Cargaron sin control y de a
poco, se cargó en Morón
Dos argentinos quedaron detendidos en el Aeropuerto Internacional de Barajas, en España, cuando se detectó que transportaban al menos 800 kilos de cocaína en un vuelo privado. Gustavo Juliá, su hermano Eduardo y Matías Miret quedaron en España.
El Challenger 604 que el 2 de enero tocó el suelo del aeropuerto El Prat, en Barcelona, con 944 kilogramos de cocaína.
El empleado de la empresa de aviación que el 1° de enero asistió al Challenger 604 de la firma Medical Jet presentó los formularios y una declaración general para despachar el avión. Este empleado es un ex agente de la desaparecida Policía Aeronáutica, una fuerza de seguridad que dependía de la Fuerza Aérea y que fue desmantelada en 2005, a raíz del escándalo de las valijas enviadas con 60 kilogramos de cocaína a España.
Según el testimonio que dieron a la Justicia las personas que trabajaron con los hermanos Juliá, el avión fue cargado en el aeródromo de Morón y fue hecho de manera minuciosa. Los autos de los Juliá entraron y salieron durante los dos meses y sin ningún control para cargar la cocaína. Los investigadores tienen a la base aérea en la mira y sigue el cruce de acusaciones sobre quién debía controlarla.
El juez Caputo prevé tomar declaración a unos 200 empleados de la base aérea, donde estuvo parada la aeronave desde el 5 de noviembre hasta el 30 de diciembre de 2010.
La causa de los hermanos Juliá y el “narcoavión” sigue dando tela para cortar. A declarar diez suboficiales de la Fuerza Aérea y seis civiles. Todos en calidad de testigos por el caso del avión que fue secuestrado en Barcelona con casi una tonelada de cocaína, que venía de Argentina a principios de año.
Los testigos tienen que presentarse en los tribunales de Retiro, ante el juez Rafael Caputo. El viernes pasado, el magistrado prorrogó el secreto sumario por diez días hábiles. En enero, siete oficiales prestaron declaración y dijeron no estar al tanto del “narcoavión” de los hermanos Gustavo y Eduardo Juliá y Matías Miret.
Según el testimonio que dieron a la Justicia las personas que trabajaron con los hermanos Juliá, el avión fue cargado en el aeródromo de Morón y fue hecho de manera minuciosa. Los autos de los Juliá entraron y salieron durante los dos meses y sin ningún control para cargar la cocaína. Los investigadores tienen a la base aérea en la mira y sigue el cruce de acusaciones sobre quién debía controlarla.
Responsabilidad política
Con respecto a la investigación sobre la responsabilidad política en el escándalo del narcojet, la Justicia comenzó a analizar la denuncia presentada el martes pasado por el diputado nacional de la Coalición Cívica, Juan Carlos Morán.
En su presentación, el legislador acusó a tres ministros por presunto incumplimiento de los deberes de funcionario público.
“Creemos que existen suficientes elementos para creer que los funcionarios denunciados cumplieron de manera negligente los deberes y obligaciones a su cargo y, como consecuencia de ello, determinaron que se pudiera crear una situación que favoreció el caso de narcotráfico y la libre circulación del avión sin control alguno, facilitando de esta manera la concreción de la operación”, sostuvo el diputado Morán al presentar su denuncia.
Esta presentación esta relacionada con la falta de acción de parte de un funcionario de un organismo de seguridad argentino ante el aviso recibido de parte de las autoridades españolas sobre los viajes de Gustavo Juliá a ese país.
Las visitas a la nave con lujosos autos:
Aún cuando en la terminal aérea aseguran no haber visto nada raro, la hipótesis más sólida de la Justicia es que Morón fue el escenario que los Juliá eligieron para trabajar sobre el avión y planificar el frustrado viaje a España.
El 17 de diciembre, Eduardo y Gustavo Juliá llegaron a Morón por separado. Eduardo, en un BMW 330I Exclusive, patente FLH-444 y Gustavo llegó en su lujosa camioneta Audi Q6. Colocó la camioneta a un costado del hangar de la escuela de vuelo Flight Center.
Ingresaron al aeródromo por el puesto “Charly”, custodiado por la empresa de seguridad USS. Los controles en ese lugar eran débiles. Según fuentes de la escuela de vuelo que hablaron con Clarín, tanto el BMW como la 4X4 entraron y salieron de Morón sin control durante los casi dos meses que estuvo el avión allí.