Vamos a impedir que Chávez nos aniquile
La derrota que el pueblo venezolano le infligió el 26 de septiembre al presidente Hugo Chávez Frías, al elegir 67 diputados independientes, lo desestabilizó política y emocionalmente. La derrota le dio a entender que 11 años de demagogia, de malversación de inmensos recursos públicos, de fracaso administrativo, de caos, anarquía y corrupción en las dependencias públicas despertaron a la gente. El 26-S el pueblo le cantó el epitafio a la revolución bolivariana.
RENDICIÓN DE CUENTAS
Como en el referéndum del 2-D de 2007, la derrota lo incitó contra la democracia. Definitivamente, su proyecto no podía competir en democracia. Había que volver a la fórmula del 4 de febrero de 1992 por otros métodos. No era él un hombre para competir en democracia. De ahí su decisión de aniquilarla, asfixiarla, exterminarla. Los resultados del 26-S lo habían puesto en dificultades. Ya la Asamblea Nacional no sería una manada de borregos a partir del 5 de enero de 2011. Tener que rendir cuentas al Parlamento no entraba en la mente del “comandante presidente”. Aquello era inadmisible. El jefe de la revolución no puede rendir cuentas. Eso piensa el Presidente, pero la Constitución lo obliga. Su Mensaje a la Asamblea Nacional en 2011 no podrá ser una arenga desordenada como las que hizo en los diez años precedentes. Tendrá que demostrar con cifras y comprobantes el destino de los grandes ingresos y de los créditos extranjeros negociados por su gobierno, la manera irresponsable como entrega el petróleo a sus socios internacionales. China paga cinco dólares por barril, según filtración de Wikileaks. Ante la Nueva Asamblea Nacional, el Presidente tendrá que decir la verdad, documentos en mano.
EL “PODER POPULAR” SOY YO
Pretendiendo burlar la voluntad popular expresada el 26-S, el jefe único de la revolución utilizó la mayoría “moribunda” de dos tercios de la Asamblea Nacional para aprobar un número avasallante de leyes que alteran la estructura democrática del Estado venezolano. Éstas son las leyes del llamado “Poder Popular”, o sea, el poder personal de Hugo Chávez, como la Ley de Comunas, que crea un paralelismo con gobernaciones y alcaldías, duplicación de gastos públicos y es, en última instancia, un gigantesco instrumento de control político de la sociedad. Un “Estado comunal” que imita los fracasos de la China de Mao y de la Rusia de Stalin. Una ruina para el Estado. Una necedad anacrónica. Una violación flagrante de la Constitución. Un Estado para el uso personal de Chávez. “El Poder Popular soy yo”.
LEYES CONTRA LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN
Aprovechando la tragedia nacional de las inundaciones y los miles y miles de damnificados, el Presidente de la República ha hecho aprobar un número de leyes destinadas a asfixiar a la sociedad democrática. Contra la libertad de expresión, la Ley de Telecomunicaciones, la Ley de Responsabilidad en Radio y Televisión, para cercenar la información y castigar los medios. El establecimiento de un punto único de acceso para controlar Internet y las redes sociales, como en China, Cuba, Irán, fue descartado a última hora. No se sabe. La Ley de Cooperación Internacional para impedir que instituciones nacionales, muchas de ellas educacionales o benéficas, reciban fondos del extranjero que alivien sus necesidades.
CONTRA LA AUTONOMÍA UNIVERSITARIA
Una ley clandestina de universidades destinada a abolir la autonomía universitaria, tramada por egresados de la “casa que vence la sombras”, como ellos mismos repitieron infinidad de veces cuando la autonomía les sirvió de amparo, que ahora se ponen al servicio incondicional de las sombras y del militarismo. ¡Un homenaje al coronel Pedro Carujo! Muera la inteligencia, muera la libertad de cátedra, muera la diversidad de ideas. ¡La universidad venezolana, territorio del pensamiento único! ¿Por qué no recuerdan que ni Guzmán Blanco, ni Cipriano Castro, ni Juan Vicente Gómez acallaron la universidad?
EL GOLPE CONTRA LA NUEVA ASAMBLEA NACIONAL
Como un golpe artero a la nueva Asamblea Nacional, el Presidente de la República se hizo aprobar una Ley Habilitante por doce meses, o sea, un año más allá del 5 de enero cuando cesan las prerrogativas legales de esta Asamblea Nacional, con el propósito de vulnerar y neutralizar uno de los más importantes poderes del Estado. La Ley Habilitante le confiere al Presidente poderes tan absolutos que más parecen de asamblea constituyente. Legislará a su manera sobre “ordenación territorial, desarrollo integral y uso de la tierra urbana y rural; atención a las necesidades vitales que se han generado de la emergencia por las lluvias; infraestructura, transporte y servicios públicos; vivienda y hábitat; financiero y tributario; seguridad ciudadana y jurídica; seguridad y defensa integral de la nación; cooperación internacional y sistema socio-económico de la nación”. En una palabra, los poderes de un monarca anterior a la Revolución Francesa. Este es un golpe de implicaciones imprevisibles para el alterado Estado de Derecho. El Presidente margina a Venezuela del orden jurídico internacional, al violar los principios de la independencia y del equilibrio de poderes. La Asamblea Nacional tiene el derecho constitucional de controlar las actuaciones administrativas y políticas del Ejecutivo Nacional. Los 67 diputados independientes elegidos por el pueblo el 26-S tendrán una misión de características históricas. Entre ellas, abogar por la vigencia del Estado de Derecho y de la Constitución, y la dignidad del Poder Legislativo.
REGALOS DE NAVIDAD
Además de utilizar la temporada vacacional para sus maniobras contra la democracia y la libertad, el jefe de la revolución le anuncia un regalo de Navidad al pueblo venezolano: aumento de impuestos, mientras los precios del petróleo superan los 70 dólares el barril y en el presupuesto está calculado apenas en 40. Una Navidad de altos precios, inflación y escasez. El regalo de la revolución, el IVA que castigará a la gente de menores recursos para que Chávez tenga dinero para financiar a Daniel Ortega y a sus súbditos de la ALBA. La paciencia popular tiene sus límites. Al declarar que “los refugios serán permanentes”, el Gobierno bolivariano confiesa su gran fracaso.
Una sola consigna nos debe unir a los venezolanos de todas las regiones:
¡Todos contra el comunismo!
¡Por la vigencia del Estado de Derecho!
¡Por la libertad y los derechos humanos!
viernes 17 de diciembre de 2010
Comments are closed.