El Gobierno construirá
edificios para damnificados

Milicianos vigilan 19 terrenos de Santa Rosalía que fueron ocupados por orden de la Alcaldía de Libertador. En la zona, la toma significa que se perderán 1.450 puestos de estacionamiento, en los que guardan sus carros vecinos, maestros de algunos colegios y conductores de transporte público, entre otros. La UBT marcó en los portones una señal para indicar que los sindicatos oficialistas controlarán las obras de los edificios que el Gobierno ha ofrecido construir allí.

Entre las milicias armadas que custodian los estacionamientos y los sindicatos de construcción que merodean en moto y marcan con spray los terrenos, la parroquia Santa Rosalía ­que dos siglos atrás fue la estancia de descanso de la familia del Libertador­ adquirió la atmósfera de una ciudad tomada.

Los 19 terrenos que el Gobierno tiene la intención de expropiar para construir viviendas amanecieron marcados con las siglas UBT (Unión Bolivariana de Trabajadores), que representa a los sindicatos de la construcción que pujarán por trabajar en las obras que se harán allí.

En la zona, donde la mayoría de los edificios son viejos y no tienen parqueadero, están por perderse 1.450 puestos de estacionamiento. La medida afecta a los propietarios, a las familias que viven en la mayoría de los terrenos (cuidadores y mecánicos) y el día a día de los vecinos.

En el colegio El Pilar están evaluando cómo comenzar las clases el lunes, si los profesores no tienen dónde estacionar sus vehículos. Los docentes del colegio Santa Rosalía también se sirven del mismo garaje y les espera una complicación la próxima semana.

Ángel Pozo estaciona en el garaje Inversiones WJ Díaz desde hace 4 años, luego de que le robaran el carro que dejaba parado en la calle, frente a su casa. Vecinos de la zona rentaban cerca de 70 puestos fijos a un precio de 200 bolívares mensuales. Onorio Álvarez guardaba su moto allí y un carro en el estacionamiento situado al lado, donde también llegó la citación de Dirección de Control Urbano de la Alcaldía de Libertador en la que se informó de la ocupación del inmueble.

Calógero Alotto, propietario de uno de los terrenos ocupados por milicianos, informó que ayer acudieron a la Defensoría del Pueblo a solicitar que al menos les permitan abrir sus negocios mientras se concreta el proceso de expropiación y el pago de los bienes. Los comerciantes no han recibido ninguna notificación oficial de afectación de los terrenos por causa de utilidad pública.

“También fuimos a la Oficina de Planes Especiales de Miraflores, que está a cargo del proyecto de construcción en la zona y nos encontramos con que ellos también se están mudando para alojar damnificados”, señaló Alotto.

Reubicar autobuses:

En La Urbina, por lo menos 380 vehículos de transporte público deben ser reubicados porque el Gobierno expropio 5 terrenos en la zona para construir viviendas. Allí las líneas con rutas a Guatire y otras que circulan por la ciudad siguen guardando sus carros.

Sólo un extenso terreno, propiedad del Banco Caroní, fue ocupado por las milicias, que instalaron una carpa e izaron una bandera y en la entrada del terreno colocaron un letrero que dice “Zona Militar”.

En los otros lotes, los garajes siguen funcionando. Esperan la ocupación para la próxima semana.

Fieles protestan:

pPor toma de terreno de un Centro Cristiano. El estacionamiento fue ocupado por la milicia el pasado 15 de diciembre

Con oraciones y cantos los pastores y fieles del Centro Cristiano Imperial protestaron frente al estacionamiento ubicado entre las esquina de Velásquez y Santa Rosalía, en Santa Teresa. Y es que el terreno que compraron hace un año para construir una iglesia fue tomado por la milicia el 15 de diciembre.

“Nuestra protesta la hacemos con la Biblia y la palabra de Dios es nuestra única arma”, dijo el pastor Ramón Joel Díaz, quien a pesar de la lluvia y de la fecha agradeció la presencia de al menos cien fieles que se congregaron para apoyarlos.

Los miembros de la iglesia alegan que ahorraron durante tres años para comprar este terreno, pues el alquiler de la actual sede, el antiguo Cine Imperial, es muy costoso. Además del templo, piensan construir viviendas.

Díaz dijo que hasta la fecha ninguna autoridad ha respondido ante la toma del terreno en el que permanecen dos familias del centro cristiano que quedaron damnificadas. “La milicia les ha puesto trabas para salir de ahí y a nosotros no nos dejan entrar a pesar de que somos los dueños”, reclamó.

Por: FLORANTONIA SINGER
fsinger@el-nacional.com
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