios de los heridos en los combates con las fuerzas leales a Gadafi.
El ministro de Exteriores se marcha a Londres:
Los rebeldes, en su mayoría dotados únicamente de armamento ligero y de vehículos todoterreno, confiensan que se están viendo superados por la mayor potencia de fuego y la superioridad armamentística de las tropas de Gadafi. Sin el apoyo de los bombadeos aliados, la rapidez con la que pierden terreno es manifiesta.
En Trípoli, mientras, la secuencia cada día al atardecer es parecida: después de que los cazas atraviesen el cielo dejando un rastro visible, suenan las explosiones. Más tarde, las baterías antiaéreas. Luego, ambulancias y camiones de bomberos. Por último, los seguidores de Gadafi vuelven a hacer ruido y el cielo se ilumina otra vez, en esta ocasión con las luces de los fuegos artificiales, una manera de manifestar su desprecio a los ataques de la coalición. La noche pasada, las bombas castigaron a la capital y sus alrededores, principalmente el distrito de Tajura (en donde hay una base militar) y la zona de Bab el Aziziya, el cuartel general del coronel.
Los distintos países que forman parte de la coalición internacional han comenzado a transferir ya sus medios aéreos bajo mando de la OTAN, un proceso que se espera que esté completado “en las próximas horas” con el objetivo de que la Alianza Atlántica asuma el mando y control de todas las operaciones en Libia, tal y como pactaron los Veintiocho aliados el domingo pasado después de la insistencia de Washington en querer ceder el mando.
En el terreno diplomático del conflicto, el ministro de Exteriores libio, Musa Kusa, que se encontraba en Túnez, se ha marchado a Londres, según ha confirmado la agencia oficial de noticias tunecina Tap.