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JOSÉ TORO HARDY: La inaudita destrucción de Pdvsa

La industria petrolera de Colombia crece gracias al personal despedido de Pdvsa

Esteban amenizaba sus
palabras con un pito…prrrrrr

 

Pdvsa . La segunda mayor empresa petrolera del mundo hasta el año 2002, según Petroleum Intelligence Weekly- ha experimentado una destrucción masiva.

En 2001 el país entero venía atravesando por una etapa de conmoción a raíz de la aprobación de la Ley Habilitante, a través de la cual mediante un paquete de 49 leyes, se intentaba alterar profundamente el régimen de propiedad y el sistema legal del país.

En el sector petrolero, los acontecimientos realmente comenzaron a agravarse a raíz de un programa de televisión de Esteban -el 7 de abril de 2002- en el cual, pito en mano despidió a un grupo importante de ejecutivos de la empresa: “Eddie Ramírez, director gerente hasta el día de hoy de Palmaven. ¡Pa’ fuera! … Luego está despedido también, muchas gracias por sus servicios, señor Juan Fernández. Está despedido de Petróleos de Venezuela … Usted ha sido hasta el día de hoy gerente funcional de Planificación y Control de Finanzas … En tercer lugar, el gerente de Estrategia de Negociación … ¡Pa’ fuera!

Horacio Medina … “, y así sucesivamente. Después de cada despido, Esteban amenizaba sus palabras con un pito … prrrrrr.

Aquellos hechos concluyeron con un paro y con el despido de entre 20.000 y 22.000 trabajadores de la empresa, que en promedio tenían unos 15 años trabajando para la industria petrolera y que, en consecuencia, acumulaban más de 300.000 años de experiencia y conocimientos.

Es difícil entender cómo se llegó a tan grave crisis. La explicación la dio el propio Esteban con motivo de la presentación de la Memoria y Cuenta Anual ante la Asamblea Nacional, el día 15 de enero de 2004. En esa solemne oportunidad, en presencia de todos los embajadores acreditados ante el país, afirmó textualmente:

“… Lo de Pdvsa era necesario aun cuando nosotros no la generamos. Bueno, no es que no la generamos. ¡Sí la generamos!, porque cuando yo agarré el pito aquel en un Aló Presidente y empecé a botar gente, yo estaba provocando la crisis. Cuando nombré a Gastón Parra Luzardo y aquella nueva junta directiva, pues estábamos provocando la crisis. Ellos respondieron y se presentó el conflicto y aquí estamos hoy. ¡Era necesaria la crisis!”.

Ya Pdvsa no es ni la sombra de lo que era. Aunque el Gobierno habla de que producimos 3.100.000 barriles diarios, la OPEP lo desmiente y nos atribuye una producción cercana a los 2.300.000 b/d. Nuestras refinerías sufren constantes accidentes, incendios, explosiones y paradas provocadas por la impericia de quienes las operan. De 42.000 trabajadores la empresa pasó a tener en la actualidad más de 100.000. Las deudas financieras de la empresa pasaron de unos 5.000 millones de dólares en 1998 a cerca de 23.000 en la actualidad y los pasivos totales, incluyendo deudas a contratistas, proveedores y pasivos contingentes probablemente sean del orden de los 60.000 millones. Hay más de 20.000 pozos petroleros cerrados y la producción de gas se vino a pique. El PIB petrolero del país -con la sola excepción del 2004 y el 2008- ha venido cayendo de manera sostenida. Ya no está claro si Pdvsa en una empresa petrolera, una agencia social, una seccional de un partido o el brazo financiero de una revolución. Nada ilustra mejor a la actual Pdvsa que el triste episodio de los alimentos podridos de Pdval.

Mientras tanto otros países se beneficiaron de las locuras de nuestros líderes. Muchos de ellos enviaron misiones a Venezuela para reclutar a aquel personal altamente capacitado que de manera increíble nuestro país estaba desechando.

Allí está el caso de Colombia, donde su industria petrolera experimenta un auge impresionante gracias al personal despedido de Pdvsa. A modo de ejemplo baste mencionar el caso de Pacific Rubiales, empresa constituida por ex gerentes de Pdvsa, que ha pasado a ser la segunda mayor productora de ese país después de Ecopetrol y que, por cierto, está experimentando con éxito, con un producto llamado Llanomulsión, parecido a la Orimulsión, que de manera increíble los genios que manejan a Pdvsa decidieron desechar. Hay muchísimos otros casos.

Ni hablar de Canadá, donde los venezolanos despedidos han contribuido al impresionante crecimiento de las arenas bituminosas en Alberta. Iguales historias de éxito se repiten en México, en el Golfo Pérsico, en EEUU y en todo el mundo.

Los venezolanos pagaremos con sudor y lágrimas la inaudita estupidez de esta revolución que nos está lanzando a un abismo de pobreza. ¿Será que esto también le provoca risa a esta gente?


JOSÉ TORO HARDY
pepetoroh@gmail.com
@josetorohardy
Politica | Economia
EL UNIVERSAL

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