La autoestima y la calidad de la
relación de pareja son determinantes
Los problemas pueden ocurrir cuando la persona sufre de síndrome de ansiedad social, que la hace aislarse.
Alfredo deja caer sus 120 kilos en el asiento, y la camioneta se bambolea por un instante hasta recuperar la estabilidad cuando Aída, la hermosa mujer que podría servir de modelo a Fernando Botero, abre la otra puerta e ingresa, no sin dificultad, al vehículo de su esposo.
Profesionales, de 37 años de edad, ambos comparten, además de dos hijos y un pequeño comercio familiar, el matrimonio que han sabido llevar sin traiciones ni arrepentimientos.
No es, a decir verdad, un melodrama. Cuando Cupido los flechó hace 16 años vestían ropa talla 32. Hoy con 30 kilos de más, Alfredo y Aída disfrutan sin complejo su intimidad, sin evitar seguramente el estremecimiento de la cama en sus feroces encuentros sexuales.
Por unos kilos de más. “El sobrepeso no es, ni mucho menos, obstáculo para que una persona pueda sentir y gozar plenamente su sexualidad”, subraya Ilvan Pérez, médico nutricionista, al aclarar que son otros los asuntos que deben afrontar quienes aparecen señalados como pacientes obesos. Pero, ¿es la gordura, como se dice comúnmente, un impedimento para tener derecho al buen sexo? “No”, responde tajante Rubén Hernández, y lo explica: el goce viene dado por un componente psicológico fundamental y por el ambiente que rodea a la pareja. “Hace dos años se trató ese tema en un simposio y se ratificó que el placer sexual obedece a fenómenos multifactoriales, entre los que lo más importante es el contacto con la experiencia erótica. No es lo mismo hacer el amor en Los Roques que en un hotel en el centro de Caracas”.
Hernández recuerda que la sociedad occidental propicia una suerte de “tiranía” por la figura. Para no ir tan lejos, habla del éxito de la telenovela La mujer perfecta, que en su opinión no solamente está enfocada en los complejos señalados, sino en la motivación de cuidar la salud y lograr un equilibrio con lo que se siente y piensa.
“La psicología de la persona con sobrepeso merece un libro dedicado al tema y estudios científicos que logren una persona armónica y feliz”, indica el sexólogo. Refiere que en la mayor parte del choque entre obesidad y sexo ocurre un síndrome de ansiedad social que aísla a la persona: no sale nunca, no se divierte ni busca amistades y rechaza toda actividad social.
El pecado de la carne. Nadie duda de que los gordos poseen también su atractivo sexual.
Aun cuando algunos aseguran que el exceso de peso supone un problema de autoestima, para los asiduos del Club SG (Sólo Gordos), que hasta junio operó en la conocida “calle de los hoteles”, vía Bello Monte, la anastimafilia (excitación por obesos) genera un alto voltaje sexual. Es como si se acostaran con un Brad Pitt o una Megan Fox.
Una comedia reciente, City Island, de Raymond De Felitta, que protagonizan Andy García y Julianna Margulies, narra las peripecias de un chico al que le atraen sexualmente las obesas.
Luis Camacaro, quien estuvo al frente de ese “burdel a lo Botero” lamenta haber cerrado las puertas del club privado que registraba un promedio de 90 visitas diarias. “Una orden ilegal y pacata de un funcionario de este Gobierno le expropió el placer a los amantes de las rellenitas”, se queja entre sorna y rabia.
El empresario relata anécdotas impublicables que niegan la teoría de los sentimientos negativos que sienten hacia sí mismas las personas gordas, y de cómo una mujer de 110 kilos puede volver loco a un hombre que ha estado casado con una modelo, por ejemplo.
Pero, más allá de la condición de problema endémico que representa la obesidad, Rubén Hernández observa algunas “ventajas” del gordito o gordita: es más simpático, elocuente, explosivo, tiene más sentido del humor, ríe con más facilidad y tienden a la bipolaridad.
Las dificultades en el área sexual tienen que ver con la mecánica del acto, para lo cual la terapia tiene sus técnicas específicas. “Pero, dejémoslo claro: los obesos también disfrutan del sexo, y depende mucho su nivel de felicidad de su autoestima, personalidad y de la calidad de relación con su pareja”, afirma.
Por: ELIZABETH ARAUJO
Salud | Sexo
EL NACIONAL
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