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Thursday, November 21, 2024
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Julio César Rivas: La huelga probó que al régimen se le puede torcer el brazo

Los jóvenes de JAVU continuarán participando en la mesas de trabajo con el Ministerio de Relaciones Interiores y Justicia.

La protesta fue factor para
liberación de presos políticos

 

Julio César Rivas, fundador del movimiento JAVU, destaca que la Operación Libertad demostró que el Gobierno no es invencible.

La huelga de hambre denominada Operación Libertad dio resultados que van más allá de la libertad condicional que se le otorgó a algunos presos políticos, aseguró Julio César Rivas, fundador de Juventud Activa Venezuela Unida.

“Lo logrado trasciende las liberaciones y constituye un precedente histórico: se debilitó la imagen del Gobierno en el ámbito nacional e internacional y se halló un método eficiente para ejercer presión”, dijo.

Rivas considera que la huelga demostró que el Gobierno no es invencible. “A este régimen se le puede torcer el brazo”, advirtió.

Aunque seis presos políticos que hasta hace unos días no pensaban que lograrían su libertad en corto plazo están hoy en la calle, ese gesto no sirvió para que el gobierno de Hugo Chávez limpiara completamente su imagen en el ámbito nacional ni internacional, de acuerdo con los analistas consultados.

“Para que el Gobierno se lave la cara se necesitan cambios estructurales. Aunque lo ocurrido es importante no soluciona el problema de fondo: que en Venezuela hay una estructura de represión”, afirmó el politólogo Ricardo Sucre.

El catedrático en Comunicación Política Herbert Koeneke considera que el régimen de Chávez no puede cambiar su imagen de un solo golpe: “No creo que dejar a seis presos políticos en libertad cambie la idea que la gente tiene sobre el Gobierno, aunque obviamente le ayuda”, dijo.

Los 6 detenidos por razones políticas que fueron excarcelados dejaron sus celdas gracias a un acuerdo suscrito entre el ministro de Relaciones Interiores y Justicia, Tareck el Aissami, que se comprometió a “agilizar” la implementación de beneficios procesales a estas personas a cambio de que los jóvenes suspendieran la protesta que mantenían en 9 estados del país, y que incluía grupos apostados frente a 8 sedes diplomáticas.

Koeneke opina que la estrategia del Gobierno frente a estas situaciones ha sido tomar decisiones que le permitan demostrar que no tiene actitudes antidemocráticas.

El plan, según Ricardo Sucre, es tratar de mostrar que todo está bien, que hay un Gobierno que negocia y que no hay ninguna dictadura: “No olvidemos que los que quedaron en libertad siguen con sus condenas a cuestas y en cualquier momento se las pueden activar”, advirtió.

Ambos analistas coinciden en que la huelga que el movimiento Juventud Activa Venezuela Unida llevó adelante por 23 días fue el factor decisivo para que el Ejecutivo negociara, pero no fue el único.

Elecciones, descontento y África. Que estemos en el año previo a los comicios presidenciales y que el clima de opinión pública sea desfavorable a Chávez son algunos elementos que, según los especialistas, el Gobierno consideró para dialogar.

“Los estudiantes activaron la atención y el Gobierno aprovechó eso para iniciar un diálogo”, indicó Sucre.

El politólogo considera que lo ocurrido es parte de una estrategia que tiene una arista electoral: “El objetivo es que el votante en 2012 se pregunte: ¿Para qué salir de esto si últimamente han rectificado? ¿No es mejor malo conocido que bueno por conocer?”.

Pero hay otro ingrediente en el acuerdo, indica Koeneke.

El catedrático señaló que de acuerdo con el sondeo realizado por Consultores 21 en diciembre pasado, 70% de los encuestados dijo que las protestas eran luchas por recuperar derechos y no formas de desestabilización.

“A eso se suma la presión internacional porque el Gobierno tiene cada vez menos aliados”, acotó Sucre.

En su criterio, el problema es que la huelga ­que comenzó con 9 estudiantes en la sede de la OEA en Caracas y terminó con 90 en todo el país­ fue creciendo: “Tal vez el Gobierno tuvo miedo de que la protesta se extendiera más y se radicalizara”.

“Nadie sabe cuándo va surgir un comportamiento colectivo.

Los conflictos se pueden originar por cosas pequeñas, como ocurrió en Túnez, país que entró en crisis porque un comerciante informal se inmoló cansado de que la policía le quitara dinero”, advirtió.

Lo cierto es que los jóvenes suspendieron el ayuno pero están en vigilia. Lo irrefutable es que el Gobierno liberó 6 presos políticos pero, según el pacto, le faltan traslados, asistencias médicas y agilizar la libertad condicional de otras 2 personas. Lo indiscutible es que aún después de cumplido el acuerdo quedan 20 detenidos por razones políticas en Venezuela (19 en diferentes cárceles y la jueza María Afiuni, que tiene arresto domiciliario). Lo innegable es que otro grupo de jóvenes, esta vez en el PNUD, está en huelga de hambre para exigir mejoras en las universidades desde hace 2 semanas y que cada vez son más.

Ahora, los jóvenes de JAVU formarán parte de las mesas de trabajo en las que participará el ministro Tareck el Aissami para analizar uno por uno los casos de los presos políticos que aún quedan en Venezuela, incluidos aquellos que han sido calificados de “inviables, como los casos de los comisarios de la PM”.

Gobierno cumple a medias:

El acuerdo firmado el 22 de febrero entre el Gobierno y los jóvenes que estaban en huelga de hambre no tiene fecha específica de cumplimiento. Algunos compromisos se cumplieron al día siguiente, pero otros siguen en el papel:

23 de febrero Biagio Pilieri quedó en libertad condicional. El diputado electo cumplía arresto domiciliario en su residencia de Yaracuy.

25 de febrero Freddy Curupe fue dejado en libertad condicional. El parlamentario electo estaba detenido en la comandancia policial de Guanta.

3 de marzo Rubén González fue dejado en libertad condicional. El sindicalista de Ferrominera del Orinoco estaba detenido en la sede de Patrulleros del Caroní.

4 de marzo Felipe Rodríguez recibió régimen abierto. Permanecía detenido en el Sebin.

Silvio Mérida Ortiz fue dejado en libertad condicional.

Estaba preso en el Sebin.

Otto Gebauer quedó sometido a régimen abierto. Cumplía condena en la cárcel militar de Ramo Verde.


Por: DIANA LOZANO PERAFÁN
dlozano@el-nacional.com
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