Patinazo en la investidura de Dilma
■ Usó la palabra ”wife”, en vez de ”husband”, para referirse al ex presidente
■ ”Me equivoqué porque hablo muy mal inglés”, reconoce el líder venezolano
Hugo Chávez se marchó apresuradamente el sábado de la ceremonia de investidura de Dilma Rousseff en Brasilia, pero antes de dejarla plantada tuvo tiempo de protagonizar una de las anécdotas de la jornada. El patinazo ocurrió nada menos que ante la secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, a la que el presidente venezolano quiso preguntar por su marido, el ex mandatario Bill Clinton, sin prever que su precario dominio del inglés acabaría jugándole una mala pasada. “¿Qué tal tu esposa?”, soltó Chávez para sorpresa de su interlocutora, que optó por responder con una diplomática risotada.
Fue el propio gobernante sudamericano quien sacó a la luz su metedura de pata este martes por la noche, durante una intervención en televisión. “Le dije a la señora Clinton: ‘¿Cómo está su marido?’. Pero me equivoqué, porque hablo muy mal inglés y le dije: ‘How are you wife?’. Ella se rió y entonces le dije: ‘Ah, husband, husband’, lo que desató la carcajada general del Gabinete”, contó.
Crisis de embajadores:
Chávez recurrió al ex presidente Clinton como uno de los nombres que le gustaría recibir como nuevo embajador ante su país. Una lista en la que incluyó, también en tono de broma, al director de cine Oliver Stone -con quien trabajó para el documental ‘Al Sur de la Frontera’-, al actor Sean Penn o al escritor Noam Chomsky. Pretendía reconducir así la polémica por el rechazo de Larry Palmer como representante diplomático de Washington en Caracas y la posterior retirada del visado al embajador de Venezuela en EEUU, Bernardo Álvarez.
Al conversar el sábado con la secretaria de Estado de Barack Obama, el líder venezolano aseguró que “rectificar es de sabios” y reiteró que “romper relaciones” no figura entre sus planes. Fuentes del Gobierno de Chávez calificaron el encuentro entre ambos como “ameno”.
Plantón a Dilma:
El dirigente sudamericano se marchó de la investidura de Dilma antes de lo previsto, el sábado por la noche, sin esperar a la reunión bilateral que figuraba en la agenda de la nueva jefa de Estado brasileña.
Chávez debía inaugurar los contactos internacionales de la primera jornada completa de la sucesora de Luiz Inácio Lula da Silva en el Palacio de Planalto, pero finalmente la tarea recayó en el Príncipe Felipe de Borbón, máximo representante de la delegación enviada por España.
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