Desplazados por
areperas socialistas
Como en otros sectores de la empresa privada, las autoridades imponen múltiples trabas a la actividad, denunciaron. Los vendedores de perros calientes temen la desaparición de sus negocios como consecuencia de las medidas oficiales, que pretenden sustituir los carritos de esta comida popular por areperas socialistas móviles, alertaron ayer los comerciantes.
En el recorrido por expendios en Caracas, los comerciantes informales que solicitaron no mencionar sus nombres denunciaron que les imponen múltiples trabas para obtener los permisos, como el de la Alcaldía de Libertador que por ordenanza dura un año, pero arbitrariamente fue reducido a seis meses.
Lo más preocupante es que la policía les cierra el negocio apenas vence el permiso, como ocurrió con tres de los ocho carritos en la Torre Polar, en Plaza Venezuela.
“Las declaraciones del presidente Chávez contra la comida chatarra no son gratuitas: Quieren acabar con nosotros que somos pueblo, porque nos consideran capitalistas”, dijo uno de los consultados.
Otro advierte que las autoridades ya les han manifestado la intención de eliminar los puestos de perros calientes por los de arepa, lo cual
Los afectados coinciden en que el Municipio Libertador de Caracas es el laboratorio para implantar en el resto del país el modelo socialista en la economía informal, con lo que la propiedad privada popular desaparecerá.
Los perrocalenteros están organizados hace más de 40 años en 3 sindicatos, pagan impuestos y tienen permisos de circulación (con placa) y licencia sanitaria. Sólo en Libertador, el sector ocupa más de 350 trabajadores directos a razón de 4 empleados por carro en turnos de 24 horas por 24 horas.
Los informantes advirtieron que “las calles del hambre” que en las grandes capitales del mundo son parte de la cultura urbana y atracción turística- desaparecerán en Venezuela porque el Gobierno ve los perros calientes y las hamburguesas como comida del Imperio.
“Pero todos los productos que utilizamos son hechos en Venezuela. Además, cada carrito genera 10 empleos indirectos”, indica otro de los denunciantes. Insiste en que “el perro caliente es el bistec del pueblo, cuesta 7 bolívares: más barato que la arepa socialista de 7,50 bolívares”.
ANA DÍAZ | Economía
EL NACIONAL
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