Violencia obligó a cerrar los
comercios lunes y martes
A Merly Porras ayer no se la había pasado la molestia por los disturbios del martes en la noche en el bulevar de Sabana Grande. “Salí de mi habitación por un momento y cuando regresé había una piedra en el suelo. Habían roto la ventana”, dijo la mujer, que reside en el edificio Royal Castle.
Eso sucedió a las 8:00 pm.
Según su relato y el de otros cinco vecinos consultados a esa hora se desarrollaba una auténtica batalla campal en el sector del bulevar que cruza con la avenida Santos Ermini.
Además del apartamento de Porras resultaron afectados otro inmueble del piso 2 y toda la fachada de cristal del edificio Don Elías, ubicado a media cuadra del primero. Los comercios que están entre ambas edificaciones no resultaron afectados porque están protegidas con rejas metálicas.
Según agentes de la Policía de Libertador asignados al bulevar, el martes hubo 5 personas lesionadas por golpes con objetos contundentes. Casi todos eran transeúntes que nada tenían que ver con la refriega.
Hubo más de 30 retenidos, en su mayoría menores de edad que fueron detectados con piedras en las manos o en los bolsillos. Los trasladaron a un camión de la policía en Plaza Venezuela hasta que la situación se calmó y luego los soltaron.
Otras cinco personas fueron detenidas el martes en la tarde por intentos de robo a los que estaban en la comparsa. Estos sí fueron reseñados y enviados al cuartel de la Cota 905. Una de las víctimas fue un heladero cuyo carrito fue saqueado en el bulevar a las 7:30 pm.
Fiesta en dos partes:
Debido a la experiencia del Carnaval de 2010, cuando también se presentaron alteraciones del orden público, la mayoría de los comercios del bulevar de Sabana Grande cerró lunes y martes.
Los vecinos vivieron esos días como en un estado de sitio: “Los habitantes de Sabana Grande nos quedamos secuestrados”, afirmó Cecilia Méndez, conserje del edificio Onivar.
“Hice mis compras el viernes y no salí más. La gente pateaba las santamarías y lanzaba objetos a los edificios. Esto fue horrible”, añadió.
La mujer tiene 19 años viviendo en la zona. Indicó que la celebración de Carnaval ha adquirido una violencia creciente en los últimos 4 años.
El único comercio que abrió en las cercanías de Chacaíto fue una venta de artículos para damas. Pero el martes a las 5:20 pm los empleados se arrepintieron de haberlo hecho.
“Tuvimos que cerrar de emergencia. La gente intentaba meterse en el local para escapar de lo que sucedía afuera”, recordó uno de los vendedores.
El lunes y el martes la celebración del Carnaval en Sabana Grande tuvo dos fases. En la mañana y hasta las primeras horas de la tarde, la gente acudió al bulevar en familia para ver a las personas disfrazadas. No hubo comparsa como en otros años debido a que el trayecto entre Plaza Venezuela y Chacaíto continúa en reparación.
Pero luego de las 5:00 pm la vía fue tomada por grupos de personas con edades comprendidas entre los 15 años y los 25 años de edad. Con ellos llegaba la violencia.
“La gente se alborotaba y lanzaba latas de tángana. Ni a los policías respetaban. Al que se asomaba le arrojaban de todo”, dijo Carmen Parra, habitante del edificio Pacífico.
Según Luis Moreno, vigilante de un local de comida rápida, aplastaban las latas de serpentina sintética y las lanzaban, junto con bombas de agua y piedras de la construcción del bulevar.
Ese comercio operó el martes hasta las 8:00 pm con las rejas abajo. Aún así, recordó, tres personas llegaron esa noche para solicitar ayuda pues tenían cortaduras o heridas abiertas en diversas partes de la cabeza.
“Lo que se ve es que no son de la zona. Esos tipos venían de otras partes. Por el habla uno los reconoce”, aseguró.
Esta impresión fue corroborada por los agentes de Policaracas que indicaron que la mayoría de los retenidos es de barrios del oeste y este de la ciudad. Descartaron que los desórdenes fuesen fomentados por invasores de los edificios.
Con una “formación en línea” que abarcaba el bulevar a todo lo ancho, los militares arrimaron a uno de los grupos hacia Chacaíto. Eso dispersó a los revoltosos.
En el edificio Don Elías, Verónica Robelino se quejaba de los destrozos en la fachada del inmueble. “Fue un salvajismo.
Antes uno salía con los niños tranquilamente. Ahora sólo hasta la 1:00 pm, a menos que te quieras exponer”.
Lo peor, añadió, es que la administradora del edificio no va a reparar los daños. Antes lo hicieron, pero los vándalos que transitan por el bulevar volvieron a arremeter. Esta vez las ventanas quedarán rotas.
Piquete de la GN:
A partir de las 7:00 pm las estaciones del Metro en el bulevar fueron parcialmente cerradas. Moreno tuvo que caminar a las 8:30 pm hasta Plaza Venezuela, y allí pudo ver los camiones de Policaracas atestados de personas retenidas.
En ese momento, la Guardia Nacional colocó aproximadamente 25 uniformados entre los bandos que se habían movilizado hasta las cercanías del Banco de Venezuela.
Los desórdenes callejeros ocasionaron destrozos en edificios adyacentes a la avenida Santos Ermini. Varias personas resultaron heridas
Por: JAVIER IGNACIO MAYORCA
jmayorca@el-nacional.com
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