China dice que es un ardid
■ El jefe del budismo tibetano dejará a otra persona “libremente elegida” su puesto como máxima autoridad del gobierno en el exilio.
El Dalai Lama, jefe del budismo tibetano, anunció que renunciará a su papel político para dejar su puesto a un nuevo responsable “libremente elegido”, en una declaración calificada de ardid por China, que acusa al Premio Nobel de la Paz de intenciones separatistas.
El Dalai Lama, de 75 años de edad, había mencionado en varias oportunidades la posibilidad de abandonar su cargo de máxima autoridad del gobierno tibetano en el exilio, sin dejar de ser el jefe espiritual. Para ello, presentará un texto al Parlamento tibetano la semana que viene.
“Mi deseo de transmitir la autoridad no tiene nada que ver con una voluntad de renunciar a las responsabilidades”, declaró el Dalai Lama durante un discurso en Dharamsala, en el norte de la India, donde vive exilado con otros tibetanos.
“El Dalai Lama a menudo ha hablado de retirarse. Pienso que se trata de ardides para engañar a la comunidad internacional”, declaró la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Jiang Yu.
Según la portavoz, “el gobierno en el exilio es una organización ilegal que no es reconocida por ningún país en el mundo”.
Pese a los intentos de diálogo con Pekín para la obtención de una autonomía cultural y sus tomas de posición moderadas, el Dalai Lama constituye un problema para el poder chino, que lo considera un secesionista.
No obstante, el Dalai Lama llama a sus conciudadanos a utilizar medios pacíficos para oponerse a Pekín, si bien su pueblo está dividido entre moderados y radicales respecto a la cuestión de la independencia perdida en 1950.
El Dalai Lama, jefe del budismo tibetano, anunció que renunciará a su papel político para dejar su puesto a un nuevo responsable “libremente elegido”, en una declaración calificada de ardid por China, que acusa al Premio Nobel de la Paz de intenciones separatistas.
El Dalai Lama, de 75 años de edad, había mencionado en varias oportunidades la posibilidad de abandonar su cargo de máxima autoridad del gobierno tibetano en el exilio, sin dejar de ser el jefe espiritual. Para ello, presentará un texto al Parlamento tibetano la semana que viene.
“Mi deseo de transmitir la autoridad no tiene nada que ver con una voluntad de renunciar a las responsabilidades”, declaró el Dalai Lama durante un discurso en Dharamsala, en el norte de la India, donde vive exilado con otros tibetanos.
“El Dalai Lama a menudo ha hablado de retirarse. Pienso que se trata de ardides para engañar a la comunidad internacional”, declaró la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Jiang Yu.
Según la portavoz, “el gobierno en el exilio es una organización ilegal que no es reconocida por ningún país en el mundo”.
Pese a los intentos de diálogo con Pekín para la obtención de una autonomía cultural y sus tomas de posición moderadas, el Dalai Lama constituye un problema para el poder chino, que lo considera un secesionista.
No obstante, el Dalai Lama llama a sus conciudadanos a utilizar medios pacíficos para oponerse a Pekín, si bien su pueblo está dividido entre moderados y radicales respecto a la cuestión de la independencia perdida en 1950.
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