HomeVenezuelaExpropiaciones: Ni una vivienda se ha entregado en terrenos tomados en Caracas

Expropiaciones: Ni una vivienda se ha entregado en terrenos tomados en Caracas

El afán por expropiar no es comparable al que el gobierno tiene en construir.

Ni un apartamento se ha
entregado en zonas tomadas

 

Las primeras expropiaciones de espacios baldíos en la capital se produjeron a partir de 2007, y se prometieron resultados en menos de un año. Han pasado cuatro y los pocos avances que se ven en las avenidas Panteón y Lecuna y en Gramovén y Santa Rosa consisten en columnas erigidas en obras semiparalizadas o detenidas. La misma suerte, denuncian expertos, han sufrido losplanes de rehabilitación de barrios, y obras ya construidas en
las que se ofrecieron proyectos que jamás se concretaron.

El domingo 28 de noviembre Chávez se presentó en la avenida Lecuna y se mostró indignado al ver terrenos desocupados: “Eso hay que tomarlo, hay que llamar al dueño y si no aparece hay que meterle la milicia”.

Frente a él, ahí mismo en la llamada “avenida socialista”, estaban diez edificios en construcción cuyo inicio anunció él mismo el 18 de marzo de 2007 y prometió entregar a finales de 2008. Ni uno solo de los 350 apartamentos, edificados en terrenos expropiados por el Metro de Caracas, ha sido entregado.

Solo que esos apartamentos de la Lecuna no son la excepción sino la regla: en Caracas no ha sido entregado ni un solo apartamento en todos los terrenos que han sido tomados.

Un mes después de estar en la Lecuna, Chávez habló de Turmerito (Coche), en donde prometió entregar 388 apartamentos en solo cinco meses. No dijo que ese gigantesco terreno, que en un tiempo lejano fue estacionamiento de Polar, fue expropiado durante la gestión de Juan Barreto como alcalde metropolitano y fue objeto de un frustrado plan de construccio´n en 2006. Tampoco recordó que en ese mismo terreno lanzó la llamada Misión Tricolor en agosto de 2009 y prometió entregar los primeros apartamentos en ocho meses, es decir, en abril de 2010. No explicó por qué hasta el sol de hoy, enero de 2011, no han entregado ni uno solo.

En Gramovén también existe un proyecto que se levanta sobre un terreno (1,4 hectáreas) que hasta marzo de 2009 perteneció a Coca Cola. Las obras para hacer 176 viviendas arrancaron en septiembre de 2009 y también la promesa fue entregar las primeras en ocho meses. Hoy, dieciséis meses después, solo están hechas las bases y la comunidad está esperando que se firme el segundo contrato con una empresa que se encargaría de la parte estructural.

Pero tal vez el caso más patente de retraso se encuentra en Santa Rosa, avenida Libertador, donde 17 comerciantes fueron desalojados (y nunca indemnizados) de esa hectárea de terreno para, supuestamente, construir 288 apartamentos. También aquí el lapso prometido fue de ocho meses. Al sol de hoy no se han hecho ni las bases, como tampoco se ha hecho nada en los galpones de La Yaguara, tomados el pasado mayo.

Improvisación urbana:

Para Leopoldo Provenzali, quien fue el primer Secretario de Planificación Urbana del Distrito Metropolitano entre 2001 y 2004, el hecho de que en vez de apurar estos proyectos el gobierno emprenda ahora nuevas expropiaciones (19 estacionamientos en el centro, terrenos en Macarao y Bellas Artes), es una prueba evidente de que lo que cunde hoy en el gobierno es la improvisación, los palazos de ciego: “El déficit de vivienda es sobre todo estructural, se trata más de rehabilitar las que existen, de dotar a los barrios de servicios, que de construir nuevas. Pero aquí no hay ningún plan de urbanización, yo ni siquiera creo que hoy exista un mapa de riesgo, algo fundamental para cualquier planificación urbana”.

El arquitecto Santos Michelena cree por su parte que el gobierno comete un error al pelearse con las empresas privadas de construcción: “El gobierno no paga a tiempo y viola el derecho a la propiedad, lo que genera miedo. Y no se da cuenta de que sin la empresa privada nunca será eficiente en la construcción: en Venezuela 60 de cada cien casas con autoconstruidas, 30 las hizo la empresa privada y solo 10 el Estado. Y esas diez las hizo contratando empresas privadas”.

Tres ejemplos:

LA YAGUARA. En mayo de 2010, la alcaldía Libertador tomó los terrenos (algunos, adujo, pertenecían al municipio) de nueve galpones en La Yaguara. En algún momento se dijo que allí se construirían complejos habitacionales, pero lo cierto es que la mayoría están desiertos. Otros siguen funcionando (aunque quitaron los carteles que los identificaban) pues la expropiación no se ejecutó.

SANTA ROSA. El caso más evidente de retrasos en materia de vivienda se encuentran en esa hectárea de terreno que está a un lado de la avenida Libertador, donde hace más de año y medio la alcaldía Libertador expropió a 17 comerciantes (a los que no se les pagó) para hacer 288 apartamentos. Los primeros 150 se entregarían en ocho meses, pero allí no se ha hecho nada.

AVENIDA LECUNA. En marzo de 2007 se calificó esta arteria vial como “avenida socialista”, y se anunció la construción de diez edificios (350 apartamentos) en ocho terrenos que fueron expropiados cuando se construyó la línea 4 del Metro. Tenían una fecha de entrega tope (finales de 2008) y hasta un presupuesto asignado (170 millardos de entonces) pero ningún edificio se ha concluido.

Edificios corren la misma suerte:

Las edificaciones expropiadas han corrido una suerte similar a la de los terrenos.

El pasado febrero la ciudad se sorprendió ante el anuncio de expropiación de varios edificios en el centro histórico de la ciudad, incluyendo La Francia. Allí, se dijo, se construiría una escuela de orfebrería, igual que se juró que una de hotelería comenzaría a funcionar en el expropiado hotel Plaza Catedral. Casi un año después, ambos están vacíos.

El Sambil Candelaria se expropió y para él se han barajado mil destinos, pero ahí no se ha hecho nada más que alojar a algunos damnificados de las recientes lluvias. El hotel León de Oro se expropió en 2005 y todavía hoy está rodeado de andamios y de un cartel que dice “Centro de Desarrollo Endógeno Artesanal”. También fue Barreto quien expropió el teatro Junín para hacer un albergue de niños de la calle. Lo único que hay hoy en ese edificio quemado es una iglesia evangélica.


JAVIER BRASSESCO | EL UNIVERSAL
lunes 17 de enero de 2011

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