Los fármacos pueden descalabrar
el presupuesto familiar
Especialistas consideran que el Estado ha dejado de lado las políticas de prevención.
La mayoría de los pacientes con hipertensión necesita ingerir diariamente por lo menos dos medicamentos para controlar la enfermedad. En algunos casos, el costo de la medicina es bajo; por ejemplo, la caja de aspirina está entre dos y cuatro bolívares. Pero no todos los enfermos requieren el mismo tratamiento ni todos los tratamientos tienen el mismo precio. Hay ocasiones en las que mantener la salud descalabra el presupuesto familiar.
“Uno de los principales problemas de sufrir de hipertensión es el costo que hay que pagar por el tratamiento”, indicó el especialista Harry Acquatella.
La hipertensión es conocida como el asesino silencioso porque llega repentinamente y en muchos casos no causa síntomas. En el ámbito mundial se considera que de cada 100 personas hipertensas sólo 50 están al tanto de su condición; de esas 50, la mitad sigue el tratamiento, y de ese número, 50% se controla. Los especialistas aseguran que esta situación se relaciona con el precio de los medicamentos.
“Los pacientes hipertensos deberían recibir consideraciones especiales porque esa enfermedad representa la principal causa de muerte en Venezuela y lo ha sido durante años”, dijo Juan Carlos Puigbó, cardiólogo y, como Acquatella, miembro de la Academia Nacional de la Medicina.
Según el anuario de mortalidad de 2008, que fue publicado en 2010, hace 3 años hubo 27.542 fallecidos por dolencias del corazón. De acuerdo con los cálculos, una de cada 5 muertes se debe a esa razón y representa 20,61% del total.
No obstante, al no ser una enfermedad catastrófica, queda excluida de la lista de medicamentos que se distribuyen gratuitamente a través de la Farmacia de Alto Costo, adscrita al Instituto Venezolano de los Seguros Sociales.
Los fármacos se entregan, sin embargo, con la condición de que los pacientes sean examinados por un médico del instituto que expida el récipe. El problema es que hay un grupo de la población que no está cubierto por el IVSS, por lo que se dificulta el acceso a los medicamentos.
Pérdida por partida doble:
En 2009, la Sociedad Venezolana de Cardiología encargó la realización de una encuesta para detectar los factores de riesgo en el país en personas con edades entre 18 y 60 años. Se consultaron 3.200 familias en todo el territorio nacional. Sobre hipertensión resultó que 76% de los encuestados expresó que sólo se había tomado la presión alguna vez, y 84% dijo que no sufría de esa enfermedad.
De acuerdo con la presidenta de la Sociedad de Cardiología, Nedina Méndez, esa tendencia se corresponde con la propensión mundial, especialmente en lo que se refiere al desconocimiento.
La encuesta también registró resultados según los cuales de 26% que estaba consciente de que padecía hipertensión, los que tomaban algún tipo de medicamento eran mayores de 60 años de edad y en su mayoría, mujeres. El grueso de los pacientes que no toman medicamentos son personas entre 24 y 47 años de edad del sexo masculino. Las razones que aducen para no seguir un tratamiento son la percepción de mejoría y la imposibilidad económica de costear las medicinas.
“No hay ninguna política de parte del Estado para la prevención de la hipertensión. No hay educación, campañas ni promoción”, indicó el presidente de la Fundación Internacional del Corazón, Eduardo Morales.
Explicó que para evitar el desarrollo de la enfermedad es necesario crear conciencia desde la edad más temprana. “Si un paciente hipertenso sufre un accidente cerebrovascular o está hospitalizado por mucho tiempo, pierde la fuente de trabajo y el ingreso. Si queda incapacitado, entonces el Estado tendrá que encargarse de él.
Todo esto pudiera evitarse con la prevención”, aseveró.
* Seis meses hospitalizado:
Juan Velásquez tiene seis meses ingresado en el Hospital Universitario de Caracas. Asegura que su experiencia ha sido fuerte. “Esto no es fácil, todo el día puya y puya y puya”, señaló. Padece hipertensión desde los 25 años de edad, pero en agosto del año pasado sufrió tres infartos que lo confinaron a una cama. La recuperación ha sido cuesta arriba para este hombre de 66 años.
Carpintero de oficio, trabajó buena parte de su vida y levantó a seis hijos. Los medicamentos para controlar la enfermedad se los suministraba el Estado. Al lado de su cama está su prima Teresa Velásquez. Ella también es hipertensa y dice que muchas veces tiene que agenciarse el tratamiento y que puede ser complicado.
Su primo es de sonrisa fácil.
Tanto que no deja de sonreír al explicar que luego de los ataques y antes de ser operado se tomaba 12 pastillas diarias. “Estoy contento por tener mucho corazón”, afirma, y agrega que quiere vivir 100 años. Desde que está hospitalizado Velásquez no ha podido trabajar. Pero tiene fe en que podrá rehacer su vida. “Me voy a cuidar más que nunca”, aseguró.
Por: LAURA WEFFER CIFUENTES
lweffer@el-nacional.com
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