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Libia: Fuerzas de Gadafi se concentran

Los rebeldes preparan su arsenal ante una acción inminente y adiestran a miles de libios para marchar a Trípoli.

Primeros objetivos son Nalut y Zawia

 

■ Residentes indican a las agencias internacionales en la zona que esperan ataques en cualquier momento.

■ Los comités de las zonas liberadas controlan ya la mayor parte del sector petrolero.

■ La aviación de Gadafi sobrevuela y bombardea la zona insurgente.

Muamar el Gadafi se siente abandonado y ofrece ya muestras de evidente nerviosismo. El dictador libio, acorralado en su bastión de Trípoli, incapaz de revertir la situación militar, consciente de que los rebeldes afianzan paulatinamente sus posiciones en las inmediaciones de la capital, y sometido a una presión internacional enorme y creciente , empleó ayer un recurso que de nada sirvió a los tiranos de Túnez y Egipto: el de erigirse en muro contra la amenaza de Al Qaeda. Perdido ya el control de la gran mayoría de las instalaciones petroleras y sin aliados de postín, ni siquiera en el mundo árabe, el destino de Gadafi y sus huestes es sombrío después de haber provocado más de mil muertes e inmensos daños a la economía del tercer productor de petróleo de África desde el estallido de la revuelta el 17 de febrero.

Trípoli.- Las fuerzas leales al líder libio Muamar Gadafi comenzaron a concentrar este martes en el oeste del país, indicaron residentes, según un reporte hecho desde la zona por la agencia Reuters.

De acuerdo con la agencia, residentes temen que las fuerzas pro-Gadafi estén preparando un ataque para recuperar el control de Nalut, a unos 60 kilómetros de la frontera tunecina en el oeste de Libia, que está en poder de opositores que buscan poner sacar al régimen del poder.

Mientras tanto, Estados Unidos informó que está llevando sus fuerzas aéreas y navales cerca de Libia. En efecto, Washington y otros gobiernos discutieron el lunes opciones para abordar la situación en Libia, mientras el líder se burló de la amenaza que representa para su Gobierno el avance de un levantamiento popular.

Por su parte el primer ministro británico, David Cameron, indicó que su país trabajaría con aliados para imponer una zona de exclusión aérea en Libia con el objetivo de proteger a su pueblo de ataques militares del Gobierno de Gadafi.

La embajadora estadounidense ante Naciones Unidas, Susan Rice, dijo que Gadafi está “desconectado de la realidad”, está “masacrando a su propio pueblo” y no es apto para liderar.

Señaló además que Washington estaba en conversaciones con sus socios de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y otros aliados sobre opciones militares.

Un residente en Nalut, Sami, dijo a Reuters por teléfono: “Ellos han rodeado el área cerca de la frontera tunecina (…) Vinieron con ametralladoras pesadas montadas en vehículos de cuatro ruedas y trajeron decenas de hombres con armas livianas”.

“Dijeron que vinieron a cazar a los matones. Pero las personas de Nalut no lo creen. Todos están en alerta por un posible ataque de esas fuerzas para retomar la ciudad”.

El lunes, testigos en Misrata, una ciudad ubicada a 200 kilómetros al este de Trípoli, y Zawia, un área estratégica de refinación de petróleo 50 kilómetros al oeste, declararon que las fuerzas gubernamentales estaban montando o preparando ataques.

“Un avión fue derribado esta mañana cuando disparaba contra la emisora de radio local. Los manifestantes capturaron a la tripulación”, dijo a Reuters por teléfono un testigo en Misrata identificado como Mohamed.

El testigo también indicó que se lleva a cabo una batalla para controlar la base aérea militar. Una fuente del Gobierno libio negó el reporte.

Un residente de Zawia señaló a Reuters por teléfono que se esperan “ataques en cualquier momento por parte de brigadas pertenecientes (al hijo de Gadafi) Khamis. Están en las afueras de la ciudad, unos 5 a 7 kilómetros más allá. Hay muchos de ellos”.

 

Testigos a unos 25 kiómetros al sur de la capital Trípoli contaron que tanques y unidades antiaéreas fueron desplegadas en todos los grandes cruces de carreteras, indicó DPA.

Gadafi será derrocado:

En la capital, el último bastión de Gadafi, varias personas murieron y otras resultaron heridas el lunes cuando fuerzas leales al líder abrieron fuego para dispersar una protesta, reportó el diario marroquí Quryna.

Todo apunta a que, tarde o temprano, Gadafi será derrocado. Incluso en Trípoli, cientos de personas osaron protestar ayer contra el sátrapa antes de ser disueltos por la policía. “Estoy sorprendido porque tenemos una alianza con Occidente para luchar contra Al Qaeda, y ahora que combatimos contra los terroristas nos han abandonado”, declaró Gadafi a la cadena de televisión estadounidense ABC. Fue un mensaje desesperado a Barack Obama, a quien calificó como “un buen hombre”, aunque “desinformado” sobre lo que sucede en el país magrebí. Apeló, asimismo, al sentimiento antiestadounidense tan extendido en el Magreb y Oriente Próximo. “América no es el policía del mundo… Tal vez quieran ocuparnos”, añadió. Otro síntoma de que le restan pocos asideros. Y una señal más de su inquietud: Gadafi decidió enviar al jefe de los servicios secretos a Bengasi para negociar con los rebeldes. A estas alturas suena grotesco.

El occidente de Libia comenzó a caer en control de los contrarios a Gadafi, quedando Trípoli, rodeada de ciudades controladas por los manifestantes. La cercanía de los opositores hizo que las fuerzas leales lanzaran ataques para recuperarlas, causando numerosas bajas, pero sin conseguir detener el avance opositor hacia la capital.

Porque según pasan los días, los alzados contra el régimen -casi todo el país- consolidan sus conquistas sobre el terreno. En Zauiya, ciudad donde radica una importante refinería , la lucha prosigue con asaltos esporádicos de los mercenarios de Gadafi. Algunos lugareños decían que desde el aire se disparaba incluso contra las ambulancias. Pero también son rechazados en Misrata, una población 200 kilómetros al este de Trípoli en la que ayer fueron derribados dos helicópteros pilotados por fieles al dictador. Como queriendo demostrar que cumplirá su promesa de resistir hasta el final, la aviación también bombardeó un depósito de armas en Ajdabiya, localidad situada 150 kilómetros al sur de Bengasi y que es el primer baluarte de defensa de los insurgentes en el Oriente libio. Apenas tiene Gadafi otra baza que aterrorizar a la población desde el aire. Con todo, y en flagrante ejemplo del delirio al que se puede llegar, apostilló en la entrevista: “Todo el pueblo me ama. Morirían por protegerme”.

No está, no obstante, nada decidido en un país que comienza a sufrir escasez de alimentos y que ve cómo una de sus principales fuentes de riqueza se apaga poco a poco. La gran mayoría de las refinerías y pozos petrolíferos escapan ya al control del dictador. La producción de petróleo -1,6 millones de barriles diarios- ha sido reducida a la mitad y las exportaciones han caído casi a cero.

A medida que el cerco sobre el tirano se estrecha, muchos entre los 6,5 millones de libios creen capaz a Gadafi de perpetrar una carnicería. A medio camino entre Bengasi y Trípoli, en la ciudad de Sirte, sus leales, unos 3.000 individuos bien pertrechados, son todavía fuertes. Es su región natal y hábitat de su tribu, los Gadafa. Y es el principal escollo que los insurgentes deberán salvar para ver expedito el camino a Trípoli, a mil kilómetros de distancia de la cuna de la revuelta.

Lo sabe bien Idris Yunis, número dos del Estado Mayor rebelde, que precisa en el cuartel de Boadni, en las estribaciones de Bengasi , que “a Gadafi no le quedan soldados. La mayoría de sus hombres son mercenarios de Congo, Chad y asiáticos y latinoamericanos. Creo que al dictador le quedan días”.

Yunis indica que sus fuerzas controlan el aeropuerto civil y la base militar aérea cercana a la ciudad y que disponen “de armas suficientes y también de aviones”, aunque rechaza precisar cifras. Lo que enfatiza sin tapujos es que los militares alzados no adoptarán las decisiones trascendentales. “Nosotros recibimos instrucciones del consejo civil” que dirige el cambio político. Una de las medidas a las que alude, y que puede ser inminente, es la orden para que miles de libios orientales se encaminen hacia el oeste para tomar la capital y asestar la puntilla al odiado régimen. “Todavía no es el momento de marchar hacia Trípoli”. Pero el reclutamiento y el adiestramiento militar de miles de jóvenes han comenzado.


REVUELTAS CONTAGIOSAS | EL UNIVERSAL
martes 1 de marzo de 2011