Un santón en medio
de la balacera
■ Nació en Altagracia de Orituco, estado Guárico, el 30 de mayo de 1935.
Caracas.- El hombre que fue designado presidente de la Asamblea Nacional y que lee discursos regorgalludos, repletos de palabras domingueras, muchas de ellas obsoletas, salpicadas de elogios al Presidente comandante en jefe, es un auténtico bolchevique, el único que existe en el país (piensa, habla, vive y predica el colectivismo y la dictadura del proletariado y todo eso lo practica), sin haber militado en el Partido Comunista.
Tiene su hogar en el 23 de Enero, bloque 23: “En primer lugar, porque mis recursos nunca me han permitido mayores gastos, y, además, porque mis hijos se han criado en esa zona”, como dijo hace unos años, y que no se ha salvado de la delincuencia: una noche se encontró en medio de un fuego cruzado y se tiró al suelo mientras su hija pedía desde la ventana que lo dejaran porque era un comandante guerrillero.
En otra época y bajo otras circunstancias, hubiera podido ser un santón.
Luchó contra Marcos Pérez Jiménez en las filas de Acción Democrática desde comienzos de los cincuenta, cuando fue expulsado de la educación pública y perseguido y encarcelado por haber apoyado a un sacerdote cuestionador, el padre Rafael Chacín, de Altagracia de Orituco (Guárico), donde nació hace 77 años. Tuvo que trasladarse a Caracas, donde estudió en un liceo privado y luego ingresó a la Escuela de Economía de la Universidad Central de Venezuela ya convertido en cuadro de Acción Democrática, sin que tardara mucho en caer de nuevo preso.
Luego, estuvo entre los fundadores del Movimiento de Izquierda Revolucionaria, donde fue miembro del comité regional en Caracas y estuvo entre los integrantes de un “distrito político-militar”, encargado de preparar grandes golpes publicitarios como la captura del buque Anzoátegui y el secuestro del futbolista español Alfredo Di Stéfano.
A principios de los sesenta pasó de la lucha urbana a la Escuela de Guerra Rural que tenía el MIR en la zona conocida como El Bachiller (estado Miranda), luego asiento del frente guerrillero Ezequiel Zamora, del cual fue uno de sus comandantes, y también del frente Antonio José de Sucre en el oriente del país. Después fundó la Organización de Revolucionarios; fue señalado como “el hombre que olía a monte” (ni los perros lo podían seguir), que supuestamente mantuvo en su poder al directivo de Owens Illinois William Franz Niehous, mientras el Gobierno y los servicios policiales estadounidenses agotaban las posibilidades de hallarlo vivo.
Tiene amistades en las máximas esferas de la cúpula militar cubana, forjadas desde la época en que participó en cursos previos al desembarco de Machurucuto, y una extensa hoja de servicios en el extranjero, primero en Vietnam (donde fue bloqueado por el PC venezolano) y luego en Líbano, donde combatió durante un año.
Sus declaraciones con motivo de la instalación de la Asamblea Nacional, ofreciendo carajazos a la oposición escuálida y jalando parejo al Presidente, desconciertan porque hasta ese día, en lo personal y al frente de la Liga Socialista, había mantenido perfil bajo y una relativa independencia, hasta el punto de haber exigido al Ejército venezolano que pidiera perdón por los crímenes cometidos durante la lucha contra la subversión, tal como lo han hecho otros ejércitos del continente (su hermano, el economista Víctor Soto Rojas, fue llevado al comando antiguerrillero de Cúpira y luego de torturado, ya medio muerto, lanzado desde un helicóptero).
El miércoles los venezolanos vieron cómo un ex guerrillero puede truncar su larga trayectoria al final del camino.
* PRESIDENTE DE LA ASAMBLEA NACIONAL
Por: PEDRO LLORENS
Historia | Política
EL NACIONAL
January 9, 2011
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