Tribunal privó de libertad a Morales
por la muerte de su familia

La mañana de este viernes el jefe de la dirección de Investigación de Delitos contra las Personas y la Integridad Psicofísica de la policía científica, comisario Ramón Silva Torcat, dio los detalles técnicos de la investigación en torno a la masacre de Macaracuay, ocurrida el pasado martes en la quinta Stella. El primer aspecto que confirmaron es que no hubo entradas forzadas y que los tres juegos de llaves de la familia se encontraron intactos dentro de la residencia, lo que evidencia que el homicida estaba en la casa desde antes de los hechos y después de ellos.

Incluso, aclaró el comisario, las puertas de las habitaciones de las víctimas estaban abiertas. La única cerrada por dentro, y que debió derribar la policía de Sucre a su llegada, fue la del cuarto de servicio donde estaba Luis Morales.

El psicólogo presentó heridas en el pecho y abdomen, zonas accesibles a su mano derecha, y los cortes son de izquierda a derecha y él es diestro.

Además, en la casa no había desorden ni signos de pelea.

Otro de los aspectos de la investigación criminal que señala a Luis Morales de la muerte de sus padres e hijos, es que las gotas de sangre, que muestran el recorrido que se hizo para matar a cada una de las víctimas en sus habitaciones, corresponden a Morales. Él tenía heridas en las manos similares a las que se produce quien ataca a otro con un cuchillo.

Esas manchas de sangre, además, estaban secas para la hora en que llegó la policía, lo que indica que la hora de muerte habría sido entre la una y las dos a.m. de ese 15 de febrero.

Cuatro armas blancas fueron localizadas en el baño de servicio, junto a un recipiente con un solvente químico, pero las pruebas de sangre demostraron que Morales no había consumido ninguna droga o sustancia esa noche.

También había huellas ensangrentadas de una sandalia, y tras la revisión se determinó que era la misma que tenía Morales al ser localizado.

La noche de los hechos la hija de 14 años del psicólogo se fue a dormir con su papá pues dijo que éste daba la impresión de sentirse mal. La chica fue la primera en morir, luego vino el abuelo, Luis Morales (79), la abuela Virgilia Morales (73), y por último el hijo de 16 años.

El comisario confirmó que en la casa se encontró un medicamento hipnótico, y verifican si habría sido el que se le suministró a las víctimas para que estuvieran inconscientes a la hora de su muerte.

Morales había sido un reconocido vendedor de productos naturistas y en la empresa en la que estaba llegó a tener el grado “Diamante”, que es el más alto reconocimiento en ventas en la organización. Pero los problemas económicos comenzaron hace cuatro años, fecha en la cual también ocurrió el divorcio. En la actualidad estaba en quiebra y hacía días un allegado le había recomendado que vendieran la casa y se mudaran a un lugar más pequeño que él pudiera pagar.

Morales salió el jueves de terapia intensiva y el viernes se le hizo el examen psiquiátrico.

Aún así, uno de los funcionarios aclaró que, una de las opiniones expertas consultadas por ellos en este caso, revela que pudo tratarse de una depresión psicótica, y que, en el razonamiento de su estado mental alterado, pensó que llevándose a su familia los protegía de quedar sin él que era el sustento de la familia. Por esa razón excluiría a la hija de su compañera, pues ella no sufriría por su muerte, pues su mamá trabaja y velaría por ella.

El cuarto de la niña que sobrevivió fue el único donde no había marcas de sangre, ni salpicaduras, evidencia que ella se levantó para ir al colegio y descubrió lo que había ocurrido.

Al mediodía de este viernes el tribunal 35 de control se constituyó en el hospital de El Llanito. A Morales se le imputó homicidio con el agravante que el hecho fue cometido contra su familia, y fue privado de libertad. Una vez sea dado de alta será enviado a la Planta, mientras continúa el proceso penal.

LAURA DÁVILA TRUELO | EL UNIVERSAL
sábado 19 de febrero de 2011