¿Alguien está sustituyendo a Makled?
Los Zetas y otros carteles están saliendo al ruedo. Una de sus fichas lleva dos meses presa en Caracas, mientras se concreta su deportación a EEUU.
Ya no es primicia decir que en Estados Unidos reiteran preocupación por la cantidad de droga que circula en el territorio nacional. Lo que sí parece una novedad es advertir sobre la presencia de carteles mexicanos en esta parte del continente. Hace tiempo que el narcotráfico y los grupos irregulares colombianos se posaron de este lado de la frontera, pero el último informe antidrogas que el Departamento de Estado publicó esta semana, por primera vez destaca las noticias que han venido informando sobre nuevas actores en el mercado del narcotráfico local.
“Durante 2010, los medios de comunicación informaron que las organizaciones mexicanas de tráfico de drogas, incluido el cartel de Sinaloa y Los Zetas, participaron cada vez más en operaciones de contrabando a través de Venezuela”, sostiene el Departamento de Estado en el informe que publicaron este jueves.
El narcotráfico mexicano está expandiéndose, y el propio Gobierno nacional ha dado noticias sobre algunas de esas células dentro del país. La policía científica detuvo hace poco menos de dos meses a una de sus fichas: agentes del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas comenzaron este año capturando a la ciudadana colombiana, Gloria Rojas Valencia, a quien señalan como la bisagra de Los Zetas en Venezuela.
Otra vez presa:
Rojas iba caminando por el municipio Chacao de Caracas cuando fue capturada por oficiales de la Dirección Nacional contra Drogas del Cicpc. Esa película, sin embargo, no es nueva: el año pasado ya había sido detenida en dos oportunidades, pero logró evadirse antes de que señalaran cargos en su contra.
Esta vez las propias autoridades han anunciado su deportación precisamente a los Estados Unidos, donde la solicita la Corte del Distrito Sur de Nueva York, la misma que imputa a Walid Makled por delitos de narcotráfico.
“Esta ciudadana, de nacionalidad colombiana, forma parte de un cartel del narcotráfico mexicano denominado Los Zetas; ha sido detenida por el Cicpc el pasado 12 de enero aquí en el estado Miranda, en el municipio Chacao, y ya estamos también en trámites de expulsión”, declaró el ministro de Interior y Justicia, Tarek El Aissami, el pasado 15 de enero cuando anunciaba su captura.
“El presidente Chávez ha instruido a actuar -como hemos actuado en estos últimos años- y a proceder la expulsión inmediata de esta ciudadana para colocarla a la orden de la justicia de los países que la requieren, en este caso especial Estados Unidos”, agregó.
Sin fecha de deportación:
Al día de hoy, sin embargo, aún no se sabe qué pasará con Rojas; en el Ministerio de Interior y Justicia no han precisado su destino. Ninguno de sus voceros atendió esta semana los llamados que pedían noticias sobre este y otros temas pendientes con respecto al narcotráfico. Se sabe, de cualquier modo, que la abanderada de Los Zetas sigue detenida en Venezuela, porque en la embajada de Estados Unidos confirmaron que el anuncio de deportación no se ha concretado.
“Gloria Rojas aún no ha sido deportada”, informaron en la embajada. “Es una persona peligrosa y violenta con órdenes de arresto pendientes en los Estados Unidos. Los efectivos policiales venezolanos demostraron un excelente trabajo policial en su arresto. Calificaríamos la deportación de Rojas a Estados Unidos como un hecho valioso y positivo, y un revés para organizaciones narcotraficantes”.
Más fichas mexicanas:
Rojas no es la única zeta que en los últimos meses se ha visto en el país. Al momento de su captura, el Ministerio de Interior y Justicia informó que esa ciudadana colombiana de 56 años era pareja de Luis Frank Tello Candelo, otro de los miembros de esa organización, que fue apresado en Venezuela y posteriormente enviado a los Estados Unidos en julio del año pasado.
Apodado con el alias del “Negro Frank”, Tello era parte de los narcos más buscados por la DEA. Su nombre no era muy familiar, pero en el mundo de la mafia se le consideraba como un peso pesado. Estaba solicitado en extradición por Estados Unidos desde hace años, señalado de exportar, vía Venezuela, más de 400 toneladas de coca en los últimos tres años. Era, además el enlace principal de los narcos colombianos con el cartel de Los Zetas, según indicó la revista Semana de Colombia en julio del año pasado.
Terror en Tamaulipas:
En México la última letra del abecedario es mucho más que eso. Fundado a mediados de los años 90 y hasta hace poco conocido como el brazo armado del cártel del Golfo, Los Zetas forman parte de una organización paramilitar que reclutó desertores de grupos de élite, entrenados dentro de las fuerzas armadas de ese país.
Años después, pasaron de ser un grupo de 40 sicarios a una organización dedicada principalmente al narcotráfico, el secuestro y la extorsión. Son célebres por las luchas que sostienen al norte de México, donde reclutan civiles y libran una guerra sin cuartel con sus antiguos aliados del cartel del Golfo. Verbigracia, la llamada Matanza de Tamaulipas, en la que una célula de la organización asesinó a 72 personas por negarse a ingresar a sus filas.
Uno a uno, 58 hombres y 14 mujeres que iban a cruzar ilegalmente la frontera de Estados Unidos, fueron secuestrados y obligados a mirar contra la pared de una finca del estado de Tamaulipas. Luego los conminaron a mantener la cabeza agachada, para finalmente caer fusilados con ráfagas de metralla. Los asesinos además remataron con un tiro de gracia sobre cada una de las víctimas.
Entre los fusilados estaba Luis Lala Pomavilla, un ecuatoriano que se hizo pasar por muerto. El tiro final le entró por un extremo del cuello hasta la mandíbula, lo que le permitió vivir y dejar testimonio de lo ocurrido.
Zona de tolerancia:
En menos de cinco años, la violencia atribuida al crimen organizado y al narcotráfico ha dejado más de 28.000 víctimas en México. Antes de que la Matanza de Tamaulipas o cualquier cuadro similar se repita en Venezuela, es necesario poner cotos. Lo dice el abogado Bayardo Ramírez, corredactor de varias leyes antinarcóticos y ex director de la extinta Comisión Nacional Contra el Uso Ilícito de las Drogas.
“Los carteles mexicanos no son más peligrosos que otras bandas, pero lo que sí es cierto es que esto se convirtió en un refugio de delincuentes organizados”, dice. A su juicio, Venezuela se ha erigido como una suerte de aliviadero para todo tipo de grupos al margen de la ley, algo así como una zona de tolerancia.
“Los carteles mexicanos están protegiéndose y agarrando vuelo en Venezuela para asegurar sus negocios”, concluye. No cree, sin embargo, que esta situación se deba circunscribir únicamente a las organizaciones criminales de un país como México o a individualidades como Walid Makled: “Aunque parezca exagerado decirlo, el Estado venezolano ha constituido un sistema corrupto, que permite y acepta grupos de delincuencia organizada”.
Makled fue señalado en 2009 por la Casa Blanca como el tercer narcotraficante más buscado por los Estados Unidos. Al año siguiente, el fiscal Preet Bharara, de la Corte del Distrito Sur de Nueva York, se refirió a él como “rey entre los capos”. ¿Su detención habrá bajado el tráfico de droga por Venezuela? “No”. Eso asegura el ex presidente de la extinta Conacuid, Bayardo Ramírez.
Cinco veces más:
El tránsito de cocaína por Venezuela se ha multiplicado cinco veces del año 2002 para acá. Los datos que el gobierno de Estados Unidos publicó esta semana, a través de su informe anual antidrogas, advierten que 250 toneladas de cocaína entraron y salieron el año pasado por las fronteras del país.
Las cifras que el Departamento de Estado ha venido proyectando indican que en ocho años el tráfico de cocaína dentro del territorio nacional dio un salto de 51 a 250 toneladas métricas. Esos no son más que los datos que refieren en otro país, pero en Venezuela no hay otros.
Las estadísticas de la Oficina Nacional Antidrogas se limitan al número de decomisos: los organismos de seguridad del Estado incautaron un poco más de 24 toneladas de cocaína a lo largo del año pasado; sin embargo, los cánones internacionales señalan que los decomisos representan cerca de 10% de la droga que circula en cualquier país del mundo.
Las alarmas de la ONU:
Otro informe publicado esta misma semana, pero desde la Organización de Naciones Unidas, añade más alarmas sobre el tránsito de droga dentro del país. “La Organización Mundial de Aduanas ha determinado que la República Bolivariana de Venezuela es uno de los principales países de origen de las remesas de cocaína incautadas en Europa occidental”, señala la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes de la ONU en su reporte anual.
Las remesas de cocaína parten, según el mapa que dibuja la ONU, en avionetas modificadas desde Brasil y Venezuela hacia África occidental, desde donde reenvían la carga a Europa. Otra ruta conecta al país con Cetroamérica. Según el mismo informe, el gobierno de Honduras inauguró en abril del año pasado una base naval, construida con apoyo de Estados Unidos, para facilitar la captura de aeronaves ligeras que transportan droga a ese punto.
Algo está pasando y ahora es la ONU la que plantea a las autoridades recibir una misión que fiscalice el problema. “Esperamos que en el transcurso de este año el Gobierno venezolano acoja a una misión de muy alto nivel, a través de su presidente (el iraní Hamid Ghodse), para aclarar una serie de situaciones sobre el tránsito”, dijo este martes desde Bogotá el relator del informe, Camilo Uribe.
Bien sea telefónicamente, a través de cartas y hasta en persona, en las últimas semanas se ha contactado a los organismos responsables de velar contra el narcotráfico, pero las respuestas siempre han sido evasivas. Ni siquiera a través de los medios del Estado han reaccionado: el Ministerio de Interior y Justicia y la Oficina Nacional Antidrogas en esta oportunidad han evitado fijar una posición sobre los últimos informes publicados por la ONU y los Estados Unidos.
Tampoco ha habido forma de que expliquen el tránsito de cocaína por Venezuela o las informaciones que dan cuenta de nuevos carteles. Mucho menos a la hora de pedir detalles no aclarados sobre Walid Makled y los delitos que se le imputan dentro y fuera del país.
Un video del director de la Oficina Nacional Antidrogas, Néstor Reverol, recibe a los usuarios de la página web del organismo, para dejar claro -aunque sea en la web- que las autoridades no están dormidas en la lucha contra el narcotráfico.
“La Revolución bolivariana en los últimos 11 años ha incautado 584,12 toneladas de diferentes drogas”, indica el funcionario en el video. “Esto es una muestra de nuestro compromiso internacional contra este delito”.
Asegura, además, que desde que suspendieron los convenios con la DEA se han duplicado las incautaciones dentro del territorio nacional: “Llevamos ya cinco años con políticas soberanas en materia de lucha contra el tráfico ilícito”.
Según el propio Reverol, quien acaba de ser nombrado viceministro de Prevención y Seguridad Ciudadana, los organismos de seguridad del Estado incautaron el año pasado 63,6 toneladas de diferentes drogas, de las cuales casi 40% corresponden a cocaína.
El funcionario también hace una distinción entre los países de tránsito y de producción: “Es importante destacar que la droga incautada durante 2010 obedeció a lo que llamamos nosotros tráfico internacional; esto indica fundamentalmente que Venezuela sigue siendo un país de tránsito de drogas ilícitas procedentes de Colombia”.
Por: Joseph Poliszuk
jpoliszuk@eluniversal.com
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