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Lenín Valero: La fortaleza de un pueblo

Presidente de la Asamblea Nacional: tres veces traidor a la patria así lo define la constitución, ver artículo Nro 129

Su fuerza y su vigor no se encuentran cuando
cierra el puño, sino cuando abre la mente

 

La fortaleza del venezolano está en su entereza y firmeza para soportar los momentos adversos y aflorar sus virtudes. En medio de las grandes dificultades, hoy sentimos esa fortaleza entre nosotros por el despertar de la fe, por la esperanza en el devenir y por el amor que nos viene de Dios.

Es posible que haya personas que estén desesperanzadas, producto de que las lágrimas le han cerrado sus ojos, un golpe endureció sus corazones, no encuentran calma en la tempestad, les atormenta ver al enemigo, los acorrala la impotencia o han perdido confianza en la fortaleza de su pueblo. Con ellos tenemos que ser solidarios, no dejarlos solos e incorporarlos a la lucha por la grandeza de la Patria. Hay que decirles la verdad:

“Traten a los demás como quieren que los traten a ustedes. Si aman a los que los aman, ¿qué merito tienen? También los pecadores aman a sus amigos. Si hacen el bien a los que le hacen el bien, ¿qué mérito tienen? También los pecadores lo hacen. Si prestan algo a los que les pueden retribuir, ¿qué mérito tienen? También los pecadores prestan para recobrar otro tanto” (Luc. 6. 31,36).

Estas palabras, tomadas del libro de Lucas, las dirige Jesús a sus discípulos en un sermón en el llano de Jerusalén y les subraya que “por el contrario, amen a sus enemigos, hagan el bien y presten sin esperar nada a cambio. Así será grande su recompensa y serán hijos del Altísimo, que es generoso con ingratos y malvados. Sean compasivos, como es compasivo el Padre de ustedes. No juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán condenados. Perdonen y serán perdonados. Den y se les dará: recibirán una medida generosa, apretada, sacudida y rebosante. Porque, con la medida que ustedes midan serán medidos”.

Este mandato de Jesús todavía no instaurado en el mundo por ninguna sociedad, tiene por principio el amor y Dios nos dio a todos ese don. ”El amor es paciente, es servicial, el amor no es envidioso ni busca aparentar, no es orgulloso ni actúa con bajeza, no busca su interés, no se irrita, sino que deja atrás las ofensas y las perdona, nunca se alegra de la injusticia, y siempre se alegra de la verdad. Todo lo aguanta, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta”, (1Corintios 13).

La lucha por el Estado y la sociedad moderna es de todos, es la lucha por un bien común, por el amor a nuestro país. La discusión de las ideas es necesaria, porque de allí sale la fortaleza de un pueblo. Hace diez años discutimos y aprobamos una nueva Constitución. Durante todo este tiempo, el pueblo venezolano ha demostrado entereza y firmeza para que no sea derogada, pero los intentos de violación y su consumación, ha creado desesperanza, entonces debemos asumir con fortaleza la tarea de la unión por la defensa de la Patria. Tenemos fe, hay esperanza y el amor de Dios está con nosotros. Venezuela no va a morir. Una luz se asoma en la Asamblea Nacional.

Texto: LenÍn Valero
Periodistaleninvalero1.@hotmail
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