Chavistas pernoctan en la entrada
de un galpón del Seniat
La orden del Presidente de ocupar galpones desencadenó tomas. Héctor Arzuello, habitante del piso 3, fue el primero en despertar. Al asomarse a la ventana, observó a una mujer, en la calzada que alzaba las manos y le sonreía. “Creían que era otro invasor y le gritaban: `Ya está listo”, relató Niurka Meléndez, esposa del hombre.
Los residentes de la avenida Victoria, en la parroquia San Pedro, advirtieron que la invasión se había hecho realidad cinco horas antes.
Cuando Meléndez escuchó la alocución del presidente Hugo Chávez, el jueves, donde ordenaba tomar galpones, soltó: “¡Ay, Dios mío! Ya invadieron el Cuatricentenario”.
Nueve familias, entre los que había cuatro niños, ingresaron al edificio con grandes bolsas y colchones. Venían de los Valles del Tuy, Charallave y Caricuao.
Estaban dirigidos por un hombre canoso vestido de rojo.
Ellos dijeron que les informaron sobre los apartamentos desocupados. “A mí también me invadieron hace tiempo en Caricuao y vengo a invadirlos”, dijo una de las mujeres, que se identificó como Nancy Polanco, a los vecinos del Cuatricentenario.
Meléndez, que se encerró en su habitación, llamó al 191, pero le recomendaron comunicarse con el número 171.
“Estuve 30 o 40 minutos escuchando la musiquita de espera; nos peloteaban mientras los invasores tumbaban el edificio. La conserje, desesperada, se acercó al modulo de la Guardia Nacional en el elevado que está cerca. Allí le dijeron que no podían hacer nada.
Y empecé a twitear como loca lo que sucedía. Esa fue la única manera de llamar la atención”, contó.
Solamente la Policía Nacional y la Guardia Nacional pudieron desalojar a los invasores. “Un policía nos dijo que estuviéramos atentos, pues las posibilidades de que volvieran eran muy altas”, dijo Meléndez.
“Y vienen más”:
El grupo oficialista En Evolución tiene claro que la estadía en la entrada del depósito del Seniat, en Valle Abajo, parroquia San Pedro, puede ser larga. Luego de escuchar al Presidente, ocho representantes del movimiento instalaron en el sitio un toldo rojo con dos mesitas y varias sillas.
“De aquí no nos mueven. No romperemos ningún candado.
No somos damnificados, pero vivimos hacinados y queremos viviendas”, dijo Víctor Cabrera, líder de la toma.
Alrededor de 30 residentes de Valle Abajo, alertados por el anuncio del jefe del Estado, sospecharon de la irrupción e intentaron impedirla. “Ya nosotros sabíamos que deseaban invadir el galpón del Seniat.
Cuando llegaron nos dijeron: `Por lo menos somos de la zona. ¿O prefieren que los invadan desconocidos?”, relató la vecina Marlene Alemán.
Las personas que tomaron la entrada del Seniat son residentes del barrio Pedro Droz Blanco, en San Pedro. Sus casas están a tres cuadras de Valle Abajo. “Son de bloques, no tienen techos de zinc y están levantaditas. No están en situación de riesgo, por eso se hace difícil entender el motivo de la pernota de esta gente”, dijo Alemán.
Félix Coronil, que pernocta en la entrada del depósito, no desmiente la información. Y agrega: “Yo sí, vivo en una casa de bloques. Pero tiene tres habitaciones y somos ocho personas. Estamos hacinados”.
Los miembros del grupo En Evolución integrado por 25 familias de Pedro Droz Blanco aseguraron que desde el año pasado dirigieron documentos para exponer un proyecto de viviendas. “Todo es burocracia. Hemos ido a catastro, la Alcaldía Libertador y nadie nos da respuestas”, argumentó Jhonny Freites, miembro del movimiento.
Una comisión del Seniat se acercó ayer en la mañana al sitio con tres guardias nacionales. Depositaron sillas y dialogaron con los ocupantes. Sin embargo, el grupo continuó en el lugar.
Olas de invasiones:
En la actualidad, como en las emergencias de otros años, Caracas tiene el aspecto de una ciudad tomada.
Las primeras invasiones masivas y organizadas en edificios, terrenos y áreas verdes se registraron hace 8 años, promovidas por dirigentes vinculados al chavismo, como la llamada “comandante” Jazmín Manuitt.
En 2005, con la crisis causada por la vaguada que dejó a 14.000 caraqueños sin casa, ocurrió una segunda oleada de invasiones, que también fue acompañada de expropiaciones. El entonces ministro de Vivienda, Julio Montes, expuso la idea de adquirir terrenos urbanos para construir viviendas, y el ex alcalde Juan Barreto la ejecutó de forma masiva. De acuerdo con la Asociación de Propietarios de Inmuebles Urbanos, en Caracas 153 edificios y 800 terrenos y galpones permanecen invadidos.
Por: MAOLIS CASTRO
macastro@el-nacional.com
EXPROPIACIONES| VIVIENDAS
EL NACIONAL
Comments are closed.