La universidad o la vida
■ Una joven se une a estudiantes que cosieron su boca en PNUD
■ Gabriela Torrijos se cosió la boca este viernes, luego de vencerse el plazo de 12 horas que le dieron al Gobierno los huelguistas en el PNUD
Más de 80 estudiantes, profesores y empleados universitarios mantienen en todo el país una huelga de hambre en reclamo de un presupuesto justo para las casas de estudios superiores, a punto de ser estranguladas económicamente por un gobierno cuyo modelo educativo es el de la domesticada Universidad Bolivariana.
Valencia (REDACTA).- Por cuarta vez, un universitario cose su boca en la sede del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). En esta oportunidad fue el turno de una chica, Gabriela Torrijos, estudiante de la Universidad Central de Venezuela (UCV) de 18 años de edad.
Acompañada por los otros tres jóvenes que en días pasados hicieron lo mismo, como una forma de radicalizar la protesta en exigencia de mejoras económicas para las casas de estudios, Torrijos aseguró que la lucha continuará y que los universitarios no se moverán de su punto de acción.
La joven dijo a la ministra de Educación Universitaria, Yadira Cordóva, “le ha demostrado al país entero que no tiene corazón”, por haber permitido que los huelguistas llegaran hasta el punto de intervenir sus cuerpos. Incluso le espetó: “yo podría ser su hija, estoy aquí haciendo esto y tan sólo tengo 18 años”.
Una vez culminado el plazo de 12 horas dado al Gobierno para llegar a un acuerdo que solventara el conflicto presupuestario, Torrijos puntualizó: “el mensaje sigue siendo contundente, seguimos con la misma valentía y ganas de seguir luchando”.
Marisa Fariña, madre de la joven, precisó en rueda de prensa que las peticiones estudiantiles “son justas y necesarias”. Exhortó a la ministra Córdova “que es madre y mujer” y al presidente Chávez “que es padre”, a que le busquen una solución al conflicto.
Fariñas, quien afirmó que “todo el país está a favor de los estudiantes”, señaló que no está de acuerdo con lo hecho por su hija, pero la apoya. “Ella siempre ha estado segura de su decisión, (…). Es duro ver que un hijo tenga que llegar a los extremos para hacerse escuchar por un Gobierno”.
¿Medida radical?
Desde hace un mes, los huelguistas decidieron mantener el ayuno hasta que el Gobierno aceda a cumplir cinco peticiones: aumento de sueldos salarios, pago de la deuda universitaria, aumento de las becas, aumento del presupuesto del comedor y dotación de unidades de transporte. Aunque, el pasado jueves 24, la ministra Yadira Córdova los increpó a abandonar la protesta, a raíz de que el gobierno accedió a cumplir tres de las solicitudes, a saber aumento de las becas, aumento del presupuesto del comedor y la dotación de unidades de transporte, para los huelguistas no es suficiente y exigen un cronograma reconocido a través de un documento en el que se establezca a partir de qué fecha iniciarán los pagos y también que se cancele la deuda universitario y el aumento de sueldos y salarios de trabajadores.
Efecto dominó:
Con el paso de los días y ante la realidad de que se trataba de un acto desesperado pero firme, otros estudiantes y profesores de diversas universidades se sumaron a la huelga, dejando en claro que la comunidad universitaria no es indiferente. En total son 51 las personas en huelga de hambre, 24 de ellas en la sede del PNUD. El resto de los estudiantes están en el rectorado de la Universidad del Zulia (LUZ), en la Universidad Pedagógica Experimental El Libertador (Upel) de Aragua en la Universidad Centro Occidental Lisandro Alvarado (Ucla) en Lara. Han recibido la visita de los rectores de las universidades autónomas la ULA, la UDO, la LUZ y la UCV. Y muchos compañeros de las distintas casas de estudio se han sumado a acompañar a los huelguistas para cuidarlos.
Del silencio a la burla:
Miraflores optó por la fórmula que aplicó frente al productor agropecuario Franklin Brito, fallecido 30 de agosto del año pasado, tras mantener una huelga de hambre durante 8 meses. La ministra Yadira Córdova actuó como si no se hubiera enterado del asunto, mientras que el presidente Chávez, en un acto vergonzoso que lo marcará para toda su vida, descalificó la protesta estudiantil, tildando a los huelguistas de “ultraderechistas” y repetir las burlas que parodiaba Mario Silva, quien aseguraba que de noche los huelguistas se alimentaban de cachitos. Como la indiferencia ya era insostenible, de manera indirecta en cadena nacional Chávez respondió a tres de las peticiones de los estudiantes: aumento de las becas, del presupuesto del comedor y la dotación de unidades de transporte, mandato acatado por la ministra Córdova quién por escrito y a viva voz dio la noticia a los estudiantes.
Alarma y miedo:
Mientras los huelguistas arriesgan sus vidas a favor de una causa justa, se prenden las alarmas entre los transeúntes que pasan frente a la sede del PNUD o de quienes siguen las incidencias de este drama a través de los medios. Hay quienes cuestionan lo arriesgado de la protesta y advierten a los muchachos que depongan su actitud, ya que están enfrentando a un gobierno irresponsable y les recuerdan cómo Hugo Chávez dejó que muriera Franklin Brito. Pero ya los jóvenes están decididos a morir por lo que creen: una universidad plural con recursos suficientes para brindar una educación de calidad.
Pasan los días:
Llega carnaval, la gente sale a descansar y al retorno encuentran que nuevos contingentes se han incorporado a esta manifestación de protesta, lo cual empieza a preocupar a la opinión pública. A todos, menos al Gobierno. Los jóvenes tienen dos semanas en huelga de hambre exigiendo la presencia de la ministra de Educación, Yadira Córdova, a quien quieren plantear un aumento en el salario de profesores, de las becas para los universitarios y que se pague la deuda al sector administrativo de las instituciones. Los rectores de las universidades acompañaron a los jóvenes y Soledad Bravo fue a cantarles: “Me gustan los estudiantes”.
Diálogo de mentira:
Pero la inquietud de las madres de familias que llaman a los espacios radiales y televisivos, alertando que estos muchachos podrían en el mejor de los casos sufrir posteriormente de severos daños en su organismo, saca del ostracismo a la ministra Córdova quien envía como emisario al viceministro Gheyson Guzmán para que negociara con los jóvenes, pero la negociación no llegó a nada. Gaby Arellano, vocero de los huelguistas declaró: “El viceministro Jason Guzmán le miente. Nunca hubo un acuerdo de trasladarnos. El acuerdo era reunirnos en horas de la noche del miércoles 2 de marzo”.
Boca cosida:
La huelga parece llegar ahora a un punto sin retorno, y como en una película de suspenso, los jóvenes se cosen los labios, a 2 puntos por día, lo que los aproxima a una posible muerte, ya que están impidiendo incluso la posibilidad de ingerir agua y aire. El primero en radicalizar la protesta fue Villca Fernández, de la ULA, al coser parte de su boca con dos puntos de sutura. El segundo fue Luis Magallanes, estudiante de la Universidad de C arabobo, quien rezó un rosario antes de entrar a la ambulancia donde le sellaron parte de sus labios. El tercero fue Grey Hernández, quien retrasó su proceso dando la prórroga al gobierno. Pero la respuesta de la ministra no llegó y el viernes 25 de marzo la primera mujer se cosió la boca: Gabriela Torrijo. Entre lágrimas la chica dijo: “quiero seguir en mi país, porque quiero estudiar aquí”.
Acuerdos y desacuerdos:
Solo tres de las solicitudes de los jóvenes han sido aceptadas por la ministra Yadira Córdova, pero los huelguistas no quieren migajas, lo quieren todo. Los universitarios exigían cinco condiciones: aumento de sueldos salarios, pago de la deuda universitaria, aumento de las becas, aumento del presupuesto del comedor y dotación de unidades de transporte y Córdova, hasta el momento, solo concedió tres, dejando por fuera: el aumento de sueldos y el pago de la deuda.
Otras huelgas de hambre:
Es preciso recordar que trabajadores y estudiantes de LUZ cumplen diez días en huelga de hambre en apoyo a la lucha que desarrollan desde el Pnud.
Los huelguistas aseguran que no han recibido respuestas por parte de las autoridades. Reconocen, además, que se sienten débiles, pero que los mantiene el deseo de que se les reivindiquen sus derechos.
Extienden una invitación al Gobierno para que reflexione sobre la situación de los estudiantes y que dé soluciones.